Las mujeres y sus testimonios de alto voltaje emocional están marcando el juicio que se sigue contra Hunter Biden en un tribunal de Delaware por mentir sobre su adicción a las drogas cuando compró un arma en 2018.
El único hijo vivo del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, escuchó el jueves desde el banquillo de los acusados el testimonio de Hallie Biden, la viuda de su hermano, con la que mantuvo una relación sentimental al morir este.
Hallie contó que “entró en pánico” cuando encontró el arma. La estadounidense solía inspeccionar el coche familiar en busca de sustancias y otros restos del consumo de estupefacientes de Hunter, pero un día lo que encontró fue el revólver que motiva todo el caso.
Today's cover: Hunter Biden’s ‘ashamed’ sister-in-law, ex-lover Hallie says ‘I was just panicking’ when she found first son’s gun, testifies he introduced her to crack: ‘I regret that time of my life’ https://t.co/RPvmr4MilP pic.twitter.com/rk3wzb2gsO
— New York Post (@nypost) June 7, 2024
Junto al acusado Biden estuvo en las primeras sesiones del juicio la primera dama y esposa de su padre, Jill Biden, que no dudó en sentarse en la primera fila. Jill acortó su viaje a Francia para participar junto al presidente en la conmemoración del desembarco de Normandía a fin de poder acompañar a Hunter en el juicio, en el que se airearon asuntos muy incómodos y dolorosos de su tormentoso pasado.
Hallie Biden relató que ella se deshizo del arma por temor a lo que él pudiera hacer con ella y que él le preguntó por su paradero tras no encontrarla donde la había dejado.
La testigo también contó que se inició en el consumo de crack y cocaína en el tiempo en que fue su pareja.
Otra voz femenina fue la de la mujer con la que Hunter tuvo tres hijos y estuvo casado veinte años, Kathleen Buhle.
Buhle describió la adicción al crack de Hunter Biden y lo retrató como un marido desleal. Contó que su matrimonio se rompió en 2016 después de repetidas infidelidades de él. Sobre su adicción a las drogas, contó que la descubrió cuando encontró una pipa en un cenicero en el porche de su casa. Según su relato, cuando le preguntó, él admitió que fumaba crack.
Contó que vivía muy “asustada” y “preocupada” por los problemas con las drogas de Hunter Biden, y temía que pudieran afectar a sus hijos. Dijo que cada vez que subía al coche con ellos, registraba todo para asegurarse de que no hubiera nada que pudiera hacer daño a los niños.
El jurado también vio además fotos comprometedoras tomadas durante sus frecuentes visitas a clubes de alterne. El procesado aguantó como pudo el chaparrón. Además de Jill Biden, Hunter estuvo arropado por su actual esposa, Melissa Cohen-Biden.
Los testigos citados por la acusación terminaron de declarar el viernes. La defensa dijo que se tomará el fin de semana para decidir si solicita más comparecencias. De no hacerlo, el fallo del jurado podría llegar en los próximos días.
25 años de cárcel
Hunter Biden podría ser condenado a 25 años de cárcel si se le encuentra culpable de los tres cargos que se le imputan, aunque al no haber sido condenado nunca antes, el castigo podría ser significativamente menor y podría incluso librarse de ir a prisión. Según el relato de la Fiscalía, y corroboró el empleado que le vendió el revólver en 2018, contestó que no tenía problema alguno de adicción a las drogas en el cuestionario oficial que rellenó antes de que se le entregara el arma.
Fue Hallie Biden la que encontró el arma y la tiró a la basura días después temerosa de lo que Hunter pudiera hacer con ella. Alguien encontró el revólver y lo entregó a la Policía. Ahí empezaron los problemas legales del hijo del presidente en este caso. Pero no es el único.
En California está acusado de evadir 1,4 millones de dólares en impuestos y el juicio debería comenzar en las próximas semanas.
En el caso sobre el arma en Delaware también declaró Zoe Kestan, empleada de un club de strip-tease de Nueva York en el que conoció a Hunter Biden. Kestan dijo: “Era increíblemente encantador y amable, y me sentí segura con él”. La testigo admitió, no obstante, que para 2018, cuando Biden hijo adquirió el arma, ya había perdido contacto con él.
Según ella, incluso después de fumar crack, “nada había cambiado” y seguía siendo la misma persona encantadora”.
Otra de las mujeres de la vida de Hunter Biden, su hija Naomi, declaró el viernes. De nuevo, ante la atenta mirada del acusado y su madrastra, la primera dama. Naomi defendió a su padre, al que se vio enjugándose las lágrimas mientras ella declaraba estar “orgullosa” de él por sus intentos por superar su adicción a las drogas.
Declara la nieta de Biden
Naomi aseguró ser consciente de la adicción de su padre, que achacó al impacto de la trágica muerte de su hermano Beau, héroe de la guerra de Irak que falleció a causa de un tumor cerebral cuando tenía solo 46 años. “Sabía que estaba luchando con su adicción. Tras la muerte de mi tío, las cosas se pusieron feas”, declaró.
El testimonio de Naomi sumió a la sala en el silencio y los Biden presentes parecieron apesadumbrados tras escucharla. Si habitualmente, se saludan cordialmente y se abrazan después de cada sesión del juicio, tras el testimonio de Naomi, todos se mostraron muy circunspectos y observaron en silencio el abrazo en el que se fundieron el acusado y su hija.
El juicio a su hijo se ha convertido en un problema político para un Biden que busca la reelección presidencial. Llega pocos días después de que su rival, Donald Trump, fuera condenado por un tribunal de Nueva York. Si Trump ha asegurado que su condena es el resultado de un complot orquestado por el Gobierno de Biden, el presidente ha asegurado confiar en su hijo recibirá un juicio justo y ha descartado la posibilidad de otorgarle un perdón presidencial si resulta condenado.