Ante la masiva pérdida de reclutas en el frente de guerra en Ucrania, así como el declive demográfico que sufre Rusia en los últimos años, el Kremlin está aplicando desde principios de 2025 una nueva política para fomentar la natalidad en el país.
Vladimir Putin ordenó el pago de bonos, que suministran gobernaciones locales en distintas regiones del territorio -oscilan entre los 200 y los 1.700 euros aproximadamente-, con el objetivo de motivar la maternidad entre jóvenes estudiantes rusas. La tasa de natalidad va en constante declive, y se busca revertir radicalmente la tendencia.

El objetivo es que las jóvenes rusas tengan hijos cuanto antes, para así aumentar las probabilidades de que tengan más criaturas. Expertos consultados por la BBC dudan de la efectividad de la medida, que ha provocado polémica entre sectores de la sociedad rusa.
Desmotivación
La desmotivación a formar familias en el marco de una guerra que parece no tener fin -con continuas movilizaciones y perdidas de soldados-, aasí como la salida de muchas personas de Rusia por discrepar del Gobierno de Putin, contribuyeron al descenso demográfico.
Los datos hablan por si solos: 2024 fue el año más bajo en natalidad en los últimos 25 años, con el nacimiento de 1,2 millones de personas. Para intentar revertir este fenómeno negativo, el Kremlin apunta a las mujeres más jóvenes. No obstante, solamente 310 mujeres menores 25 años habrían solicitado estos bonos.
Adolescentes embarazadas
Según datos de la Agencia Federal de Estadísticas de Rusia, la franja de adolescentes y jóvenes de 12 a 17 años dio a luz un total de 9.000 bebés en 2023, y se estima que cerca del 40% de los embarazos fueron abortados. Acorde a datos del ministerio de educación ruso, en julio de 2024 había unas 18.000 estudiantes de universidades que criaban a hijos menores de 3 años.

Al parecer, los pagos de bonos se otorgan sin condiciones respecto al estado civil de la mujer. La región de Kemerovo, de las últimas en adoptar el plan del Kremlin, ofrece pagos de unos 1.000 euros a estudiantes embarazadas. En 2024, esta región registró el embarazo de 515 niñas menores de edad. El objetivo de Putin es convencerlas para que no aborten.
Criticismo interno
Las críticas no llegan solamente desde sectores opositores, sino incluso desde voces afines a Putin, la diputada Ksenia Goryachova calificó lo que sucede como “la normalización del embarazo adolescentes, ya que cuando una niña de a luz a otro niño, no es heroísmo, sino una tragedia””. El ministro de trabajo trató de justificar los pagos, alegando que eran un simple apoyo económica a madres jóvenes en situación precaria.
Desde los años 90, la natalidad está en declive en Rusia. En 1990, antes de la caída de la Unión Soviética, se registraron unos 2 millones de nacimientos, mientras que en 1999 la cifra bajó a 1,2 millones. Las continuas crisis económicas y la inestabilidad política del país pospusieron los planes de paternidad de muchas familias.
Bonos en 2007
En 2007 se aplicó una medida similar a la actual, con la introducción de bonos para el nacimiento de un segundo hijo, que luego también se ampliaron para el primer bebé. El mayor resurgir se registró en 2014, cuando se llegó a la cifra 1,94 millones de nacimientos. Pero desde 2016 la cifra ha vuelto a decaer, en un fenómeno que se está traduciendo en una pérdida significativa de habitantes.
Se estima que en 2046 Rusia tendrá 138,77 millones de habitantes, cuando a principios de 2023 eran 146,65 millones. A Putin no le cuadran los números para su estrategia de guerra eterna.