Justo al terminar el discurso del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ante la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, el portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari, aseguraba que la Fuerza Aérea israelí había atacado el cuartel general de Hizbulá en Beriut, en el barrio de Dahiyeh, bastión de la milicia chíi en la capital libanesa.
Varias columnas de humo negras podían observarse desde distintos puntos de Beirut. “El Ejército israelí atacó recientemente el cuartel general del comando terrorista de Hizbulá situado bajo edificios residenciales en el corazón de los suburbios del sur de Beirut”, declaró por su parte el portavoz en árabe de las Fuerzas de la Defensa de Israel (IDF), Avichay Adraee, en su perfil de X.
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— هنا لبنان (@thisislebnews) September 27, 2024
Sobre las víctimas del último bombardeo israelí, desde el ministerio de Sanidad libanés, informaron de al menos un muerto y tres heridos, aunque por las imágenes de la devastación causada cabe esperar que el balance de muertos sea mucho mayor.
Objetivo: Hasan Nasrala
“En este momento no hay cambios en las Directrices defensivas de las FDI. Si se introdujera algún cambio, se publicaría una actualización en las plataformas oficiales de las FDI y del Mando del Frente Interior”, informó el Ejército israelí.
El primer ministro israelí dio la orden del ataque a través de un teléfono tradicional antes de su discurso en Nueva York. Todo apunta a que el objetivo del ataque israelí de este viernes contra la sede central de Hizbulá era el líder del grupo chií, Hasan Nasrala.
Se desconoce si ha sido alcanzado o no. Según una fuente de inteligencia, Nasrala y sus adjuntos se encontraban “realizando una visita rápida” a Beirut en el momento del ataque israelí.
Imágenes desde Beirut, tras el ataque a los bunkers de Hezbolá.
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Según recoge la agencia EFE, el Pentágono aseguró que no fue informado con anterioridad de los bombardeos israelíes en Beirut. “No recibimos ningún aviso con antelación”, indicó en una conferencia de prensa la subportavoz del Pentágono, Sabrina Singh, que aseguró que Estados Unidos no estuvo implicado en esa operación israelí.
“Israel lucha por su vida”
El propio Netanyahu ya había enfriado las posibilidades de un alto el fuego en la región en su alocución en la sede de la ONU. El primer ministro reconoció que estuvo a punto de no asistir a la 79ª sesión de la Asamblea General ya que Israel “está luchando por su vida”. Antes de intervenir, a modo de rechazo, decenas de mandatarios abandonaron la sede de la ONU.
En inglés y con tono duro criticó las “mentiras y calumnias” que se habían dicho en la sede de la ONU durante esta semana. “He venido a dejar las cosas claras: Israel busca la paz, Israel anhela la paz, Israel ha hecho la paz y volverá a hacer la paz”. Con todo, “los enemigos salvajes buscan nuestra aniquilación, por lo que “debemos defendernos de estos salvajes asesinos”.
Así, el mandatario israelí admitió que no aceptará un alto el fuego en ninguno de los frentes, ni en Gaza ni en Líbano, a pesar de los esfuerzos diplomáticos liderados por Estados Unidos.
Netanyahu, con el pin del lazo amarillo que recuerda al centenar de rehenes tomados por Hamás el 7 de octubre, recordó las atrocidades que cometieron los terroristas de Hamás aquel trágico día.
“No descansaremos hasta que todos los rehenes vuelvan a casa”, indicó, y recordó que había viajado a Nueva York junto a varios familiares de los secuestrados. Hizo un repaso por algunas de las historias más duras del 7-0 y que algunos jóvenes murieron por el asistir a un festival. “Un festival musical fue su crimen para estos monstruos”.
“Si Hamás sigue en el poder, se reagrupará y rearmará y atacará a Israel una y otra y otra vez, como ha prometido hacer. Hamás tiene que irse”, manifestó Netanyahu en tono amenazante tras enumerar todo el daño que en casi un año le han hecho.
“Durante casi un año, los valientes hombres y mujeres de las FDI han estado aplastando sistemáticamente al ejército terrorista de Hamás que una vez gobernó Gaza. El 7 de octubre, día de la invasión de Israel, ese ejército terrorista contaba con casi 40.000 terroristas. Estaba armado con más de 15.000 cohetes. Tenía 350 millas de túneles terroristas -una red subterránea mayor que la red de metro de Nueva York- que utilizaban para sembrar el caos por encima y por debajo de la tierra.
Un año después, las FDI han matado o capturado a más de la mitad de estos terroristas, han destruido más del 90% de su arsenal de cohetes y han eliminado los segmentos clave de su red de túneles terroristas”, detalló Netanyahu.
“En operaciones militares mesuradas, hemos destruido casi todos los batallones terroristas de Hamás: 23 de 24 batallones. Ahora, para completar nuestra victoria, estamos centrados en acabar con las restantes capacidades de combate de Hamás”, admitió.
“Hasta la victoria total”
En su opinión, “la guerra puede terminar ahora” si Hamás se rinde, libera a todos los rehenes y depone las armas. En caso contrario, promete, Israel “seguirá hasta la victoria total”.
Después hizo hincapié en que aunque la invasión de Hamás desde Gaza comenzó el 7-O, aún no ha terminado la pesadilla, y recordó todos los ataques por parte de Hizbulá (el último un misil balístico lanzado este mismo miércoles) así como los de los hutíes y el primero llevado a cabo por Irán en territorio israelí. “Tengo un mensaje para los tiranos de Teherán: si nos atacan, les atacaremos. No hay lugar en Irán que el largo brazo de Israel no pueda alcanzar y eso vale para todo Oriente Medio”, aseveró en tono desafiante. Y alzando la voz, indicó: “Y tengo otro mensaje para la Asamblea y el mundo fuera de aquí: Estamos ganando”.
Durante sus 35 minutos de discurso, también espetó que “la ONU misma es una ciénaga de bilis antisemita”, reprochó. “Su preocupación por Gaza no está motivada por razones humanitarias sino por el odio a los judíos”.
Tras el discurso y a pesar de ser sabath judío, Netanyahu partió de vuelta a Israel, lo cual resalta la importancia de este episodio para el primer ministro israelí, pues no acostumbra a volar de viernes a sábado.