La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) es la mayor alianza militar del mundo y ha sido un pilar fundamental en la seguridad global desde su fundación en 1949. A lo largo de sus más de 75 años de historia, la alianza ha crecido de los 12 países iniciales a los 32 actuales, con la reciente adhesión de Finlandia en 2023 y Suecia en 2024. Sin embargo, pocos saben que el Tratado del Atlántico Norte contempla la posibilidad de que un país decida abandonar la OTAN. Un escenario que, hasta la fecha, no ha ocurrido. Pero que está regulado dentro de sus estatutos.
La cláusula de salida de la OTAN
Aunque la expansión ha sido la norma en la historia de la OTAN, la posibilidad de que un país decida abandonar la OTAN está contemplada en el artículo 13 del Tratado del Atlántico Norte. Esta cláusula establece que cualquier Estado miembro puede retirarse del acuerdo, siempre que hayan transcurrido al menos 20 años desde la entrada en vigor del tratado, un umbral que se alcanzó en 1969.

La bandera de la OTAN ondeando | EFE
Para que la salida sea oficial, el país interesado en abandonar la OTAN debe notificar formalmente su decisión al Gobierno de Estados Unidos, que actúa como depositario del tratado. A partir de ese momento, el proceso no es inmediato. A fin de cuentas, la retirada solo se hace efectiva un año después de la notificación formal.
Estados Unidos, como depositario del Tratado del Atlántico Norte, es el encargado de informar al resto de miembros de la alianza sobre la decisión del país que ha solicitado su retirada. Hasta la fecha, ningún Estado ha activado esta cláusula, aunque ha habido tensiones en el pasado que han hecho que algunos gobiernos se plantearan esta posibilidad.
¿Por qué un país querría abandonar la OTAN?

El secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, charla con su homólogo alemán Boris Pistorius | EFE
Los motivos por los que un Estado podría querer abandonar la OTAN pueden variar según el contexto político, militar o económico. Algunas de las razones más comunes que podrían llevar a un país a plantearse su salida incluyen:
- Discrepancias políticas y estratégicas: A lo largo de los años, algunos países han expresado desacuerdos con las decisiones tomadas dentro de la OTAN, ya sea en términos de intervenciones militares, distribución de fuerzas o prioridades estratégicas.
- Presión económica: Formar parte de la OTAN implica contribuir financieramente a la alianza y asumir compromisos en materia de defensa. Algunos países podrían considerar que los costos superan los beneficios.
- Cambios en la política exterior: Gobiernos con posturas más aislacionistas o contrarias a la cooperación militar internacional podrían optar por abandonar la OTAN para reducir su participación en conflictos globales.
- Presión interna o movimientos populares: En algunos países, sectores de la población han mostrado rechazo a la pertenencia a la OTAN, especialmente en aquellos donde se percibe como una organización dominada por los intereses de Estados Unidos.