La crisis migratoria ha irrumpido con fuerza en la cumbre de líderes de la Unión Europea, eclipsando incluso temas cruciales como la guerra en Ucrania y el conflicto en Oriente Próximo. Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, se enfrenta a este debate en una posición delicada, prácticamente aislado. A pesar de que España ha registrado un aumento dramático en la presión migratoria, sobre todo en la ruta de Canarias, donde las llegadas de migrantes irregulares se han duplicado en 2024, Sánchez se ha mantenido firme en su negativa a endurecer la política migratoria de la UE y acelerar las expulsiones. Se niega a aceptar el ‘modelo Meloni‘.
Y es que el mencionado ‘modelo Meloni’, liderado por la primera ministra italiana Giorgia Meloni, ha ganado terreno y adeptos en Europa. La líder italiana, que al principio fue criticada por su acuerdo con Albania para crear centros de deportación y retención de migrantes fuera del territorio de la Unión Europea, ha visto cómo su enfoque pragmático y duro se ha convertido en un ejemplo a seguir. Incluso la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha insinuado la posibilidad de extender este modelo a otros países de la UE, abriendo la puerta a un cambio significativo en la política migratoria europea.
El ‘modelo Meloni’: una nueva hoja de ruta para Europa
El ‘modelo Meloni’ propone una política migratoria que apuesta por el control de las fronteras externas de la UE a través de acuerdos con terceros países. En esencia, los migrantes irregulares serían retenidos en centros fuera de las fronteras de la Unión, como los que se están estableciendo en Albania, donde se gestionarían las deportaciones y se controlaría el flujo migratorio. Este modelo ha sido celebrado por la propia Meloni, quien ha declarado sentirse “orgullosa de que Italia se haya convertido en un modelo a seguir”. Según la líder italiana, el enfoque de su gobierno está demostrando ser eficaz y pragmático, atrayendo el interés de países como Francia, Alemania y Suecia.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni | EFE
Ursula von der Leyen, en una carta enviada a los jefes de Estado y de Gobierno de la UE antes de la cumbre, ha planteado la necesidad de revisar la directiva de retorno y de acelerar las repatriaciones de migrantes irregulares. En la misiva, la presidenta de la Comisión advirtió que la presión migratoria, exacerbada por actores externos como Rusia y Bielorrusia, requiere una respuesta más contundente y coordinada.
Pedro Sánchez, la voz disonante en la UE
A pesar de la creciente aceptación del ‘modelo Meloni’ en Europa, Pedro Sánchez ha mantenido una postura firme en contra de esta política migratoria más restrictiva. Durante la cumbre, el presidente español ha abogado por adelantar la entrada en vigor del Pacto de Migración y Asilo de la UE, cuya aplicación total no se espera hasta 2026. Para Sánchez, este pacto representa un equilibrio necesario entre la solidaridad y la responsabilidad. Considera que no se puede calificar de fracaso un acuerdo que aún no se ha puesto en marcha.
El Gobierno español insiste en que las soluciones a la crisis migratoria deben pasar por vías seguras y regulares de migración, además de trabajar en los países de origen y tránsito para combatir las mafias que trafican con personas. La ministra portavoz, Pilar Alegría, ha reiterado que España no apoyará la creación de centros de deportación en terceros países. Cree que estas políticas no están alineadas con los principios humanitarios y solidarios que defiende el Pacto de Migración y Asilo.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su intervención en las jornadas “World in Progress Barcelona” | EFE
Mientras España se mantiene firme en su defensa de una política migratoria más humanitaria, el resto de Europa parece inclinarse hacia enfoques más duros. Giorgia Meloni ha convocado una minicumbre con los Estados miembros más afectados por la inmigración, como Polonia y los Países Bajos. ¿El propósito? Tratar de avanzar en su modelo. No obstante, Pedro Sánchez no asistirá a esta reunión.
El primer ministro polaco, Donald Tusk, ha sido uno de los últimos en anunciar un endurecimiento de la política migratoria de su país. Ha llegado incluso a suspender el derecho de asilo para proteger la frontera polaca de lo que considera “ataques híbridos” por parte de Rusia y Bielorrusia. Bruselas ha advertido a Polonia sobre la importancia de respetar el derecho de asilo. Sin embargo, también ha reconocido la necesidad de tomar medidas más drásticas frente a la presión migratoria en las fronteras de la UE.