En 2024, los partidos de extrema izquierda en Europa están experimentando una evolución diversa. Algunos están fortaleciendo su posición, mientras otros están enfrentándose a desafíos muy importantes. Este fenómeno se refleja en varios países, donde la extrema izquierda sigue siendo una fuerza política relevante, aunque con variada influencia. Con el horizonte de las Elecciones Europeas a un par de días de distancia, y tras haber analizado el caso de los partidos de extrema derecha, toca poner el foco en el lado opuesto.
La diversidad de la extrema izquierda en Europa
En España, la extrema izquierda se manifiesta principalmente a través de partidos como Unidas Podemos y otros movimientos independistas como Bildu y ERC. Unidas Podemos, que formó parte del gobierno de coalición liderado por el PSOE antes de la irrupción de Sumar, sigue siendo un actor importante, aunque está pasando por un largo proceso de descomposición. Movimientos como el Frente Obrero también están ganando visibilidad, abogando por una agenda radical que incluye la salida de la UE y la OTAN, y un fuerte control migratorio.
Por su parte, en Francia la legitimación histórica de la extrema izquierda sigue presente, aunque lo hace con matices. Partidos como La Francia Insumisa, liderado por Jean-Luc Mélenchon, mantienen una base de apoyo considerable. Sin embargo, enfrentan una competencia feroz de la extrema derecha. Especialmente, de la Agrupación Nacional de Marine Le Pen, que ha capitalizado el descontento con las políticas tradicionales y ha erosionado parte del apoyo popular a la extrema izquierda con su perfil antieuropeísta.
La candidate de Podemos a las eleciones europeas, Irene Montero,durante un acto sobre vivienda en Madrid (EFE)
En Portugal, la extrema izquierda ha jugado un papel crucial en la política reciente. El Partido Comunista Portugués y el Bloque de Izquierda han sido socios clave en gobiernos de coalición junto a los socialistas, aunque la reciente victoria del centroderecha sugiere un cambio en la tendencia política lusa. No obstante, la extrema izquierda sigue siendo una fuerza importante en el parlamento y en las calles. No se diluye de la noche a la mañana. Permanece ahí, a la espera de aglutinar el voto en nuevas informaciones o en resurreciones políticas.
La influencia y los desafíos de estas formaciones políticas
La extrema izquierda en Europa tiene por delante varios desafíos muy importantes. Uno de los más destacados es la competencia con la extrema derecha, que ha logrado capturar una parte significativa del electorado descontento. En muchos casos, la extrema izquierda también lucha por diferenciarse de los partidos socialdemócratas y liberales, que a menudo comparten algunos objetivos progresistas pero difieren en la metodología y la intensidad de sus políticas.
En Alemania, el crecimiento de Alternativa para Alemania, un partido de extrema derecha, ha puesto a la extrema izquierda en una posición defensiva. La ha obligado a movilizarse y redefinir su estrategia para mantener su relevancia.
Las elecciones europeas de 2024 serán una prueba crucial para la extrema izquierda en Europa. En varios países, estos partidos quieren consolidar su posición y aumentar su representación en el Parlamento Europeo. Sin embargo, tendrán que luchar cuesta arriba contra una creciente ola conservadora y una extrema derecha que sigue ganando terreno. La capacidad de la extrema izquierda para formar coaliciones efectivas y presentar una visión coherente y atractiva para el electorado será determinante para su éxito futuro. Y para su supervivencia, por supuesto.