Fundada en 1949, la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) es una alianza militar intergubernamental que busca garantizar la seguridad colectiva de sus miembros a través de la defensa mutua. En sus 75 años, no ha sido liderada jamás por una mujer; sin embargo, ha tenido 13 líderes masculinos a la cabeza y se dispone a estrenar al número 14º, el holandés Mark Rutte, que asumirá el cargo el 1 de octubre de 2024.
Se trata de la institución internacional más “machista” del mundo occidental, con la menor representación femenina entre sus filas —y muy lejos de la cúpula. Algo que podría haber cambiado este año, pero no lo hizo.
Kallas casi lo logró
La posibilidad de que una mujer liderara la OTAN surgió con el anuncio de que Jens Stoltenberg dejaría su puesto en julio. La candidata estrella era Kaja Kallas, primera ministra de Estonia, quien contaba con el apoyo de importantes naciones dentro de la alianza. Sin embargo, esta oportunidad histórica se vio frustrada por la posible influencia de Donald Trump y su retorno a la Casa Blanca. Durante su presidencia, Trump mostró hostilidad hacia líderes femeninas europeas y tiene un historial de comentarios y acusaciones controvertidas hacia mujeres. Esto generó preocupaciones entre los aliados sobre la dinámica transatlántica bajo su influencia, llevando a la decisión de no avanzar con una mujer al frente de la OTAN, pese al entusiasmo inicial por Kallas y el respaldo de potencias como Estados Unidos, Francia, Alemania y Reino Unido.
La primera ministra de Estonia, Kaja Kallas
La cúpula de la OTAN
Anécdota que no sorprende frente al panorama de la alianza. El cargo de mayor importancia es el de secretario general, que actualmente ocupa Stoltenberg. Este rol es el principal representante y portavoz de la OTAN. Lidera el proceso de toma de decisiones en la alianza y coordina las políticas y estrategias acordadas por los Estados miembros. Además, supervisa la implementación de las decisiones de la OTAN y actúa como enlace entre los gobiernos nacionales y la organización.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg
Luego está el presidente del Comité Militar, Rob Bauer, que es el principal asesor militar del secretario general y la autoridad militar más alta de la OTAN. Encabeza el Comité Militar, que es el órgano responsable de asesorar sobre cuestiones militares y de defensa, y responde directamente ante el secretario general. El cargo que le sigue es el de Comandante Supremo Aliado en Europa (SACEUR), ocupado por Christopher G. Cavoli; tiene la responsabilidad de la planificación y ejecución de todas las operaciones militares de la OTAN en Europa.
Después existe el Comandante Supremo Aliado de Transformación (SACT), Philippe Lavigne, quien lidera la transformación militar de la OTAN para asegurar que mantenga su relevancia y capacidad para afrontar futuras amenazas. Responde ante el Comité Militar y colabora con el secretario general para desarrollar estrategias y capacidades militares innovadoras.
Por fin, la primera mujer
Finalmente, en el cargo de Asistente del Secretario General para Asuntos Políticos y Política de Seguridad, se encontraba la primera mujer de la jerarquía: Bettina Cadenbach, quien fue asesora principal del secretario general en temas políticos y de seguridad hasta 2023. Coordinó las políticas de la OTAN en estas áreas y aseguró la implementación de las decisiones políticas, proporcionando apoyo y asesoramiento crítico al secretario general.
Nacida en Alemania, Cadenbach ha tenido que destacar en el sector diplomático para alcanzar la relevancia que tiene hoy. Empezó su carrera como periodista freelance antes de ingresar al Servicio Exterior Alemán en 1992. Desde entonces, ha ocupado varios puestos importantes, incluyendo el de Primera Secretaria en la Embajada de Alemania en Ankara y la de Jefa de la Oficina del Ministro de Estado para Europa en el Ministerio de Asuntos Exteriores alemán. También trabajó en la Misión Permanente de Alemania ante las Naciones Unidas en Nueva York.
A lo largo de su carrera, Cadenbach ha sido embajadora de Alemania en Georgia y Directora de Política de Seguridad en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Alemania. Finalmente, en septiembre de 2019, fue designada como la Secretaria General Adjunta para Asuntos Políticos y Política de Seguridad de la OTAN, la primera mujer en alcanzar tal puesto.
Las representaciones permanentes
La cosa no mejora a medida que se desciende en la jerarquía. De las 32 representaciones permanentes de la OTAN, es decir, los embajadores que representan a cada país miembro, solo siete son mujeres: Ariadne Petridis, de Bélgica; Lone Dencker Wisborg, de Dinamarca; Piritta Asunmaa, de Finlandia; la francesa Muriel Domenach; la noruega Anita Nergaard; Danica Mijatovic, de Montenegro, y Julianne Smith, de Estados Unidos.
La labor de los representantes permanentes es participar en las reuniones del Consejo del Atlántico Norte, donde se toman las decisiones políticas y estratégicas. Sus funciones incluyen coordinar y comunicar las políticas de defensa y seguridad de sus respectivos países con la OTAN, así como asegurar la implementación de las decisiones de la Alianza en sus naciones. Además, trabajan en estrecha colaboración con otros representantes permanentes para mantener la cohesión y efectividad de la Alianza en respuesta a desafíos globales y regionales.
A nivel militar
Luego está la representación femenina en el mismo Ejército de la OTAN, que va aumentando de forma paulatina a medida que incrementan los esfuerzos de inclusión e igualdad de género en la sociedad. En el “Informe Anual del Secretario General de la OTAN de 2020”, se destacaba que el promedio en la representación de mujeres en las fuerzas armadas de los países miembros de la OTAN era de aproximadamente el 12 % del total del personal militar.
Militares entrenan en la BRIPAC
Además, en el “Resumen Anual de la Implementación de la Resolución 1325 de la ONU sobre Mujeres, Paz y Seguridad”, se habla sobre el progreso en la integración de perspectivas de género en las fuerzas armadas. Por ejemplo, en 2016, la representación de mujeres en las fuerzas armadas de los Aliados alcanzó el 10,9 %, la más alta desde 1999. También se observó un incremento en la participación de mujeres en las operaciones de la OTAN, llegando al 6,8 % en 2016.
Desde el EIGE (el Instituto Europeo de Igualdad de Género) destacan que sólo uno uno de cada cinco representantes del Consejo de la OTAN -los que han sido designados políticamente por los Estados miembros- son mujeres. Y que, en la misma línea, las mujeres sólo ocupan uno de cada cinco puestos directivos entre el personal civil de la OTAN. En cuanto a las operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU, las mujeres sólo representan el 11% de los mandos. Por último, dentro de la UE, la EIGE destaca que sólo el 26% de los ministros de Defensa son mujeres. Una de ellas la española, Margarita Robles. En cuanto a toda la OTAN, aún baja más, se queda en un 15,6%.
Algunas iniciativas para mejorar
Consciente de estas cifras, la OTAN sí ha intentado promover la igualdad de género. Una de las principales iniciativas fue la creación del Comité de Mujeres en la OTAN (NATO Committee on Gender Perspectives – NCGP), que asesora al liderazgo de la OTAN sobre cuestiones de género. El objetivo del comité es integrar la perspectiva de género en las políticas y operaciones de la OTAN, asegurando que las diferencias de género se consideren en la planificación y ejecución de sus misiones.
Además, la OTAN ha adoptado y promovido la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la ONU, que subraya la importancia de la participación de las mujeres en la prevención y resolución de conflictos, las negociaciones de paz y la construcción de la paz. Con esto en mente, la OTAN ha desarrollado una Política de Género y un Plan de Acción para implementar la resolución, lo que incluye el fomento de la participación de las mujeres en las fuerzas armadas de los países miembros y la incorporación de perspectivas de género en todos los aspectos de la planificación y ejecución de las operaciones y misiones.