El viernes 10 de enero, Nicolás Maduro se colgó por tercera vez la banda presidencial, a pesar de las denuncias de fraude que mancharon el proceso electoral del pasado 28 de julio en Venezuela. El líder chavista ignoró las críticas de los organismos internacionales que validaron las actas recopiladas por la oposición. Documentos que acreditaban el triunfo en las urnas del candidato opositor Edmundo González Urrutia. Nada convenció a Maduro de que había llegado la hora de abandonar el Palacio de Miraflores. Su entorno tampoco estaba dispuesto a renunciar al poder. El mantenimiento del régimen no se entendería, de hecho, sin estas cinco figuras clave que le rodean.
Cilia Flores, la primera combatiente
“Cilita”, como se dirige a ella de forma cariñosa Nicolás Maduro, tiene mayor recorrido político que cualquier otra primera dama. Esta abogada especializada en Derecho Penal nació hace 68 años en la localidad de Tinaquillo, estado Cojedes, en el interior de Venezuela, pero creció en los barrios del oeste de Caracas.
En 1992, decidió unirse al equipo de defensa legal de los militares que participaron en el golpe de Estado de febrero de ese mismo año contra el entonces presidente Carlos Andrés Pérez. La asonada encabezada por Hugo Chávez no prosperó, pero es en esa época cuando Flores conoce a Maduro, un gris conductor de autobuses que también hacía campaña por la liberación del teniente coronel. No se casarían hasta 2013.
Flores pasó a formar parte de las filas del oficialismo después del primer triunfo electoral de Chávez en 1998. En el año 2000, como diputada. En 2006, como presidenta de la Asamblea Nacional, precisamente en sustitución de un Maduro que pasaba a ser ministro de Asuntos Exteriores. Se convirtió Flores en la primera mujer en dirigir el Parlamento.
En 2012, Chávez decidió nombrarla fiscal general de la República. Cargo en el que permaneció hasta la muerte un año después del presidente. Flores ha servido, además, como primera vicepresidenta del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y ha formado parte de la Asamblea Nacional Constituyente electa en 2017, tras los comicios boicoteados por la oposición.
Está sancionada por el Departamento de Estado de Estados Unidos desde 2018. En 2017, dos de sus sobrinos, Efraín Antonio Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas, fueron condenados a 18 años de cárcel por narcotráfico en Nueva York.
Delcy Rodríguez, vicepresidenta ejecutiva y ministra de Petróleo
Abogada de profesión, se graduó en la Universidad Central de Venezuela y cursó Derecho Laboral y Sindical en Francia. Fue profesora universitaria. Su padre murió en 1976 a los 34 años como consecuencia de las torturas de la policía política del Gobierno de Carlos Andrés Pérez.
En la época de Chávez ocupó el ministerio del Despacho de la Presidencia. Antes fue directora de Asuntos Internacionales del Ministerio de Energía y Minas y vicecanciller de Venezuela para Europa. Pero su ascenso meteórico en la nomenklatura chavista coincide con la llegada de Maduro al Palacio de Miraflores.
Durante la presidencia del líder chavista, Delcy ha servido como ministra de Comunicación e Información, Economía y Asuntos Exteriores, siendo la primera mujer en asumir esta última cartera. Fue, además, la primera presidenta de la polémica Asamblea Nacional Constituyente electa en 2017.
Ha protagonizado varios escándalos internacionales en representación del régimen. En España se recuerda el “Delcygate”. El pasado agosto, asumió la cartera de Petróleo. Está sancionada por Estados Unidos desde 2018.
Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional
Hermano de Delcy. Psiquiatra de profesión, Rodríguez es percibido como un intelectual. Escribe cuentos, es amante de la lectura y la poesía. Potencial sucesor de Maduro y figura clave para comprender su deriva autoritaria.
Integrante del ala izquierda del régimen, Rodríguez comparte orígenes políticos con el líder chavista. Ambos militaron en la Liga Socialista, un movimiento de izquierda revolucionaria creado a finales de la década de 1960 por el padre de los hermanos Rodríguez, Jorge Antonio Rodríguez.
Irrumpió en la escena política venezolana como rector y presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE) entre 2003 y 2006. Cargo desde el que sirvió los intereses del oficialismo. No en vano se convirtió en uno de los hombres de confianza de Chávez, que lo nombró vicepresidente ejecutivo de la República en 2017.
Fue alcalde de Caracas durante nueve años antes de llegar a la presidencia de la Asamblea Nacional. Encabezó las negociaciones con la administración de Joe Biden y la oposición, que facilitaron el proceso electoral del pasado 28 de julio. Fue precisamente el arquitecto de la campaña electoral del chavismo, que no logró ganar, según las actas recopiladas por la oposición.
Diosdado Cabello, ministro del Interior y Justicia
Vicepresidente del PSUV y número dos del chavismo. Máximo exponente del ala derecha del régimen. Integrante del golpe de Estado fallido de febrero de 1992. Ideológicamente más próximo al nacionalismo que al marxismo, lo que motiva las especulaciones sobre su presunta rivalidad con Maduro. Cabello lo niega. Dice que él y el líder chavista son hermanos porque ambos son “hijos de Chávez”.
Diosdado Cabello al expresidente de Colombia, Andrés Pastrana quien dijo que ya no eran 7 expresidentes sino 9 los que llegarían a Venezuela.
”Acá tenemos más puestos para el que quiera venir a joder a Venezuela”. pic.twitter.com/ClUO4G8vi9
— Madelein Garcia (@madeleintlSUR) January 7, 2025
Presentador de Con el mazo dando, un programa incendiario en emisión desde 2014. En la era Chávez sirvió como vicepresidente ejecutivo –cargo desde el que asumió la presidencia interina tras el golpe de Estado militar del 11 de abril de 2002 que depuso momentáneamente a su jefe–. También como ministro de la Secretaría de la Presidencia y de Infraestructura, como gobernador del estado Miranda, como presidente de la Asamblea Nacional y como presidente de la Asamblea Nacional Constituyente electa en 2017.
Desde el pasado agosto, Cabello dirige el Ministerio de Interior y Justicia, desde donde controla la Policía Nacional Bolivariana (PNB), la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) y el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin). Todas las fuerzas de seguridad interna. Sancionado por Estados Unidos desde 2018, el Departamento de Estado elevó hasta los 25 millones la recompensa por información que facilitara su detención o condena el viernes, tras la toma de posesión de Maduro.
Vladimir Padrino López, ministro de Defensa
La incorporación más reciente a la lista, pero no por ello la menos importante. Maduro es el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, pero él es la cara visible del Ejército. Padrino es uno de los ministros de Defensa que más tiempo ha ocupado el cargo en la historia de Venezuela.
Se ganó la confianza del chavismo tras rechazar formar parte del levantamiento militar de 2002. Lideraba entonces una unidad de blindados acantonada en el cuartel caraqueño de Fuerte Tiuna.
#Ahora| Vicepresidente Sectorial de Defensa y Soberanía, Vladimir Padrino López, hace lectura del documento en reconocimiento y reafirmación de la lealtad al Comandante en Jefe Nicolás Maduro Moros. #10Ene pic.twitter.com/tvLgUvFZNZ
— Globovisión (@globovision) January 10, 2025
En 2012, Chávez lo ascendió a segundo comandante del Ejército y jefe del Estado Mayor. En 2013, Maduro le ascendió a general en jefe. Un año después, llegó a la cúspide del Ministerio de Defensa, donde ha ido acumulando poder a marchas forzadas.
Se considera a sí mismo como “un soldado bolivariano, decidido y convencido de seguir construyendo la patria socialista”. Después de la investidura de Maduro, el Departamento de Estado de Estados Unidos emitió una recompensa de 15 millones a cambio de información sobre su paradero.