Las elecciones europeas del 9 de junio están a la vuelta de la esquina y, según las encuestas, traerán consigo un importante aumento en la presencia de la ultraderecha. Según auguran los sondeos, ganará el Partido Popular Europeo, con los Socialdemócratas como segunda fuerza, pero la alianza entre los ultraderechistas será la tercera potencia parlamentaria. ¿Los grandes perdedores? Los Verdes, grupo parlamentario que se encuentra en horas bajas y no prevé resultados tan buenos como en 2019.
Pero, ¿a qué se debe este descenso? El motivo más evidente es que, en 2024, las prioridades de los votantes han cambiado. Además, la creciente preocupación por la seguridad y la inmigración ha desviado la atención de las políticas climáticas. Pero también es culpa de la narrativa populista que culpa al Pacto Verde Europeo, paquete de medidas hecho para combatir el cambio climático, de perjudicar la industria del bloque y mermar su beneficio económico.
Contra el cambio climático
En 2019, millones de jóvenes tomaron las calles de Europa exigiendo acción contra el cambio climático, ayudando a los partidos Verdes a obtener sus mejores resultados en unas elecciones de la UE. Este éxito les otorgó una influencia profunda sobre las políticas climáticas aprobadas por Bruselas desde entonces.
Sin embargo, las encuestas actuales indican que los Verdes tendrán un rendimiento peor que cualquier otro grupo político en las elecciones de junio, perdiendo cerca de un tercio de sus 72 diputados actuales en el Parlamento Europeo. Además, algunos de los legisladores más experimentados de los Verdes, que han sido fundamentales en la formulación de políticas europeas, están dejando sus cargos. La falta de renovación en el liderazgo podría afectar negativamente la cohesión y eficacia del grupo. Esta disminución en su representación tendrá un impacto directo en la capacidad de la UE para implementar políticas climáticas ambiciosas en los próximos años.
Según Anna Cavazzini, legisladora de la UE por los Verdes, en 2019 el clima era el tema número uno y los Verdes eran muy populares. Sin embargo, ahora hay una reacción social en contra de la protección climática. Algunos candidatos de los Verdes han reportado ataques físicos y vandalismo durante la campaña. Este cambio en el clima político refleja una mayor polarización en la sociedad europea, donde los movimientos contrarios a las políticas verdes han ganado fuerza.
Una menor representación de los Verdes en el próximo Parlamento Europeo afectará las políticas climáticas de la UE en los próximos cinco años, ya que el Pacto Verde entra en una fase políticamente sensible donde el impacto económico de los objetivos verdes se hará más visible. Esta fase incluirá revisiones legales que podrían ser manipuladas para debilitar los logros anteriores en materia de reducción de emisiones.
Muchos analistas y legisladores de la UE atribuyen la esperada disminución de los Verdes a una reacción de los votantes ante la crisis del costo de vida, la ansiedad sobre temas como la migración, que ha aumentado el apoyo a partidos de extrema derecha, y el enojo por medidas impopulares de políticos ecologistas en gobiernos nacionales. Los temas actuales más importantes son la competitividad, la seguridad, los asuntos sociales y la inmigración, temas en los que los Verdes luchan por destacar.
Además, la percepción de que las políticas verdes son económicamente costosas ha mermado el apoyo popular. Esta percepción se ha visto exacerbada por la retórica de partidos que argumentan que las políticas ambientales están dañando la economía europea. En general, el Pacto Verde ha sido el chivo expiatorio de muchos partidos en estas elecciones.
Prioridades distintas
A pesar de que el cambio climático ha acelerado desde las últimas elecciones de la UE, y aunque la mayoría de los votantes europeos siguen muy preocupados por ello, otras cuestiones han tomado el centro del escenario. Una encuesta de Ipsos realizada a 26.000 europeos y publicada por Euronews en marzo muestra que el cambio climático es solo la sexta prioridad para la UE, detrás de la inflación, la inmigración ilegal y el desempleo.
En Alemania, el país con el mayor número de miembros Verdes en el Parlamento Europeo, la popularidad del partido ha disminuido debido a una economía estancada y políticas impopulares, como un plan para eliminar gradualmente las calderas de combustibles fósiles. Además, la gestión percibida como ineficaz en áreas no relacionadas con el clima ha erosionado la confianza en el partido. La satisfacción con el gobierno alemán alcanzó un mínimo histórico del 27% en enero, y la aprobación del ministro de Economía y Clima, Robert Habeck, casi se redujo a la mitad entre junio de 2022 y mayo de 2023. Este declive ha sido particularmente notable entre los votantes jóvenes, que anteriormente eran un pilar de apoyo para los Verdes.
Las elecciones también son cruciales para el futuro del Pacto Verde. Decisiones climáticas importantes, como el objetivo climático legalmente vinculante para 2040 de la UE, estarán en juego. Hasta ahora, la UE ha seguido una propuesta alineada con la ciencia para reducir las emisiones en un 90% bajo la presión de los Verdes, pero un Parlamento más escéptico con el clima podría ralentizar o revertir partes de estas políticas. Además, la composición del Parlamento influirá en la capacidad de la Comisión Europea para promulgar nuevas leyes ambientales.
La presión de los partidos de derecha podría llevar a compromisos menos ambiciosos. En la campaña electoral, los Verdes están destacando los peligros que representa la extrema derecha: Sybren Kooistra, gerente de la estrategia de campaña de los Verdes, señaló que en las últimas elecciones el cambio climático era el tema principal, pero ya no es así. Ahora la lucha se centra en combatir a la extrema derecha. A pesar de todo, los Verdes insisten en su plataforma de equidad social y apoyo a las industrias europeas para mantenerse competitivas. Esta estrategia busca mostrar que las políticas verdes pueden ir de la mano con la prosperidad económica y la justicia social.