Maia Sandu acaba de ser reelegida presidenta de Moldavia, lo que supone un soplo de alivio para todos sus ciudadanos pro-europeos. El margen ha sido holgado, aunque el voto fue tenso, ya que con las últimas elecciones, Moldavia se jugaba su posible candidatura a la UE. Pero, ¿quién es Sandu, la voz del europeísmo en este enclave soviético?
Maia Sandu nació el 24 de mayo de 1972 en la pequeña aldea de Risipeni, en el distrito de Făleşti, cerca de la frontera con Rumanía. Como casi todas las mujeres en política, su formación académica fue sobresaliente: tras obtener una licenciatura en Relaciones Internacionales en la Academia de Estudios Económicos de Moldavia, completó un máster en Administración Pública en la Universidad de Harvard, en Estados Unidos. Una educación de alto nivel que sin duda sentó las bases de su visión reformista y proeuropea para Moldavia.
Antes de entrar plenamente en la política, Sandu trabajó durante varios años en organismos internacionales: fue economista en la oficina del Banco Mundial en Chisináu, y más tarde ocupó el cargo de asesora del director ejecutivo de la misma institución en Washington, D.C.
De vuelta a Moldavia
Pero en 2012, Sandu fue llamada de vuelta a Moldavia para asumir el cargo de ministra de Educación, un puesto que ocupó hasta 2015. Durante su mandato, se propuso reformar el sistema educativo, enfrentándose a una fuerte resistencia por parte de sectores conservadores y corruptos. Entre sus iniciativas más clave se incluyó la lucha contra el fraude en los exámenes nacionales y la mejora del sistema de calidad de las escuelas. “La resistencia al cambio, los problemas abrumadores en el sector educativo, el discurso de odio… todo esto hizo mi vida realmente difícil”, confesó en una ocasión.
En 2016, Sandu fundó el Partido Acción y Solidaridad (PAS), una formación política de centroderecha con una clara orientación proeuropea y reformista. Ese mismo año, se presentó a las elecciones presidenciales, aunque fue derrotada por el candidato respaldado por Moscú, Igor Dodon. La derrota no debilitó su voluntad de seguir luchando por una Moldavia más justa y alineada con los valores de la Unión Europea.
En noviembre de 2020, Maia Sandu consiguió derrotar a Dodon en las elecciones presidenciales, un momento clave para el futuro de Moldavia. Este triunfo marcó un punto de inflexión en la política del país, ya que representaba un giro definitivo hacia Europa y alejaba a Moldavia de la esfera de influencia rusa. “Hemos elegido la honestidad, la justicia y el cambio”, declaró tras su victoria, que fue ampliamente celebrada por los partidarios de una mayor integración en la UE.
Pro-Europa
Uno de los mayores desafíos de su mandato ha sido la gestión de la influencia rusa en la región, especialmente tras la invasión de Ucrania en 2022. Sandu es una firme defensora de la soberanía de Moldavia y ha acusado repetidamente a Moscú de interferir en los asuntos internos del país. En 2023, la presidenta acusó a Rusia de orquestar un intento de golpe de Estado en su país a través de grupos prorrusos. “Las fuerzas criminales están tratando de desestabilizar Moldavia para detener su avance hacia Europa“, advirtió en una de sus comparecencias.
La adhesión de Moldavia a la Unión Europea ha sido uno de los pilares de la presidencia de Sandu. En junio de 2022, bajo su liderazgo, Moldavia obtuvo el estatus de país candidato a la UE, un logro que fue visto como un paso decisivo hacia el futuro europeo del país. Ella misma subrayó en muchas ocasiones que la integración en la UE es “el único camino viable” para garantizar la paz, la estabilidad y el desarrollo económico en Moldavia.
La integridad
A lo largo de su carrera, Sandu ha mantenido un discurso claro y firme contra la corrupción, uno de los problemas endémicos de Moldavia. En sus intervenciones, suele dejar claro que la lucha contra la corrupción es clave para el futuro del país: “El Estado debe pertenecer a la gente honesta, no a los oligarcas ni a los criminales”, ha insistido repetidamente. Una postura que, comprensiblemente, le ha valido tanto admiración como enemigos poderosos dentro y fuera de Moldavia.
Ayer 20 de octubre de 2024, Sandu volvió a presentarse a la presidencia y fue reelegida, en unas elecciones que se celebraron junto con un referéndum sobre la integración de Moldavia en la Unión Europea. A pesar de la ajustada victoria del “sí” en el referéndum (50,45%), el triunfo de Sandu si que reafirmó su mandato para llevar al país hacia Europa, alejándolo de la influencia rusa. Si bien es verdad que el resultado demuestra una sociedad dividida, reto que Sandu deberá enfrentar en su segundo mandato.
Su liderazgo ha sido elogiado internacionalmente, y figuras como Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, han reconocido su papel en la defensa de la democracia en un contexto de “intimidación sin precedentes” por parte de Rusia. Sin embargo, a nivel interno, la presidenta enfrenta críticas por la difícil situación económica del país y los problemas derivados de la alta inflación.