Elecciones en México

Una presidenta frente al narco en México, ¿continuidad o cambio?

Una de las lacras que tendrá que encarar la futura mandataria mexicana es la violencia de los carteles de la droga mexicanos

Sheinbaum

La candidata presidencial del oficialismo Claudia Sheinbaum, participa en un acto de campaña en la ciudad de Puebla (México) Efe

Sobre la espalda de Claudia Sheinbaum hay una losa del sexenio de su mentor que pesa 30.000 muertos anuales, casi 100.000 desaparecidos, miles de extorsiones, una impunidad que oscila entre 1% y el 2% de los delitos y una lluvia de críticas por la política oficial de abrazos, no balazos contra la violencia.

¿Podría la candidata puntera en las encuestas para ganar la presidencia de México revertir estas cifras? ¿Bajo qué estrategia?

Ella dice que sí, que la respalda su éxito como jefa de Gobierno de la Ciudad de México (2018-2023) en materia de inseguridad cuando se redujeron un 58% los delitos de alto impacto, los homicidios dolosos en 51% y el robo de vehículos un 69%.

Reducción en Ciudad de México

Las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía reconocen que la tasa de incidencia delictiva en la capital mexicana pasó en ese tiempo de 62.000 por cada 100.000 habitantes, en 2019, a 46.032 en 2022.

Pero una cosa es controlar la metrópoli -aunque sea una de las más populosas del mundo con 9,2 millones de habitantes- y otra es someter al orden a un país que hoy por hoy es un semillero de nota roja con harta violencia, entidades bajo control de organizaciones criminales, algunas de ellas gobernados por Morena, el partido que la promueve en la Coalición Sigamos Haciendo Historia que Sheinbaum encabeza.

¿Continuidad o cambio?

Para analistas del tema de seguridad, una de las incógnitas que está en el aire en el plan de trabajo de Sheinbaum es cómo implementaría en los hechos lo que va prometiendo en campaña porque en algunas propuestas se contradice.

En un mitin realizado en Guanajuato, el estado más violento del país en la actualidad, por ejemplo, reiteró su plan maestro de seguir con las políticas de Andrés Manuel López Obrador y consolidar la militarización de la Guardia Nacional con policías estatales, fiscalías estatales y Fiscalía General de la República.

Sin embargo, su éxito en la Ciudad de México, según el analista de seguridad Gerardo Rodríguez, se debió al trabajo de inteligencia con la creación de la Agencia Digital de Innovación Pública, no por el uso de las Fuerzas Armadas.

“Claudia Sheinbaum implementó inteligencia táctica y operativa en las labores de seguridad pública que con una buena coordinación con la Fiscalía que investiga los delitos y terminó siendo la fórmula del éxito”.

El papel clave de García Harfuch

Aunque su estrategia ha sido muy alabada, la candidata apenas lo menciona de soslayo, sin profundizar y ha dejado que Omar García Harfuch, exsecretario de Seguridad Pública de la CDMX y hoy candidato al Senado, hable al respecto de replicar el modelo en el resto del país “para que las acciones del gobierno no deriven en más violencia”.

Politólogos calculan que de salir victoriosa Claudia Sheinbaum, García Harfuch sería una pieza clave en el combate al crimen organizado, a pesar de su figura polémica.

La periodista de investigación Anabel Hérnández reveló recientemente algunos testimonios de altos capos que acusan a Harfuch de pedirles la mitad de la droga decomisada a cambio de favores para su operación, según su más reciente libro “La Historia Secreta. AMLO y el Cártel de Sinaloa” (Ramdom House, 2024).

“Abrazos, no balazos”

Por arriba de tales acusaciones -que también la salpican- y de las voces en contra del lema de seguridad que sostuvo AMLO en su Gobierno de “abrazos no balazos” que desembocó en detenciones mínimas de líderes criminales, la candidata oficialista lo ha defendido.

“Se burlan del presidente, porque dice ‘abrazos no balazos’, pero no se trata de dar abrazos a los delincuentes, nadie nunca ha dicho eso”,  apuntó. “Nosotros tenemos que abrazar a las y los jóvenes de México para que no se vayan a la delincuencia con educación, cultura, deporte”.

En el papel, la estrategia contra la inseguridad que pretende Sheinbaum tiene como primer eje de atención “atender las causas” que empuja a los jóvenes a sumarse a las filas del narcotráfico.

México

La candidata presidencial del oficialismo mexicano, Claudia Sheinbaum, saluda a simpatizantes en Ciudad de México

Este discurso fue central durante la administración de AMLO que invirtió miles de millones de pesos de subsidios para el programa Jóvenes Construyendo el Futuro con resultados cuestionados porque no se redujeron las cifras de violencia; más bien, aumentaron.

Por el contrario, los resultados de Sheinbaum en el programa “Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación, y Saberes” recibió un premio de la UNESCO por la construcción de espacios comunitarios para la enseñanza cultural y deportiva, clases de cocina, manualidades y oficios en zonas marginadas de la CDMX.

“Habrá continuidad con sello propio”, ataja Sheinbaum cuando se le pregunta al respecto del camino de López Obrador.

Por ello ha llamado la atención que sea la Reforma al Poder Judicial que buscó el presidente uno de los ejes para el combate a las organizaciones criminales de la candidata: “Si se lleva a votación popular la designación de jueces evitaríamos conflictos de interés”, subraya.

Las medidas contra el narco

Aunque Xóchitl Gálvez, de la coalición Fuerza y Corazón por México, aún aparece lejana en las encuestas de intensión de voto frente a Claudia Sheinbaum, sus duras críticas forman parte de las inconformidades de una parte de la sociedad y asoman como una piedra en el zapato de un México herido por la muerte.

Xóchitl

La candidata de la oposición, Xóchitl Gálvez

En su plan de seguridad, Gálvez insiste en construir una cárcel de alta seguridad para los capos; un acuerdo nacional por la paz, sacar a los militares de cualquier actividad civil, apoyo de la Guardia Nacional y del Ejército contra la inseguridad pero no en confrontación directa como ocurrió en el sexenio de Felipe Calderón.

“No hay que mandar al Ejército a enfrentarse a balazos con los delincuentes, sino aplicar la ley, lo cual no significa agarrarlos a balazos, matarlos; no sé por qué piensan que aplicar la ley es un exterminio”.

En contraparte ha propuesto además duplicar el número de agentes del Ministerio Público y de juzgadores, incrementar a 300.000 la cifra de integrantes de la Guardia Nacional.