Desde Tel Aviv

“Pasamos de escuchar el sonido de las ambulancias a las alarmas antiaéreas”

La española Margarita Arredondas reconoce que perdió "la noción del tiempo en el refugio", aunque oyó muchas explosiones. Explica a Artículo14 que temía más la posible extensión del atentado que los misiles iraníes: "Confío mucho en las defensas antiaéreas” de Israel

Israel
La española Margarita Arredondas ha vivido el ataque iraní en un búnker en Tel Aviv

Margarita Arredondas era consciente que mudarse a Israel suponía un reto vital. Pero en julio de 2023, poco antes de la matanza del 7 de octubre, no imaginaba que viviría en sus carnes el estallido de una guerra regional en todos los frentes. “Estoy en shock, pero lo siento todavía más por los israelíes, que llevan viviendo esto toda la vida”, contó por teléfono a Artículo14, minutos después de que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) permitieran a la población salir de los búnkers.

Al anochecer, dos terroristas palestinos procedentes de Hebrón sacaron una metralleta y un cuchillo, y empezaron a disparar indiscriminadamente contra transeúntes en Yaffo, un distrito mixto árabe-judío al sur de Tel Aviv. Seis personas fallecieron y otras doce resultaron gravemente heridas, antes de que los atacantes fueran abatidos. “El ataque ocurrió a pocas calles de mi casa. Pasamos de escuchar el sonido de las ambulancias, a las alarmas antiaéreas, fue horrible”, recuerda.

El ataque de 180 misiles balísticos lanzado por Irán, que según el régimen de los ayatolás fue la venganza por la muerte de Ismail Haniyeh y Hasan Nasrala, líderes de Hamás y Hizbulá, coincidió con un sangriento atentado por una zona por la que la joven española suele pasear. “Perdí la noción del tiempo en el refugio, pero escuchamos muchas explosiones encima nuestro. El búnker estaba bajo tierra, y cuando tratábamos de salir, volvían a sonar más alarmas”, cuenta la joven española.

Con el 7-O en la memoria

Lo que más aterró a Arredondas fue la incertidumbre por el atentado en marcha, ya que uno de los terroristas en Yaffo seguía suelto. “Temía que estuviera cerca del refugio. Me vinieron a la mente las imágenes del 7 de octubre, en que mucha gente fue asesinada en los refugios. Dudaba si quedarme en mi piso o bajar al bunker”, confiesa la periodista. De hecho, reconoce que temía más la posible extensión del atentado que los misiles iraníes, ya que “confío mucho en las defensas antiaéreas”.

Pese a la probada efectividad de las defensas antimisiles de las FDI, anoche circularon múltiples imágenes de proyectiles iraníes que lograron impactar en diversas localizaciones del centro y el sur de Israel, pero no causaron víctimas. El portavoz de las FDI, que catalogó el ataque de “severa y peligrosa escalada”, prometió que habría consecuencias. La mayoría de los misiles fueron interceptados por las defensas israelíes y la coalición regional liderada por Estados Unidos.

Arredondas, que justamente hace dos días visitó los kibutz arrasados en el sur del país por Hamás, admite que sus padres estaban muy nerviosos. “Igual que yo, mi madre tiene más miedo de los terroristas que de los misiles”, aclara. Anoche, la española sentía una mezcla de tristeza y rabia. “En una semana se celebra el aniversario del 7 de octubre, y ahora acaban de matar a personas en la calle por ser judíos en su propio país. Las cosas siguen igual que hace un año”, lamenta.

Terror en Tel Aviv

Además, la joven cree que el atentado terrorista y el ataque iraní pretendían crear terror psicológico ante la llegada de las “grandes fiestas” judías, que empezarán este miércoles con Rosh Hashaná, el fin de año hebreo. “Me pregunto si los terroristas sabrían que Irán atacaría. Tiroteaban a gente mientras sonaban las alarmas antiaéreas. Y me entristece saber que hay gente que los justifica de alguna forma”, añade.

Tiroteo

Atentado en Tel Aviv

Arredondas pensaba que “Irán no se volvería a meter”, que se atrevería a atacar de nuevo a Israel tras el primer ataque de abril, en que disparó unos 300 misiles y drones. Entonces, fue un ataque avisado con antelación que permitió repeler casi todos los proyectiles. “Ahora puede pasar de todo. Israel responderá, y Estados Unidos se involucrará”, considera, aunque evita hacer demasiados pronósticos.

“Solía ir muchísimo a Yafo, es mi parte favorita de la ciudad. Hace dos días caminaba por la calle del atentado. Ahora, no sé cuando volveré. Solo pensarlo me pone nerviosa. Siempre me sentí muy segura caminando por esa zona”, prosigue. Como periodista, se plantea seguir en Israel, ya que cree que es donde debe estar. “Veremos lo que ocurre en los próximos días. Si las cosas se ponen muy mal, volveré a España por un tiempo”, aclara.

La resiliencia israelí

Pese al shock sufrido, a Arredondas le asombra la resiliencia de los israelíes. “Están acostumbrados, y en el refugio lo vivían con normalidad. No es nuevo tener que correr al refugio porque los vecinos les disparen misiles”, reconoce. Esa calma en el refugio comunitario la ayudó a tranquilizarse. “Jugamos a las cartas en el búnker, y continuamos adelante con la vida. Los israelíes sienten que, si logran parar sus vidas, les habrán ganado”, concluye.

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