Cansadas, preocupadas, abrumadas, desilusionadas, pero sobre todo indecisas. Así están millones de mujeres en Estados Unidos a solo siete meses de las elecciones presidenciales que, salvo sorpresa mayúscula, enfrentarán al presidente Joe Biden y a su antecesor en el cargo, Donald Trump.
El voto femenino en Estados Unidos representa aproximadamente el 70 por ciento del total de los 161 millones de votantes habilitados en el país. Las mujeres son el grupo más grande de electores en la nación norteamericana y por eso, desde hace más de cuatro décadas, se han convertido en un objetivo prioritario para los candidatos, que tienen claro el peso determinante de ellas a la hora de decidir el ganador. Como han mostrado varios estudios, así ocurrió en las últimas presidenciales en 2020.
Según Debbie Walsh, directora del Centro para Mujeres y Política Estadounidense (CAWP, por sus siglas en inglés), “el voto de las mujeres ha sido una fuerza poderosa en las elecciones estadounidenses, especialmente cuando son muy reñidas”.
Voto femenino distinto al masculino
“Sabemos que desde 1980 las mujeres han estado votando de manera diferente a los hombres. Son más propensas a apoyar a candidatos demócratas que a candidatos republicanos”. Walsh afirma que este año la “insatisfacción con los candidatos” es una de las claves.
De acuerdo con el CAWP, las mujeres negras son las votantes más fieles a los demócratas, incluso más que los hombres negros, mientras que las mujeres blancas se dividen entre aquellas que tienen educación universitaria, que suelen votar mayoritariamente demócrata y aquellas que no cuentan con estudios superiores, que se inclinan más por el voto republicano.
Secuela de 2020
Los candidatos serán los mismos que en las elecciones anteriores por primera vez desde 1956, y ambos muestran ideas opuestas sobre derechos femeninos, seguridad nacional y política exterior, un contexto en el que resultará decisivo en qué se traduce la insatisfacción generalizada entre las mujeres que detectan las encuestas.
“Quiero políticas que respeten la decisión de la mujer a seguir o no con un embarazo, quiero a mis hijos lejos de las armas, pero también quiero contundencia a la hora de defender nuestra nación de grupos terroristas como Hamas y de la entrada masiva de indocumentados”, afirma Jacqueline Snider, abogada judía de Filadelfia y madre de tres jóvenes que no ve en Biden ni en Trump a su próximo presidente.
Snider se autodenomina “moderada” o de centro y cree que tanto demócratas como republicanos “han perdido la visión correcta”. Lamenta la incapacidad de ambos partidos para llegar a acuerdos. “Está claro que ninguno de los dos va a lograr unirnos otra vez. Es simplemente una idea opuesta a la otra”.
Primera mujer presidenta
Para ella, “Estados Unidos está listo para tener una mujer presidenta”, pero la carrera será entre dos hombres otra vez. “Nikki Haley era mi candidata. Por ella hubiese votado sin pensarlo, pero es Trump quien está en la contienda”, le dice a Artículo 14.
A falta de siete meses para las elecciones, las mujeres latinas ganan peso como uno de los sectores del electorado a los que ambos candidatos deben conquistar. Lo saben bien en la campaña de Biden, pues en 2020 el presidente se llevó el 69 por ciento de sus votos, lo que inclinó la balanza en su favor.
Cecilia Delgado, estadounidense de origen peruano residente en Fort Myers, Florida, fue una de ellas, pero esta vez no lo tiene tan claro. Aunque no se involucra mucho en la política, pues en su círculo social son los hombres quienes más opinan de ella, siente que Biden y Trump están lejos no solo el uno del otro, sino de sus propios deseos.
“Nunca pensé siquiera considerar el voto por Trump; no me gusta como persona y siento que discrimina a la comunidad latina, pero estoy sintiendo lo mismo por Biden”, cuenta.
Delgado es una de las muchas que quisiera un tercer candidato: “Ninguno de los dos que hay me representa”.
El aborto y la frontera, los temas cruciales
Aunque la economía siempre es un tema fundamental en las elecciones, sobre todo para las mujeres que se encargan del presupuesto del hogar, o las que son cabeza de familias monoparentales, asuntos como el acceso al aborto y el control migratorio van ganando protagonismo.
“La cuestión de los derechos reproductivos y el aborto está subiendo en la jerarquía. Lo vimos en las últimas elecciones legislativas y en múltiples elecciones especiales en las que el tema del aborto ha sido realmente parte del debate y parte de lo que ayudó a que los demócratas fueran elegidos”, asegura Walsh.
Para Linda Robinson, investigadora principal en temas de mujeres y política exterior en el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, por sus siglas en inglés), las elecciones de este año podrían ser “las primeras decididas por mujeres, en una afirmación histórica de poder por parte de esa mayoría”.
Trump pierde apoyos
La investigadora está convencida de que el apoyo al expresidente Trump se está debilitando entre las votantes blancas por su postura sobre el derecho al acceso al aborto, severamente debilitada con la histórica decisión en 2022 del Tribunal Supremo que anuló la doctrina conocida como Roe v. Wade y abrió la puerta a que los estados prohíban completamente la interrupción voluntaria del embarazo.
Robinson detecta un “creciente malestar de las mujeres con Trump” y cree que la sentencia que lo encontró responsable de agresión sexual contra la periodista E. Jean Carroll en un caso civil y le impuso una multa de 88 millones de dólares ha sido otra de las causas.
Prohibición en 14 estados
Catorce estados han hecho ilegal el aborto desde la decisión de Roe v. Wade y las encuestas lo identifican como uno de los temas más importantes para los votantes en los estados clave que determinarán el resultado de la elección, los llamados estados péndulo en los que ninguno de los partidos puede dar por sentado el apoyo de la mayoría.
El éxito de las iniciativas a nivel estatal emprendidas por los partidarios del derecho al aborto en Kansas, Michigan, Ohio y otros lugares indica un apoyo significativo incluso en estados tradicionalmente republicanos.
Temor al “desbordamiento”
Por otro lado, el tema de la frontera, donde las entradas de inmigrantes clandestinos se han disparado durante la presidencia de Biden, se ha colado entre las preocupaciones de las votantes. La reciente visita de ambos candidatos a la zona fronteriza en Texas dejó clara la importancia que le dan.
Y el asunto no es prioritario solo para las votantes de los estados fronterizos.
Desde New Jersey, a casi 2.800 kilómetros de Texas, Snider siente miedo de lo que llama “el desbordamiento de la frontera”.
“Yo viví el 11S y lo recuerdo muy, muy bien. La crisis en la frontera definitivamente está fuera de control. Están dejando entrar terroristas a nuestro país y no hay un buen plan sobre qué hacer con las personas que han sido admitidas sin documentación”.
A pesar de ser inmigrante latina, Delgado apoya las medidas adoptadas por Ron DeSantis, gobernador de Florida que compitió sin éxito con Trump por la nominación republicana, y cree que “tiene que haber un control migratorio severo para evitar un colapso social”.
DeSantis promulgó desde 2023 una estricta legislación contra la migración ilegal que exige a las empresas con al menos 25 empleados que verifiquen el estado inmigratorio de los trabajadores en una base de datos federal llamada E-Verify, y crea sanciones para los empleadores que den trabajo a sabiendas a “extranjeros no autorizados”, entre otras medidas.
Ocho de cada 10 estadounidenses ven la cuestión migratoria como un problema primordial y el 28 por ciento de los encuestados por Gallup lo ve como problema más grave del país, por delante de la economía, la inflación u otras cuestiones sociales.
¿Lo será también para las mujeres cuando llegue la hora de votar en noviembre? La respuesta a esa pregunta puede decidir el nombre del próximo presidente de Estados Unidos.