Mientras la mayoría masculina de líderes de países de la OTAN decide en Washington los pasos a dar por la Alianza en el futuro, sus parejas, una mayoría femenina, tendrán una agenda paralela de actividades, con la primera dama de Estados Unidos, Jill Biden, como anfitriona.
La cumbre debe servir para reafirmar el apoyo a Ucrania en su guerra contra Rusia, el compromiso de los estados miembros de alcanzar un gasto suficiente en defensa y conmemorar el 75 aniversario de la gran alianza militar occidental. Y hay cosas que no han cambiado en estos 75 años, como el hecho de que casi no hay mujeres en el liderazgo de sus integrantes. De los 32 países participantes en la cumbre, solo cuatro llegan con delegaciones lideradas por mujeres jefas de gobierno: Italia con Giorgia Meloni, Dinamarca con Mette Frederiksen, Estonia con Kaja Kallas y Letonia con Evika Silina.
La primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen y su esposo Bo Tengberg
Para sus parejas y las de todos los demás líderes, Jill Biden tiene previstas un par de actividades en Washington.
Poco después del mediodía, la primera dama estadounidense les ofrecerá un desayuno-almuerzo en el Museo Smithsonian de Historia Americana, una de las más importantes instituciones culturales capitalinas y punto de visita habitual de los turistas que acuden cada año a conocer el epicentro del poder de la gran potencia. Se espera que Biden dirija unos breves comentarios a los asistentes, pero sin posibilidad de preguntas para la prensa que cubra el evento, probablemente no se referirá al gran tema de las últimas semanas, las dudas sobre la viabilidad de la candidatura de su marido, el presidente Joe Biden, a la reelección y su capacidad de influir en su decisión final.
Es posible que el evento sea una oportunidad para que las primeras damas y caballeros curioseen por un museo que contiene hitos de la historia estadounidense como el uniforme militar de George Washington o el escritorio en el que Thomas Jefferson escribió sus ensayos. En los últimos tiempos ha tratado de hacerse eco de las nuevas sensibilidades que se abren paso en la sociedad estadounidense y estos días exhibe una muestra dedicada a reporteras latinas.
Por la noche, ya con su marido, Jill Biden acudirá a la cena de gala a la que están invitados todos los líderes y sus parejas en la residencia presidencial de Camp David.
A asistentes habituales como Brigitte Macron, mujer del presidente francés, estará esta vez Victoria Starmer, la esposa del flamante nuevo primer ministro británico, el laborista Keir Starmer. Ambos se estrenan en la arena internacional con su asistencia a esta cumbre. Starmer comparte con su anfitriona, Jill Biden, el haberse dedicado a la educación. Si Biden trabajó durante décadas en un colegio comunitario, la señora Starmer trabaja como terapeuta ocupacional en el Servicio Nacional de Salud británico, un puesto que no quiere dejar pese a la nueva vida pública a la que la ha abocado el triunfo electoral de su marido.
Quien no asistirá es la mujer del presidente del gobierno español, Begoña Gómez. Sus problemas con la justicia en su país, donde se la investiga por presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios, habrían impedido a Gómez ser una más en la reunión de primeras damas y caballeros.
La que tal vez aproveche para despedirse será Ingrid Schulerud, la mujer del secretario general de la Alianza, el noruego Jens Stoltenberg. Esta será la última cumbre de él en el cargo y la última oportunidad de su señora de compartir con las primeras damas y caballeros.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y su mujer, Ingrid Schulerud
Entre los pocos hombres parejas de líderes mujeres, destacan tanto las presencias como las ausencias. No estará el periodista Andrea Giambruno, expareja de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. Ella anunció el pasado octubre su separación del periodista después de que se difundieran una grabación en la que el parecía cuestionar la actuación de mujeres víctimas de agresiones sexuales.
La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, junto a Joe Biden y Stoltenberg
En realidad, ha sido una constante que en cumbres anteriores las mujeres parejas de líderes han participado en las actividades paralelas con mucha más asiduidad y entusiasmo que los hombres casados o emparejados con jefas de gobierno. En la celebrada en Madrid en 2022, solo dos de ellos acompañaron a la reina Letizia en su paseo oficial por el Museo del Prado. Uno de ellos era Gauthier Destenay, marido del entonces primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel. Pero Bettel ya no está en el cargo, por lo que es posible que esa exigua presencia masculina se reduzca aún más.