Instantes decisivos para Israel y Gaza. Tras más de 15 meses de guerra, el Gobierno de Benjamin Netanyahu y el liderazgo del grupo islamista Hamás dan señales de que un acuerdo para liberar a los rehenes israelíes en Gaza y parar la guerra podría ser inminente.
El Gobierno de Qatar, un actor clave en las negociaciones junto a Egipto y las administraciones estadounidenses saliente y entrante, afirmó que los mediadores “han logrado minimizar muchos desacuerdos entre ambos bandos”. En el horizonte está la inminente toma de posesión de Donald Trump en la Casa Blanca el próximo 20 enero. Ante la amenaza del reelecto presidente estadounidense, que prometió que “pagarán con el infierno” en Gaza si los rehenes israelíes no son liberados antes de su llegada al poder, parece que esta vez las negociaciones podrían llegar a buen puerto.
Sorpresas de última hora
No obstante, oficiales y mediadores alertan que, pese a los progresos evidentes, podrían darse sorpresas de última hora. En anteriores ocasiones en que se acercaron posiciones, tanto Israel como Hamás se culparon mutuamente de incumplir los parámetros negociados.
El grupo islamista Hamás, muy debilitado política y militarmente, estaría sucumbiendo a las presiones de Qatar. Tras la debacle del “eje de la resistencia” financiado y armado por Irán, con la caída del régimen de Asad en Siria y el duro golpe sufrido por Hizbulá en el Líbano, Hamás se quedó prácticamente solo en la lucha armada contra Israel. Los rehenes, cuyo estado de salud todavía se desconoce, son su última baza para intentar forzar la retirada militar hebrea de Gaza. En las últimas horas, los islamistas declararon que esperan un “acuerdo claro y comprensible”. Parte de los rehenes permanecen en manos de otros grupos, como la Yihad Islámica.
Los ministros en contra
En Israel, la principal amenaza llega por parte de la extrema derecha. El ministro de seguridad nacional, Itamar Ben Gvir, amenazó a Netanyahu con hacer tumbar el gobierno si se acepta un acuerdo de “rendición ante Hamás”. La derecha mesiánica judía prioriza permanecer en Gaza y refundar asentamientos judíos, antes que asegurar el retorno de los rehenes, que fueron capturados durante la masacre del 7 de octubre de 2023.
Todavía no se ha entregado una lista definitiva de rehenes ni su estado de salud, pero oficiales involucrados en los contactos comunicaron que la primera fase incluirá la liberación de los “rehenes humanitarios”: 33 niños, mujeres (tanto civiles como soldadas), ancianos y enfermos. Se cree que la mayoría estarían vivos. Los familiares de los rehenes condenan el uso del término “humanitario” para hacer distinciones entre los cautivos, y alegan que tras más de 465 días secuestrados -sin ser vistos nunca por la Cruz Roja-, las vidas de todos ellos peligran si no se asegura su retorno inmediato.
Los que siguen con vida
Si la primera fase se cumple, a partir del día 16 de la tregua se empezaría a negociar una segunda etapa, donde se liberaría al resto de rehenes: soldados y hombres en edad militar, así como los cadáveres de los fallecidos. Se estima que 94 de los 251 rehenes capturados el 7 de octubre de 2023 siguen en Gaza, y 34 ya fueron confirmados muertos por parte del Ejército israelí. Para asegurar el cumplimiento de la segunda fase y devolver a todos los israelíes a su territorio, el Gobierno de Netanyahu pretende guardar algunas cartas, como la liberación de “terroristas de alto perfil” o la permanencia en ciertos territorios de Gaza.
De cumplirse el acuerdo, Israel se retiraría de la mayor parte de la franja costera, y se verá obligado a liberar terroristas con penas de sangre. Entre 150 y 200 presos palestinos serían liberados, aunque no se les permitiría regresar a Cisjordania. Además, el Gobierno de Netanyahu anticipó que no liberaría a ningún implicado en la matanza del 7 de octubre. Israel ya habría presentado una lista a Hamás con los presos que estaría dispuesto a entregar.
Corredor de Filadelfia
Entre ambas fases del acuerdo de alto al fuego, Israel retendrá el “Corredor de Filadelfia”, la franja terrestre que une Gaza con Egipto, utilizado en el pasado por Hamás como ruta de contrabando de armamento. Además, se buscarán “acuerdos de seguridad” para permitir el retorno de civiles gazatíes al norte de Gaza, un área duramente asediada y bombardeada por el Ejército israelí en los últimos meses. El acuerdo supondría un respiro para la población civil de Gaza y para los familiares de los rehenes, que siguen encallados en la agonía del 7 de octubre.
Los familiares de los rehenes, que se reunieron con Netanyahu durante el mediodía del jueves, comunicaron que “estamos esperanzados ante cualquier acuerdo, aunque sea limitado, ya que representa un primer paso. Agradecemos el retorno de cada rehén a casa, ya que supone un progreso hacia nuestro objetivo: el retorno de todos, los vivos para poder rehabilitarse, y los muertos para tener un funeral digno”.
“Estamos negociando un pacto gradual. El primer paso será adoptado en breve y durará 42 días“, después habrá “negociaciones que se profundizarán si el éxito es positivo”, e “iniciará una segunda fase que será más complicada”, dijo el martes por la noche el ministro de Exteriores israelí, Guideon Saar, en una conferencia de prensa en Roma junto a su homólogo italiano, Antonio Tajani.