Ecuador se prepara para una reñida segunda vuelta de las elecciones presidenciales el 13 de abril, después de que la primera ronda del domingo arrojara un resultado sorprendentemente ajustado. Ni el presidente Daniel Noboa, del Movimiento Acción Democrática, ni Luisa González, de la Revolución Ciudadana-Reto (correísmo), obtuvieron el 50% más uno de los votos necesarios para ganar en primera vuelta este domingo. En su lugar, el país asistirá a un enfrentamiento en segunda vuelta entre dos candidatos que representan visiones muy diferentes del futuro.
“Gracias, Ecuador”, escribió Noboa en sus redes sociales. “Por cada paso que diste con nosotros. Por hacer de esta lucha, nuestra lucha. Gracias por la esperanza y por el coraje de volver a creer. De creer que el país puede ser diferente. Uno de progreso, sin corrupción, y de un esfuerzo constante por enfrentar a las mafias, y no de pactar con ellas. Gracias por su cansancio, por su sacrificio. Juntos dimos el primer paso”.
Gracias, Ecuador.
Gracias por la esperanza y el coraje de volver a creer que este país puede ser diferente. Ahora, a seguir luchando. pic.twitter.com/GlbpcxsHFM
— Daniel Noboa Azin (@DanielNoboaOk) February 10, 2025
Victoria contra los partidos del “Viejo Ecuador”
“Ha sido un año de lucha incansable por el alma de este país. Ayer logramos lo que no se veía en años: ganamos la primera vuelta contra todos los partidos del Viejo Ecuador”, indicó Noboa.
Aunque lo cierto es que le sigue muy de cerca Luisa González. Con el 92% escrutado, Noboa, joven empresario y relativamente nuevo en la escena política, obtuvo 4.220.246 votos (el 44,31%), superando a González, que obtuvo 4.174.940 votos (43,83%). Pero el margen es muy estrecho, apenas 45.000 votos, lo que pone de manifiesto las profundas divisiones existentes en la sociedad ecuatoriana y la incertidumbre que rodea a la próxima segunda vuelta.
El resurgir del correísmo
Los buenos resultados de González representan un importante resurgimiento del correísmo, el movimiento político fundado por el polémico expresidente Rafael Correa. A pesar de las controversias en torno a la administración de Correa y su actual exilio, la campaña de González aprovechó eficazmente una base de apoyo que anhela un retorno a los programas sociales y las políticas económicas asociadas con su época en el poder. Su inesperado alto número de votos indica una poderosa corriente subyacente de descontento con el actual estado de cosas.
Gracias a nuestra militancia, a los ciudadanos, a todos los que buscamos un cambio de rumbo para nuestra Patria.
Ellos tienen el miedo, nosotros la esperanza. #RevivirEcuador pic.twitter.com/gHQP5w5gaV
— Luisa González (@LuisaGonzalezEc) February 10, 2025
Noboa, por su parte, presentó una plataforma más centrista, apelando a los votantes cansados tanto de los excesos percibidos de la era Correa como de los fallos percibidos de los gobiernos posteriores. Su campaña hizo hincapié en la estabilidad económica, la creación de empleo y la lucha contra la corrupción. Su éxito en la obtención de una parte significativa de los votos a pesar de su relativa inexperiencia política subraya el deseo de un nuevo comienzo y una ruptura con la dinámica política establecida.
La volatilidad de Ecuador
El estrecho margen de victoria en la primera vuelta sugiere un panorama político muy volátil. La segunda vuelta, en abril, será probablemente muy reñida, y ambos candidatos competirán por el apoyo del electorado restante, que incluye a quienes votaron a los otros candidatos que no pasaron a la segunda ronda. Esto implicará probablemente una campaña centrada en influir en los votantes indecisos y atraer el apoyo de quienes respaldaron a los candidatos eliminados. El resultado dependerá de cuál de los candidatos sea capaz de articular mejor su visión de futuro y de responder eficazmente a las principales preocupaciones de los ecuatorianos.
Los próximos meses serán cruciales para dar forma a la narrativa de las elecciones. Sin duda, los candidatos intensificarán sus esfuerzos para crear coaliciones, conseguir apoyos y movilizar a sus respectivas bases. La segunda vuelta electoral promete ser un momento crucial para Ecuador, que determinará la trayectoria del país en los próximos años. Hay mucho en juego, y el resultado tendrá profundas implicaciones para la economía, el tejido social y las relaciones internacionales de Ecuador.