La invitación que hizo la presidenta electa mexicana Claudia Sheinbaum a su par ruso Vladimir Putin para que asista a su toma de posesión el próximo 1 de octubre cayó como un balde de agua fría en la política internacional y nacional y dejó sobre la mesa de discusión una interrogante: ¿fue casual, un acto protocolario o un mensaje político?
Putin tiene una orden orden de arresto que emitió la Corte Penal Internacional en marzo de 2023 por crímenes cometidos en el marco de la guerra en Ucrania y México es parte de la corte desde hace 18 años.
Desde la Guerra Fría
El analista internacional Agustín Barrios Gómez, miembro del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, observó para Artículo14 que, en el tema de Rusia, o en su momento la Unión Soviética, México siempre ha jugado un papel de “no alineado” hacia afuera y aliado encubierto de Estados Unidos hacia adentro.
Recordó que durante la Guerra Fría hubo casos en que funcionarios mexicanos supuestamente colaboraban con la URSS pero que luego resultó que lo hacían por petición de autoridades americanas e informándoles a éstas todo el tiempo.
“Es posible que estemos ante un caso de un gobierno mexicano que muestra su “independencia” al invitar a Putin, pero realmente con la anuencia de Estados Unidos.
“No es difícil imaginar una situación en donde le sea de mucho interés a las agencias de inteligencia americanas que los rusos vengan a la Ciudad de México (que es un territorio que tienen muy controlado) para poder intervenir y/o observarlos”.
La UE pide su detención
Desde la Unión Europea, el portavoz de Asuntos Exteriores de la Comisión Europea, Peter Stano instó a México a detener al presidente ruso en caso de asista a la toma de posesión de Sheinbaum, el próximo 1 de octubre, pero lo puso en duda.
“México participó en la cumbre de paz en Suiza, en la que hubo consenso en que Rusia debe poner fin a su guerra contra Ucrania. No obstante, en dicha cumbre, se abstuvo de firmar la declaración final en defensa de la soberanía territorial de Ucrania, señalando que Rusia debía ser incluida en las negociaciones”, recordó.
Desde Rusia, donde el tema se volvió un escándalo mediático, la tiktoker rusa Xenia Reina dudó que Putin viajara a México para acudir a la ceremonia a la que fueron invitados casi 70 mandatarios de todo el mundo. “No sé por qué hicimos en Rusia todo un show, si no sabemos nada de política latinoamericana y nadie sabe quién es la nueva presidenta de México”.
¿Qué ha dicho Sheinbaum?
Después de que Ucrania hizo un llamamiento oficial a la detención de Putin, Sheinbaum defendió la invitación como un acto en el marco de la tradición mexicana que “históricamente” busca “la paz” entre los países.
“Vamos a seguir con esta política y ya vamos a ver quién confirma que vaya a venir a la toma de posesión”.
Sin contestar directamente a la pregunta sobre la petición de Ucrania, la presidenta electa dijo que no se trata de un trato especial al polémico mandatario ruso, sino una simple nota diplomática.
El futuro secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, lo resumió como “una “práctica protocolaria” con “todos los países con los que México tiene relaciones, sin hacer exclusiones” y que se espera que “un buen número de mandatarios” en la toma de posesión, aunque aclaró que “cada país decide a quién manda”.
El ajedrez geopolítico
La analista internacional Aribel Contreras observó, al igual que Barrios Gómez, que podría tratarse de un mensaje de distanciamiento de las políticas internacionales de su principal socio: Estados Unidos, con quien el gobierno frecuentemente tiene la necesidad de mostrar sus simpatías con regímenes de izquierda para una imagen doméstica.
“Cuando Nicolás Maduro, el polémico presidente de Venezuela, vino a México fue abucheado y altamente criticado tanto él como el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien lo invitó”, dijo la experta.
El reflejo de la ideología de AMLO
“Estamos en una coyuntura en la que pareciera que la política exterior de México es afín a la ideología del presidente mexicano”, agregó.
“Eso ha encendido mucho los ánimos en México en un contexto de alta polarización”, como cuando dio refugio al entonces prófugo ex presidente boliviano Evo Morales; su apoyo al reconocer con premura el triunfo del colombiano Gustavo Petro o en sus confrontaciones con el argentino Javier Milei.
Barrios Gómez agregó que dada la firma de México a los tratados relacionados con la Corte Internacional de Justicia, sería muy poco probable que acudiera el presidente ruso en persona, pero incluso una comitiva podría “ser interesante de espiar” estando aquí en América del Norte.