Tribuna

¿Qué se juega España en las presidenciales de México?

Hoy, son cuatro los países con los que el Gobierno de Pedro Sánchez tiene dificultades serias -o imposibles- para relacionarse

Elecciones en México

Un votante muestra su pulgar marcado con tinta tras votar en las elecciones generales mexicanas este domingo, en un colegio electoral en la Ciudad de México Efe

Hace unas semanas asistíamos, tan atentos como estupefactos, a la retirada de la embajadora de España en Argentina mientras Israel llamaba a consultas a su embajadora en España tras el reconocimiento exprés del Gobierno del Estado Palestino.

En 2022 fue Argelia quien, tras la carta de Pedro Sánchez a Mohamed VI respaldando el plan de autonomía marroquí para el Sahara Occidental, rompía relaciones sumándose así a México que, desde 2019, tiene las suyas en pausa.

Récord de incompetencia en política exterior

Es decir, a día de hoy, son cuatro los países con los que España tiene dificultades serias -o imposibles- para relacionarse. No será fácil igualar este récord de incompetencia en la política exterior española. No es fácil conseguir bloquear las relaciones diplomáticas, con las consecuencias comerciales y sociales que conlleva, en los dos ejes prioritarios de nuestra acción exterior: el Norte de África y América Latina. Aun así, Sánchez pasa por ser un referente a nivel internacional y él se atreve a sacar pecho de “los éxitos de este país”, como hacía en la última sesión del control del pasado miércoles.

Dicho esto, y desconfiando de la capacidad de “desfacer” tan difíciles entuertos, hoy puede comenzar a resolverse uno de ellos. No será por la acción acertada del Gobierno de España, ni mucho menos del jefe de la diplomacia nacional. Será gracias a la decisión libre y responsable de los más de cien millones de mexicanos que están decidiendo este domingo quién será su presidenta de la República durante los próximos seis años.

Política a pesar de la violencia extrema

Dos son las candidatas. Por primera vez en la historia son dos mujeres las que compiten. Una de las dos llegará a la Presidencia de la República en medio de unas elecciones –y un contexto político- muy extraordinario. Primero, por el gran número y tipo de cargos públicos. Se eligen más de 20.000 cargos públicos entre alcaldes, gobernadores, congresistas, senadores y presidenta de la República. Un número desorbitadamente alto incluso en un país tan grande como México. Nunca ha habido unas elecciones donde esté en juego tanto poder. A esto se unen unas condiciones de violencia política extrema con más de 30 candidatos asesinados, la coacción de miles de ellos, lo que ha supuesto la renuncia de, al menos, 6.000 y cientos de agredidos.

Sheinbaum

La candidata presidencial oficialista Claudia Sheinbaum en su cierre de campaña en el Zócalo de la Ciudad de México

Dos son las opciones que tiene España. Si la elegida es Claudia Sheinbaum, candidata oficialista del Morena de López Obrador, la duda está en si será capaz de alejarse de la política de enfrentamiento que AMLO comenzó hace seis años con España y su exigencia de petición de perdón por los excesos de la conquista. Nada indica que así vaya a hacerlo. No se ha separado ni un milímetro del guión que cada mañanera le marca el presidente. Digamos que podría ser una versión sofisticada del ‘mansplaining’. Por el contrario, si la elegida es Xóchitl Gálvez, de origen indígena y sin complejos, que lidera una coalición de rivales históricos -PAN+PRI+PRD- hoy reunidos para lograr superar la situación de fortísimo deterioro institucional creada por AMLO, la relación con España se resolverá a poco que el Gobierno español así lo quiera.

Xóchitl Gálvez

La candidata a la presidencia de México por la coalición Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez, saluda a simpatizantes un acto de campaña en la ciudad de Pachuca

Urge hacerlo. Hasta 2021, España era el segundo socio comercial de México y ese puesto hoy lo ocupa China. Es el país del mundo con mayor número de hispanohablantes, seguido de los Estados Unidos, un país que alberga a 180.000 españoles –que pronto, gracias la ley de memoria democrática- serán 200.000. Un país que ha sido y es, fundamental para España.

Sánchez apuesta por Sheinbaum

En este contexto, no deja de sorprender la apuesta de Pedro Sánchez por Claudia Sheinbaum, que se presenta por el partido hermano de Podemos/Sumar y no forma parte de la Internacional Socialista que él preside. De hecho, el aliado tradicional del PSOE había sido siempre el Partido Revolucionario Independiente, PRI, que hoy forma parte de la coalición que apoya a Xóchitl Gálvez. Una coalición sin precedentes, de tres partidos ideológicamente contrapuestos, unidos con el fin de frenar la hegemonía de López Obrador y el deterioro democrático éste que ha provocado. Pues bien, ni un gesto del presidente español a esta coalición del PAN-PRD y PRI, que puede hacerse, además y por primera vez en la historia, con la presidencia de la Ciudad de México con el panista Taboada. Alguien, si no es en Moncloa, al menos en Santa Cruz, debería tomarse en serio el papel que España tiene que jugar en la región.

Juan Rulfo situó en Comala a un personaje, Pedro Páramo, a quien describió como un rencor vivo. Es el momento de pasar la página de los rencores y agravios y abramos un nuevo capítulo en nuestras relaciones. Ni podemos, ni debemos permitirnos una desconexión con dos países hermanos y socios como México y Argentina. Iberoamérica tiene que volver a ser una prioridad para España y hemos de estar a la altura del reto que nos plantea esta relación. Ojalá las elecciones históricas que se celebran hoy permitan inaugurarlo.