Este fin de semana, se celebraron en Georgia unas elecciones controvertidas y extrañas. El partido gobernante, llamado Georgia Dream, habría ganado con un 53% del voto, pero las misiones de observación internacionales – que incluyeron analistas de la OTAN y de la UE, entre más de 500 observadores – denunciaron compra de votos, desequilibrios en los recursos financieros y unas narrativas preocupantes, con mensajes de odio, durante las campañas electorales. Tanto, que la actual presidenta del país, Salomé Zourabichvii, rechazó públicamente los resultados electorales e instó al pueblo a tomar las calles.
“No reconozco estas elecciones. Hacerlo sería reconocer que Rusia ha tomado el control de Georgia. No podemos renunciar a nuestro futuro europeo, en honor a las futuras generaciones”, criticó Zourabichvilii, antes de agregar: “Más allá de ser testigos, somos víctimas de lo que solo puede describirse como una operación especial de Rusia – una nueva forma de guerra híbrida que ataca a nuestro pueblo y a nuestro país”.
Pero, ¿quién es esta mujer que mueve masas en Georgia? Se trata de la primera presidenta femenina del país, en un cargo que ocupa desde diciembre de 2018.
Una líder pro-europea
Nació en París, Francia, el 18 de marzo de 1952, en una familia de emigrantes georgianos que huyeron de su país tras la invasión del Ejército Rojo en 1921. De ahí viene su instinto pro-Europa: su familia estuvo muy vinculada a la diáspora georgiana en Francia, manteniendo lazos estrechos con el gobierno en el exilio. En su infancia, describía a Georgia como un país “mítico”, por que no tenía contacto directo con él debido al Telón de Acero.
I urge our international partners to protect Georgia by standing with the people, not an illegitimate government.
Just as you opposed the Russian law, we ask you to stand with us again. These elections are illegitimate, and nothing can change that. pic.twitter.com/D7aeaTEjMM
— Salome Zourabichvili (@Zourabichvili_S) October 27, 2024
Zourabichvili se formó en Ciencias Políticas en el prestigioso Instituto de Estudios Políticos de París (Sciences Po), donde se concentró en temas relacionados con la Unión Soviética y la diplomacia, que le afectaban personalmente. En su etapa universitaria, se formó bajo la tutela de importantes figuras del mundo académico y político francés, como Zbigniew Brzezinski, con quien estudió política soviética y la Guerra Fría en la Universidad de Columbia.
Subiendo poco a poco
Antes de entrar en la política georgiana, Zourabichvili desarrolló su carrera diplomática en el servicio exterior de Francia, empezando en 1974. A lo largo de más de tres décadas, ocupó varios cargos diplomáticos distintos, entre ellos el de Primera Secretaria de la misión de Francia ante la OTAN y el de embajadora de Francia en Georgia en 2003. Esta última posición terminó siendo clave para su posterior carrera política georgiana, ya que en 2004 aceptó la oferta del entonces presidente Mikhail Saakashvili para convertirse en la ministra de Asuntos Exteriores de Georgia.
Durante su mandato como ministra de Asuntos Exteriores (2004-2005), Zourabichvili fue la principal negociadora de un acuerdo histórico que permitió la retirada de las tropas rusas del territorio georgiano. Además, ayudó a crear el “Nuevo Grupo de Amigos de Georgia”, que incluía a varios países europeos del Este, apoyando así las aspiraciones georgianas de unirse a la OTAN y de integrarse en Europa. Sin embargo, su mandato terminó abruptamente tras desacuerdos con el partido gobernante y una serie de críticas por parte de embajadores georgianos.
Salome Zourabichvili, presidenta de Georgia
En 2006, Zourabichvili fundó su propio partido político, Georgia’s Way, con poco éxito inicialmente. No logró consolidarse como una figura política hasta 2016, cuando fue elegida como miembro independiente del Parlamento georgiano, representando el distrito de Mtatsminda en Tbilisi. En este cargo, ejerció como vicepresidenta del comité parlamentario de la diáspora y asuntos del Cáucaso.
La etapa presidencial
En 2018, Zourabichvili se presentó como candidata independiente en las elecciones presidenciales, recibiendo el respaldo del partido gobernante Georgian Dream – que actualmente critica por su actitud pro-rusa. En la primera ronda, obtuvo el 38.64% de los votos, pero fue en la segunda vuelta donde se impuso con un 59.52%, derrotando al candidato de la oposición Grigol Vashadze y convirtiéndose así en la primera presidenta mujer de Georgia. Zourabichvili asumió el cargo el 16 de diciembre de 2018.
Sin embargo, como presidenta Zourabichvili ha tenido un papel bastante simbólico debido a las reformas constitucionales, que redujeron mucho los poderes del cargo y entraron en vigor el día de su toma de posesión.
Su presidencia ha estado marcada por tensiones con el gobierno y el partido Georgian Dream, que, pese a apoyarla inicialmente, no comparte sus opiniones en temas de política exterior (sobre todo en lo que respecta a Rusia). Zourabichvili ha vetado varias leyes propuestas por el gobierno y llegó incluso a ser objeto de un intento de destitución. En septiembre de 2023, el Parlamento georgiano inició un proceso de destitución en su contra, acusándola de haber violado la Constitución al realizar visitas internacionales sin la autorización del gobierno. Pero el proceso se estancó sin los votos necesarios para destituirla.
Y en 2022, tras la invasión rusa de Ucrania, Georgia presentó una solicitud formal para unirse a la Unión Europea, un movimiento que Zourabichvili ha respaldado fervientemente. En una entrevista, afirmó que “la orientación de Georgia hacia Europa no puede cambiarse”.
Un enfoque femenino
En cuanto a su vida personal, Zourabichvili ha estado casada dos veces. De su primer matrimonio con el economista del Banco Mundial Nicolas Gorjestani tiene dos hijos: Kéthévane, periodista para France 24, y Teimuraz, diplomático francés. Su segundo esposo, el escritor y periodista georgiano Janri Kashia, falleció en 2012. Además de georgiano y francés, Zourabichvili habla con fluidez inglés e italiano.
Durante su mandato, ha defendido los derechos de las mujeres y ha abogado por la igualdad de género. En varias ocasiones ha subrayado la importancia de la participación femenina en la política y otros sectores, diciendo en una ocasión que “el papel de las mujeres en nuestra sociedad es crucial”.