En un intento por resolver el asesinato de Betty Szabo, ocurrido en 2009, la policía de Ámsterdam ha implementado una estrategia innovadora: la proyección de un holograma de la víctima en el barrio rojo de la ciudad. Este holograma representa a Betty Szabo, una joven trabajadora sexual húngara que fue asesinada a los 19 años. La tecnología 3D proyecta la imagen hiperrealista de Betty, que aparece en la ventana de un burdel simulando pedir ayuda, con la esperanza de que el recuerdo visual active la memoria de los transeúntes y ayude a resolver el caso.
La imagen de Betty en el holograma está diseñada para atraer la atención de quienes pasan por el lugar. Vestida con pantalones cortos desgastados y un sujetador de leopardo, la representación de Betty parece golpear el cristal de la ventana y, en un gesto de desesperación, respira sobre el vidrio para escribir la palabra “help”. Su mensaje es un llamado directo a cualquiera que pueda tener información relevante sobre su asesinato, que ocurrió en circunstancias que aún no han sido aclaradas.
El holograma muestra a Betty con su característico tatuaje de dragón, que serpentea por su abdomen y pecho: es un rasgo distintivo que busca facilitar el reconocimiento de la joven por parte de aquellos que la hayan conocido o visto en su momento. Para la policía, este tipo de elementos visuales son fundamentales para personalizar la historia y aumentar el impacto emocional en el público, ya que confían en que “ver a la víctima de esta manera ayudará a que las personas sientan una conexión con ella”.
Según la policía, este es el primer caso en el que se emplea un holograma en una investigación de asesinato en los Países Bajos. Benjamin van Gogh, coordinador del equipo de personas buscadas y desaparecidas de Ámsterdam, explicó a The Guardian que tomaron esta decisión tras una extensa consulta con diversas partes, tanto dentro como fuera de la institución policial. “Queremos que haya justicia para Betty, para su familia y amigos, y para el caso”, afirmó van Gogh. Añadió que antes de decidirse por el holograma, “hicimos una lluvia de ideas con distintas partes para decidir si debíamos seguir adelante con esto y cómo debíamos configurarlo”.
La implementación de este holograma ha sido llevada a cabo en coordinación con la familia de Szabo. Van Gogh subrayó que el proyecto fue diseñado con respeto y con el propósito claro de “alcanzar alguna forma de justicia para Betty encontrando a su asesino o asesinos”.
El asesinato de Betty Szabo
La muerte de Szabo ocurrió en la madrugada del 19 de febrero de 2009, cuando dos trabajadoras sexuales, compañeras de Betty, notaron que la música habitual de su cuarto había dejado de sonar. Al ingresar a la pequeña habitación donde trabajaba, descubrieron su cuerpo sin vida, víctima de un brutal apuñalamiento. Desde entonces, la policía ha investigado el caso, pero sin lograr identificar al responsable. Con este nuevo recurso visual, esperan que se pueda refrescar la memoria de aquellos que pudieran haber estado en la zona en aquella fecha.
En el distrito rojo, el holograma de Betty ahora se muestra en una ventana junto a otras trabajadoras sexuales que continúan ejerciendo en la misma área. La proyección busca que los turistas y residentes del lugar puedan recordar cualquier detalle sobre el crimen que podría habérseles escapado en su momento. “Es casi imposible que no haya personas que vieron u oyeron algo inusual en ese momento”, señaló la detective Anne Dreijer-Heemskerk, miembro del equipo de casos sin resolver.
Dreijer-Heemskerk explicó que, debido a la popularidad del distrito rojo entre los turistas, la policía también quiere obtener testimonios de quienes podrían haber estado de visita en Ámsterdam el día del asesinato de Betty. La zona recibe visitantes de todo el mundo, por lo que no descartan que el asesino pudiera ser una persona no residente de los Países Bajos. Por este motivo, el uso del holograma está acompañado de una recompensa de 30.000 euros para incentivar la colaboración de posibles testigos.
La proyección del holograma de Betty estará visible desde el 9 hasta el 16 de noviembre y se muestra en un edificio en la esquina de Korte Stormsteeg y Oudezijds Achterburgwal, una de las calles más concurridas del barrio rojo. Además, en el mismo edificio, se han colocado adhesivos y pantallas que muestran imágenes de la escena del crimen y un documental sobre los últimos momentos de vida de Szabo, con la intención de crear un contexto informativo alrededor del caso.
El caso de Betty ha sido descrito como especialmente conmovedor por los detectives. “Una joven de tan solo 19 años, arrebatada de la vida de una forma tan horrenda”, señaló Dreijer-Heemskerk, quien espera que el tiempo transcurrido pueda haber cambiado las circunstancias para que posibles testigos ahora se sientan más seguros para hablar. “Esperamos que los testigos que antes tuvieron miedo o guardaron silencio por otras razones ahora tengan el valor de dar un paso adelante“.
Szabo, oriunda de Hungría, llegó a Ámsterdam a los 18 años. Poco después, quedó embarazada y dio a luz a un hijo que fue colocado en una familia de acogida. La detective recordó que Szabo tenía una vida complicada y que su historia era de lucha y resistencia, trabajando largas jornadas incluso durante su embarazo. Tras el asesinato, el bebé nunca tuvo la oportunidad de conocer a su madre, un hecho que continúa motivando al equipo de investigación.
La policía de Ámsterdam está decidida a agotar todos los recursos posibles para resolver el caso, y el holograma es el último esfuerzo de un equipo comprometido en poner fin a 15 años de incertidumbre. “Siempre tratamos de ponerle cara a la víctima en los llamamientos públicos”, comentó van Gogh, “y el holograma es una manera de dar un paso más allá”.
