Mark Carney ha sido elegido como el nuevo líder del Partido Liberal de Canadá, sucediendo así a Justin Trudeau como primer ministro del país. Carney, de 59 años, asume el liderazgo en un momento de crecientes tensiones con Estados Unidos, marcadas por amenazas arancelarias y comentarios sobre una posible anexión de Canadá como el estado número 51 de EE UU.
Sin gran experiencia política pero con una amplia trayectoria en el ámbito económico
Nacido el 16 de marzo de 1965 en Fort Smith, Territorios del Noroeste, Carney creció en Edmonton, Alberta. Obtuvo una licenciatura en Economía de la Universidad de Harvard y posteriormente completó una maestría y un doctorado en Economía en la Universidad de Oxford. Carney se desempeñó como gobernador del Banco de Canadá de 2008 a 2013, periodo en el cual guió al país durante la crisis financiera global. Posteriormente, fue nombrado gobernador del Banco del Reino Unido, cargo que ocupó desde 2013 hasta 2020, convirtiéndose en el primer extranjero en liderar la institución, enfrentándose a situaciones complicadas como el Brexit.
Carney fue gobernador de los Bancos de Canadá y Reino Unido
Tras su regreso a Canadá, Carney anunció su candidatura para liderar el Partido Liberal en enero de 2025, destacando la necesidad de enfrentar desafíos económicos y políticos, especialmente en relación con la administración de Donald Trump en Estados Unidos. Su elección como líder del partido se produjo después de la dimisión de Justin Trudeau, quien había enfrentado una gran caída en su popularidad y la salida abrupta de la viceprimera ministra Chrystia Freeland en diciembre.
Aunque no tenga una gran experiencia política, Carney cuenta con una amplia trayectoria en el ámbito financiero y económico, lo que ha revitalizado al Partido Liberal y ha mejorado su posición en las encuestas. Según datos recientes, el apoyo al Partido Liberal ha aumentado al 34%, acercándose al 37% del Partido Conservador.
Su principal reto: la creciente tensión con Estados Unidos
El principal reto al que enfrenta Carney al frente de Canadá es la deteriorada relación con Estados Unidos. El presidente Donald Trump ha impuesto aranceles a las importaciones canadienses y ha sugerido la posibilidad de que Canadá se convierta en el estado número 51 de Estados Unidos.
Las aspiraciones soberanistas de Donald Trump
En su discurso de aceptación, Carney criticó las amenazas de Trump, afirmando que tales acciones “destruirían nuestra forma de vida”. Además, ha propuesto la implementación de aranceles de represalia dólar por dólar contra Estados Unidos como respuesta a las medidas adoptadas por la administración estadounidense.
La intención de Trump de destrozar la economía canadiense
La supuesta fractura en la relación entre Estados Unidos y Canadá, originada por Trump, no puede atribuirse únicamente a su visión comercial extremista ni a su convicción de que los aranceles son una táctica de presión efectiva. Aunque comparte un enfoque similar con respecto a México, solo ha puesto en entredicho la autonomía y soberanía de Canadá. Según The Washignton Post, altos funcionarios canadienses, incluido el primer ministro saliente Justin Trudeau, están convencidos de que las declaraciones altisonantes de Trump sobre convertir a Canadá en el Estado número 51 son auténticas y que considera que destrozar la economía canadiense es una vía para una futura anexión de Estados Unidos.
Banderas canadienses y estadounidenses ondean en el lado canadiense del Puente Ambassador en Windsor, Ontario
Según informó el New York Times, Trump expresó a Trudeau que “no consideraba válido el acuerdo que establece la frontera entre ambos países y que deseaba reexaminar sus límites”, sin aportar mayores detalles.
Si bien no se han producido despliegues militares ni señales de una confrontación armada, la Casa Blanca ha sido relacionada con diversas maniobras hostiles. Entre ellas, está la posibilidad de excluir a Canadá de la alianza de inteligencia “Cinco Ojos”, desmantelar acuerdos vigentes sobre la administración de los Grandes Lagos y replantear de manera significativa la colaboración militar a lo largo de toda América del Norte.
La experiencia de Carney en la gestión de crisis financieras y en el ámbito económico son uno de sus fuertes para conseguir superar la inquietud en la que se encuentra el pueblo canadiense. Además, Carney se enfrenta al líder conservador Pierre Poilievre en las próximas elecciones federales, previstas antes de octubre, y las últimas encuestas todo hacen indicar que no lo tendrá nada fácil.