En estas inéditas elecciones presidenciales, todos los ojos están puestos en Pensilvania. En los comicios más ajustados de la historia de Estados Unidos, el resultado se va a decidir por apenas un puñado de votos, y la mayoría de los analistas (así como los equipos de campaña) apuntan a que será Pensilvania el estado decisivo.
En los estados bisagra (Arizona, Carolina del Norte, Georgia, Michigan, Nevada, Pensilvania y Wisconsin) tanto la vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris, como su rival, el expresidente Donald Trump, han centrado sus esfuerzos, y sobre todo la recta final de la campaña.
Los 19 de Pensilvania
Ninguno de los tiene una mayoría holgada en ninguno, ninguna encuesta les da una victoria rotunda. Pero es en la conocida como “piedra angular” de Estados Unidos, donde han querido echar toda la carne en el asador. Es prácticamente imposible lograr la cifra mágica -270- sin contar con los 19 votos de este “swing state”, el estado bisagra que más puntos otorga de los siete.
En Pensilvania es donde hirieron a Trump durante su primer intento de asesinato en julio y donde los candidatos se han gastado un quinto de todo el presupuesto de la campaña presidencial que este 2024 ha ascendido a 10,2 mil millones de dólares. Y es aquí, en el último día de campaña, donde Trump y Harris estuvieron echando el resto. Tanto el republicano como la demócrata coincidieron en la segunda ciudad más poblada del estado, Pittsburgh.
Trump saca ventaja
En las últimas horas, Trump llevaba una ligera ventaja a Harris 48,5% frente al 48% en este estado. Cabe recordar que, en 2020, en Pensilvania votaron por el actual presidente Joe Biden, por un estrecho margen, mientras que en 2016 se decantaron por el magnate.
Pensilvania tiene varias particularidades. La primera que aquí se cumple lo que en el resto del país: las ciudades más pobladas (Filadelfia y Pittsburgh) respaldan a los demócratas, mientras que los suburbios y las zonas rurales, lo hacen por los republicanos. No siempre ha sido así, Pensilvania era un estado boyante, lleno de trabajadores. Hoy se puede observar la decadencia de Estados Unidos, con decenas de fábricas de acero abandonadas, y un sinfín de nostálgicos de las chimeneas humeantes. Así, los sindicatos de Pensilvania ya no son de demócratas, sino que han abrazado (y podrían volver a hacerlo) al multimillonario Donald Trump. La demografía está cambiando en este estado, pero aún hay una ligera mayoría de hombres blancos sin carrera universitaria, el gran caladero de Trump.
Un gobernador demócrata
El gobernador Josh Shapiro es demócrata y una estrella emergente dentro de partido. Es tan crucial este estado, que uno de los nombres que se barajaban como “número dos” de Harris era el suyo, para así atraer a más votantes de este “swing state”. Finalmente, la vicepresidenta optó por Tim Walz, gobernador de Minnesota. Pero este lunes, en la víspera de las elecciones, Shapiro acompañó a Harris en un acto en Allentown.
This is it.
Tomorrow, it’s time to go to the polls and choose freedom, unity, steady leadership.
It’s time to make @KamalaHarris the next President of the United States. pic.twitter.com/FbwYw9T9VW
— Josh Shapiro (@JoshShapiroPA) November 4, 2024
“Estados Unidos está listo para un nuevo comienzo y está listo para un nuevo camino a seguir en el que veamos a nuestros conciudadanos no como un enemigo sino como un vecino”, señaló la vicepresidenta demócrata durante su mitin en Allentown.
Los puertorriqueños arropan a Harris
A lo largo de su última frenética jornada de campaña en Pensilvania, Harris estuvo arropada también por artistas de Puerto Rico, en un intento de galvanizar el voto de los miles de puertorriqueños que se sintieron ofendidos por los comentarios racistas durante un acto de campaña de Trump en el Madison Square Garden de Nueva York. En Allentown, el rapero Fat Joe criticó la retórica antiinmigración del republicano y recordó que no es la primera vez que el magnate ataca a Puerto Rico.
“Estoy hablando con algunos puertorriqueños indecisos, especialmente en Pensilvania. ¿Qué más tienen que hacer (los republicanos) para demostrarles quiénes son?”, cuestionó el rapero a los conservadores.
En el cierre de campaña de Harris, que escogió la ciudad de Filadelfia para despedirse de esta inédita campaña en la que ha tenido menos tiempo que de costumbre para convencer a los estadounidenses de que la voten y que conozcan sus propuestas, fue el cantante Ricky Martin, también de origen boricua quien la acompañó en la clausura.
“Los latinos serán decisivos para conseguir una victoria (este martes) para la vicepresidenta Harris, una líder que está con nosotros y luchará por nosotros como presidenta. No podría estar más orgulloso de unirme a ella esta noche en Filadelfia“, aseveró el cantante horas antes del gran cierre.
Pennsylvania: Let’s win this.https://t.co/hgrnsUe1W0 pic.twitter.com/q1gHMCYrBc
— Kamala Harris (@KamalaHarris) November 4, 2024
Por su parte, Trump dio un mitin electoral en Reading, Pensilvania, y una vez más repitió soflamas racistas. Si gano este martes lanzaré “la mayor deportación de criminales en toda la historia de Estados Unidos”, insistió el magnate.
Así, la campaña de Trump intenta suavizar los daños provocados por el comentario de “isla de basura” en su gran mitin en Nueva York, mientras que la de Harris ha visto el filón que hay entre los latinos a los que ha indignado. Pensilvania se podrá ganar por apenas un puñado de votos (y también perder). Si Harris pierde este estado crucial, tendría que lograr entonces una sorprendente victoria en Carolina del Norte (que no vota por un demócrata desde Barack Obama en 2008) para lograr la próxima presidencia de Estados Unidos.
De momento en estas elecciones tan reñidas, los 12,8 millones de habitantes de Pensilvania, apenas el 4% del total de la población de Estados Unidos, tienen la llave a la Casa Blanca.