¿Qué va a pasar con Repsol por culpa de Donald Trump?

La polémica que rodea a Repsol y Donald Trump pone de relieve la fragilidad de las alianzas energéticas en contextos de alta polarización

Repsol - Economía
Un gran cartel con el logotipo de Repsol Shutterstock

El reciente anuncio que vincula a Repsol y Donald Trump ha puesto en jaque a la petrolera española. La Administración Trump, con la intención de endurecer las sanciones contra el régimen de Nicolás Maduro, ha notificado a Repsol y a otras compañías asociadas con la venezolana PDVSA que sus permisos para exportar crudo y derivados desde Venezuela quedan cancelados. Esta decisión podría modificar de forma radical los planes de expansión de la empresa y su relación con el mercado energético internacional.

¿Por qué ha decidido Trump cancelar los permisos?

La decisión del presidente estadounidense de bloquear las exportaciones de crudo venezolano no solo afecta a Repsol y Donald Trump como actores principales en el escenario mediático, sino a toda la industria petrolera con presencia en Venezuela. Según la Agencia EFE, la estrategia busca aislar económicamente al régimen de Maduro y presionar a las compañías internacionales para que dejen de operar con PDVSA. Trump también ha anunciado la imposición de un arancel del 25% a todos los países que importen petróleo y gas de Venezuela, aumentando la tensión en los mercados energéticos.

En este contexto, Repsol y Donald Trump se sitúan en el centro de las conversaciones globales sobre sanciones y políticas exteriores. Para Trump, el objetivo es debilitar a Maduro y empujar a las empresas a cesar sus operaciones lo antes posible. Mientras tanto, Repsol afronta un panorama incierto que podría obligarla a repensar su estrategia de inversión en el país sudamericano.

¿Cuál es la exposición de Repsol en Venezuela?

Aunque el impacto se concentra ahora en la relación entre Repsol y Donald Trump, la petrolera española cuenta con un historial de inversiones sustanciales en Venezuela. De acuerdo con sus informes financieros de 2024, Repsol produjo una media de 64 millones de barriles diarios en ese país y tiene una exposición patrimonial estimada en 504 millones de euros. Este capital se ha destinado a varias operaciones conjuntas con PDVSA, incluida la empresa Petroquiriquire, donde se acordó aumentar la producción de crudo tras la relajación de las sanciones durante el mandato de Joe Biden.

¿Qué va a pasar con Repsol por culpa de Donald Trump?

El presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump, hace una declaración en la Oficina Oval de la Casa Blanca en Washington, DC | EFE

Hasta finales de mayo, todas las petroleras afectadas deberán liquidar sus actividades en Venezuela. Eso supone un reto logístico y financiero significativo. Repsol y Donald Trump forman ahora parte de un enfrentamiento diplomático que podría cambiar el mapa del sector energético global. Mientras otras empresas como la italiana Eni o la francesa Maurel & Prom han paralizado o reducido su actividad, Repsol se encuentra evaluando alternativas para cumplir con la nueva normativa estadounidense sin incurrir en sanciones adicionales.

¿Cómo afecta la medida a las operaciones internacionales?

Además de la presión que pone a Repsol y Donald Trump en la mira, la medida afecta a otras compañías como la estadounidense Global Oil Terminals y la india Reliance Industries, que se habían beneficiado de permisos especiales para procesar crudo venezolano en sus refinerías. Esto rompe de forma abrupta con el marco regulatorio impuesto previamente por la Administración Biden, que permitía a ciertas empresas seguir operando bajo licencias específicas.

Con la cancelación de estos permisos, la cadena de suministro de petróleo venezolano queda aún más comprometida. En febrero, el país sudamericano exportó 910.000 barriles diarios de crudo y combustible. Una cifra que podría caer drásticamente ante las políticas impulsadas. La incertidumbre en los mercados petroleros podría repercutir en los precios del crudo, afectando no solo a las petroleras, sino también a los consumidores finales.

La revocación de la licencia clave que permitía a Chevron, una de las últimas petroleras estadounidenses con presencia significativa en Venezuela, seguir operando, apunta a la determinación de Trump de marcar un punto de inflexión en la política energética de Estados Unidos. El hecho de que Chevron deba desmantelar sus instalaciones refuerza el mensaje de que la Casa Blanca ya no concederá excepciones. Esta noticia se suma al giro que experimentan Repsol y Donald Trump en la gestión de la crisis venezolana, acelerando la retirada de otros inversores y generando más inseguridad jurídica.

¿Qué va a pasar con Repsol por culpa de Donald Trump?

Una imagen simbólica de la guerra comercial de Estados Unidos y la Unión Europea | Shutterstock

Para Repsol, la retirada de Venezuela podría suponer un golpe importante a sus balances. La exposición patrimonial de 504 millones de euros y la producción media de 64 millones de barriles diarios en el país reflejan la magnitud de la operación. Si bien la compañía logró firmar acuerdos durante la etapa de flexibilización, la imposición de sanciones deja pocos márgenes para maniobrar.

¿Puede España verse afectada?

El impacto de la decisión de Repsol y Donald Trump trasciende el ámbito corporativo. Con la imposición de un arancel del 25% a los países que importen petróleo y gas de Venezuela, España podría ver encarecidas sus importaciones energéticas. Aunque el volumen de crudo venezolano que llega a territorio español no es tan elevado como en otras épocas, cualquier medida que genere volatilidad en el mercado del petróleo termina repercutiendo en las economías europeas.

Por otro lado, la repercusión diplomática tampoco es menor. El choque frontal entre Estados Unidos y Venezuela ha venido escalando con cada nueva sanción. Y España, como socio de la Unión Europea, mantiene una postura crítica hacia el régimen de Maduro. Sin embargo, las sanciones unilaterales impuestas por Trump se aplican con o sin el beneplácito europeo. Eso complica el margen de maniobra para defender los intereses de empresas como Repsol.

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