El Parlamento Europeo ha votado hoy a favor de proteger el acceso al aborto en su Carta de Derechos Fundamentales, tras evaluar una propuesta promovida por varios grupos parlamentarios: los Socialdemócratas (S&D), Renew, los Verdes y la Izquierda. La moción fue aprobada con 336 votos a favor, 163 en contra y 39 abstenciones. La ultraderecha y los conservadores expresaron su rechazo de manera prácticamente unánime.
Se trata de una propuesta incluida en la reforma integral de los Tratados de la UE. Frente a un trasfondo geopolítico tenso y en conflicto, esta busca ampliar las competencias del ejecutivo europeo para legislar sobre los Estados miembro en ciertos ámbitos, como el medio ambiente, la salud pública y la política de defensa.
La propuesta de S&D y sus aliados sugirió incluir el acceso al aborto, dentro del ámbito de la salud reproductiva y sexual, en el marco de los derechos humanos. Pide a la UE incorporar en su artículo 3 el derecho de toda persona “a la autonomía física y a un acceso libre, informado, pleno y universal a la salud y los derechos sexuales y reproductivos, así como a todos los servicios sanitarios conexos, incluido el acceso a un aborto seguro y legal, sin discriminación”.
De esta manera, la UE tendría autoridad sobre los países para legislar sobre el aborto y garantizar un acceso legal, seguro e indiscriminado. La resolución va más allá y sugiere sancionar a los países que obstaculicen este acceso e incluir el aborto como práctica médica en los currículos de todos los estudiantes universitarios de medicina.
“La UE tendría autoridad sobre los países para legislar sobre el aborto y garantizar un acceso legal”
Es una propuesta controvertida, ya que socava la soberanía de los países de la UE y les despoja de parte de su autonomía. Países como Malta, donde el aborto es ilegal salvo en circunstancias excepcionales, rechazarán este intento de legislar sobre una práctica que va en contra de los valores de su gobierno.
Pero la votación no es más que el principio de un proceso largo, ya que no es vinculante y su único resultado es definir la posición oficial del Parlamento Europeo. Para entrar en vigor, tendrá que ser aprobada por el Consejo Europeo con unanimidad entre todos los países. Y lo más probable es que Malta, Hungría, Polonia e Italia voten en contra.
Sin embargo, los países podrían imitar el ejemplo de Francia, que el pasado 8 de marzo incluyó el aborto en su propia constitución, y tomar la resolución de manera independiente a la Unión Europea.