Reportaje

Las protestas propalestinas en los campus de Estados Unidos se extienden y rodean el debate electoral

Con decenas de detenidos en las últimas horas, las manifestaciones de los estudiantes entran de lleno en la campaña a la Casa Blanca

Protestas campus EEUU
Estudiantes chocan con los agentes en una protesta a favor de Gaza en Los Ángeles, California Efe

Los incidentes en las universidades de Estados Unidos continuaron este jueves, con más intentos de los jóvenes que están en contra de la intervención militar israelí en Gaza de levantar campamentos de protesta y más intento de las autoridades por impedirlo, en un pulso que se ha adueñado del debate político en un país que elegirá este año a su próximo presidente entre Joe Biden y Donald Trump.

Las protestas que el día anterior cerraron con decenas de arrestos en los campus de las universidades de Columbia, Nueva York y Yale se extendieron a otros en todo el país, incluso en California y Texas, con cada vez más alumnos que abandonan las clases y un número igualmente mayor de policías intentando contener el desorden.

En el Emerson College de Boston, la Policía detuvo a 108 personas, mientras que, en la Universidad del Sur de California, en Los Ángeles, fueron 93 los detenidos por ingresar ilegalmente en el recinto.

Agentes y manifestantes también se enfrentaron en la Universidad de Austin, en Texas, donde hubo 34 detenidos.

Los líderes políticos toman partido

Las cifras ponen de manifiesto que la agitación estudiantil a cuenta de la guerra de Gaza se extiende en un país con una numerosa e influyente comunidad judía y los dirigentes políticos de uno y otro bando están tomando nota de la importancia que está tomando el asunto para los votantes en un año electoral.

Protestas propalestinas

Estudiantes durante una marcha a favor de Gaza en el campus de Los Ángeles

El líder republicano en la Cámara de Representantes, Mike Johnson, acudió a la Universidad de Columbia, donde, entre abucheos de los estudiantes concentrados, les pidió que regresen a las clases y negó la legitimidad de las protestas.

“Paren este sinsentido”

“Respetamos la libertad de opinión, respetamos la diversidad de ideas, pero hay una manera de hacer esto de acuerdo con la ley y no es esta”, dijo a los manifestantes.

“Mi mensaje a los estudiantes en el campamento es que regresen a clase y paren este sinsentido”, concluyó el republicano, que acusó a los responsables de la universidad de estar permitiendo actos de antisemitismo y pidió la dimisión de la rectora, Minouche Shafik.

El candidato republicano, Donald Trump, también se lanzó a opinar sobre un asunto que los expertos perciben como incómodo para Biden en una de sus publicaciones salpicadas de mayúsculas en su red social. Pese a que las protestas han sido hasta ahora mayoritariamente pacíficas, comparó lo que está ocurriendo en los campus con lo sucedido en Charlotesville en 2017, cuando un simpatizante neonazi arremetió con su coche contra una multitud de manifestantes, lo que causó un muerto y cerca de 40 heridos.

“Charlottesville es una anécdota en comparación con los disturbios y protestas anti-Israel que están teniendo lugar en todo el país”.

Trump se fue directamente contra su rival. Afirmó que Biden “odia a Israel y odia a los judíos”. “El problema es que odia a los palestinos aún más y simplemente no sabe qué hacer”.

El mensaje de Trump, como el de otros dirigentes republicanos busca alinearse con la percepción de los votantes judíos, que ven las protestas como una muestra de odio y racismo contra ellos. Una percepción desmentida por algunos de los jóvenes que se han lanzado a protestar.

“No es antisemitismo”

La estudiante neoyorquina Caroline Daisy dijo que “esto no es un movimiento antisemita”, aunque admitió que las historias de los manifestantes ajenos al colectivo estudiantil son “a veces diferentes”.

Los manifestantes exigen que las universidades desvelen las identidades de sus donantes que contribuyen también a financiar el despliegue bélico israelí en Gaza, cuestionado en la esfera internacional por las crecientes denuncias de violaciones de los derechos humanos, y que sus fondos sean rechazados.

Más perjudicial para Biden

La creciente polarización en torno al conflicto en Gaza parece potencialmente más dañina para Biden que para Trump. Desde que estalló la guerra, su Administración ha mantenido un difícil equilibrio entre el mantenimiento del apoyo militar y diplomático a Israel y los llamamientos al primer ministro Benjamin Netanyahu para que proteja a los civiles palestinos y permita la entrega de ayuda humanitaria.

Trump y los republicanos plantean el asunto de una manera más simple y quizá rentable electoralmente. Su alineamiento con las tesis del Gobierno israelí es total y las protestas contra su manejo de la guerra una muestra de odio antisemita.

Venta de armas

En realidad, como señaló la analista Megan McArdle en una columna de opinión en “The Washington Post”, los manifestantes que quieren forzar un cambio de la política israelí no deberían apuntar a la financiación de las universidades en las que estudian, sino a “cambiar la política de venta de armas del Gobierno de Estados Unidos a Israel”, y ese es un objetivo que tiene movilizados a muchos votantes veinteañeros universitarios en este momento, pero ese no es el perfil predominante entre el electorado.

Según señala el politólogo Matt Iglesias, el votante medio estadounidense es una persona de raza blanca de entre cincuenta y sesenta años que no fue a la universidad. Cuesta imaginar que ese tipo de elector se vaya a dejar convencer por las proclamas que lanzan estos días los jóvenes en escenas que recuerdan a las protestas contra la discriminación de los negros en la década de 1960. Sin embargo, si es posible que algunos de esos jóvenes votantes den la espalda a un presidente demócrata del que creen que no ha hecho lo suficiente por los palestinos.