El enjambre sísmico en Santorini ha puesto en alerta a Grecia tras una serie de temblores que han sacudido la región desde finales de enero. El último de estos eventos ocurrió el 18 de febrero, cuando un terremoto de magnitud 4,9 sacudió la zona cercana a Oia. Su profundidad superficial de apenas 5 kilómetros intensificó la percepción del temblor entre los residentes y turistas, aumentando la preocupación por la estabilidad de la región.
El fenómeno del enjambre sísmico en Santorini no es un simple conjunto de sismos aislados, sino una secuencia de temblores continuos sin un evento principal identificable. Según la Universidad Aristóteles de Tesalónica, entre el 26 de enero y el 14 de febrero se registraron más de 19.200 sismos en el sur del Egeo. Eso ha generado temor en la población y una respuesta urgente de las autoridades.
¿Qué es un enjambre sísmico?
El enjambre sísmico en Santorini se diferencia de los terremotos tradicionales porque no tiene un sismo principal seguido de réplicas. Según el Servicio Geológico de los Estados Unidos, un enjambre sísmico es una serie de temblores que ocurren en una misma área en un intervalo de tiempo relativamente corto. Estos eventos pueden prolongarse durante días, semanas o incluso meses.

Un mapa de los registros de sismos elaborado por el Laboratorio de Geofísica | Universidad Nacional de Atenas
En este caso, el enjambre sísmico en Santorini ha mantenido una actividad constante desde finales de enero, lo que ha generado incertidumbre sobre si la situación podría derivar en un terremoto de mayor magnitud o si los temblores cesarán de forma natural.
La respuesta de los expertos ante la crisis sísmica
Dionysia Kobaiou, profesora de geofísica, ha comparado la incertidumbre del enjambre sísmico en Santorini con lo que vivió la población griega durante la pandemia de COVID-19. “En 2020-2021 podíamos quedarnos en casa y protegernos del virus, mientras que ahora, en cualquier momento, no sabemos qué podría pasar”, afirmó en una entrevista con la agencia AFP.
Las autoridades griegas han tomado medidas para gestionar esta crisis, declarando el estado de emergencia en las islas de Amorgós, Santorini, Folegandros y Milos. Equipos de rescate y monitoreo han sido desplegados en la zona para evaluar posibles daños y garantizar la seguridad de los habitantes.

Una calle acordonada en el pueblo de Oia, sobre los acantilados de la caldera volcánica de Santorini | EFE
El gobierno también ha reforzado el sistema de sensores sísmicos en la región para obtener datos más precisos sobre la actividad en curso. Sin embargo, la falta de respuestas concretas sobre la causa de los temblores ha generado ansiedad entre la población local y los turistas que visitan la isla.
¿Puede el enjambre sísmico en Santorini causar un desastre?
A pesar de la magnitud moderada de los temblores, el enjambre sísmico en Santorini ha dejado una fuerte huella psicológica en la población. Muchos residentes recuerdan con preocupación el devastador terremoto de 1956, que alcanzó una magnitud de 7.5-7.7 y provocó un tsunami con olas de hasta 20 metros. En aquella ocasión, las Cícladas sufrieron graves daños, y algunas islas tardaron años en recuperar su infraestructura.
Sotiris, un residente de Santorini, relató su experiencia tras sentir el temblor del 10 de febrero de magnitud 5.3. “En Grecia estamos acostumbrados a los terremotos, pero la frecuencia de estos en las últimas semanas es preocupante”, comentó. Aunque el enjambre sísmico en Santorini no ha causado hasta ahora grandes daños materiales, la incertidumbre sobre su evolución mantiene en vilo a científicos y ciudadanos.