El Gobierno británico, liderado por el primer ministro Rishi Sunak, acaba de presentar un nuevo conjunto de normas para prohibir los baños de género neutro en edificios públicos y no residenciales. Kemi Badenoch, ministra de Mujeres e Igualdad, así como secretaria de Comercio, sostiene que esta normativa tiene como objetivo proteger el “derecho fundamental” a la “privacidad y dignidad” de las mujeres y niñas.
Según las nuevas leyes, los edificios públicos como restaurantes, centros comerciales y oficinas tendrán que incluir baños separados para hombres y mujeres. No obstante, en caso de falta de espacio, se permitirá instalar un baño universal (de uso individual) con lavabo. Además, estos baños universales podrán construirse como complemento a los baños separados por sexo. Badenoch argumenta que la medida ayudará a frenar la “creciente tendencia” de los baños de género neutro.
“Estas propuestas garantizarán que cada nuevo edificio en Inglaterra esté obligado a proporcionar instalaciones separadas para hombres y mujeres o instalaciones unisex, y a publicar una guía para explicar la diferencia, protegiendo la dignidad, privacidad y seguridad de todos”, afirmó Badenoch.
Ciertas excepciones
La normativa no se aplicará en edificios residenciales, baños privados en habitaciones de residencias o centros de cuidado, celdas en centros de custodia, centros de educación infantil, colegios o en edificios ya existentes. Asimismo, las escuelas seguirán siendo una excepción, ya que están obligadas a ofrecer baños separados para niños y niñas mayores de ocho años. La nueva legislación también incluye orientación para aclarar las diferencias entre baños separados y universales. Además, la normativa se encuentra en línea con las recientes restricciones impuestas a las salas de hospital mixtas.
El Gobierno afirma que el 81% de las personas que respondieron a una consulta sobre esta normativa están de acuerdo con la necesidad de proporcionar baños separados por sexo. Además, el 82% habría apoyado la provisión de baños universales cuando sea posible. Según Badenoch, el auge de los baños de género neutro “niega privacidad y dignidad tanto a hombres como a mujeres”. Argumenta que estas nuevas normas responden a las preocupaciones de mujeres, personas mayores y personas con discapacidades, señalando que los baños de género neutro provocan colas más largas, menor elección y menor privacidad y dignidad.
El Ministerio de Vivienda y Comunidades añadió que “es vital que los nuevos edificios, particularmente en espacios públicos, sirvan a la comunidad con la provisión correcta de baños”. También se indicó que esta política es una respuesta a las demandas ciudadanas por un mayor respeto a la seguridad en espacios públicos.
La nueva normativa pretende asegurar que los nuevos edificios cubran las necesidades biológicas y sanitarias de las mujeres, proporcionando baños separados y evitando compartir instalaciones con hombres que utilizan urinarios o cubículos. El Ministerio de Vivienda y Comunidades ha insistido en que las mujeres se sienten más cómodas y seguras en espacios exclusivamente femeninos.
“Estas regulaciones guiarán a las organizaciones para diseñar baños unisex y de un solo sexo, poniendo fin al auge de los llamados espacios mixtos, que niegan privacidad y dignidad tanto a hombres como a mujeres”, subrayó Badenoch. También se busca reducir el tiempo de espera en los baños para las mujeres, que tienden a ser mayores en comparación con los hombres. Además, Badenoch asegura que la normativa garantizará una mejor experiencia para las personas mayores y personas con discapacidad.
Quejas del colectivo LGBTQ
No obstante, la medida ha generado críticas de organizaciones que abogan por la igualdad y los derechos de las personas transgénero. Stonewall, grupo defensor de los derechos de las personas trans, ha señalado que los baños de género neutro permiten a las personas no binarias utilizar baños sin miedo a ser discriminadas. Los defensores de los derechos trans sostienen que las personas transgénero pueden enfrentar discriminación y acoso en los baños separados por sexo. Caroline Nokes, parlamentaria conservadora, también ha expresado su desacuerdo con la normativa, afirmando que lo que realmente importa es el diseño de los baños, no su categorización por género. “Lo que todos queremos son baños agradables, limpios y privados, y en nuevas construcciones en particular, eso no debería ser imposible”, señaló Nokes.
Además, muchos activistas argumentan que la nueva normativa podría incrementar el acoso hacia personas no conformes con el género asignado.
Las personas transgénero podrán seguir utilizando los baños que coincidan con su identidad de género. Sin embargo, el Gobierno ha aclarado que, según la Ley de Igualdad, las personas que no tengan un certificado de reconocimiento de género podrían ser excluidas de los servicios de un solo sexo si hay una “razón legítima y proporcionada”.
La Comisión de Igualdad y Derechos Humanos (EHRC) ha señalado previamente que esta exclusión debe basarse en razones justificadas. Por otro lado, Badenoch subraya que las nuevas normas no pretenden discriminar a ningún grupo, sino encontrar un equilibrio que respete la privacidad y dignidad de todos. “Esta regulación guiará a las organizaciones para diseñar baños unisex y de un solo sexo, terminando con el aumento de espacios mixtos que niegan privacidad y dignidad tanto a hombres como a mujeres”, afirmó Badenoch. Además, se espera que las directrices definitivas sobre baños para personas transgénero en las escuelas se publiquen pronto, aunque han sido retrasadas debido a preocupaciones legales.