Estados Unidos

Muere O. J. Simpson, ídolo del fútbol americano absuelto del asesinato de su mujer

Su juicio fue uno de los más seguidos de la historia e hizo aflorar los problemas raciales y de género en la sociedad estadounidense

OJ Simpson
O.J. Simpson, la ex estrella de la liga de fútbol americano NFL, asiste a una audiencia sobre su libertad condicional en 2017. EFE/Jason Bean /Reno Gazette-Journa

El suyo fue posiblemente el caso de violencia de género más famoso de la historia. O. J. Simpson, la estrella del fútbol americano y actor de Hollywood absuelto de asesinar a su mujer y un amigo en 1995 en un juicio que provocó expectación mundial, ha muerto de cáncer a los 76 años, según informó su familia el jueves en un mensaje en las redes sociales.

En el llamado “caso del siglo”, Simpson fue acusado de matar a su mujer, Nicole Brown Simpson, y su amigo Ronald Goldman en Los Ángeles. Pero tras una serie de audiencias dramáticas televisadas que paralizaron Estados Unidos fue declarado no culpable por un jurado popular. Es, sin duda, el sospechoso de haber cometido un crimen machista más famoso de Estados Unidos.

Principal sospechoso

Simpson, que había alcanzado la fama entre finales de 1960 y los 1970 como estrella de los San Francisco 49ers y más tarde como actor de Hollywood, vio como su vida cambiaba después de que Brown y Goldman fueran hallados muertos a cuchilladas frente a su casa en Los Ángeles en 1994.

La Policía lo señaló como el principal sospechoso y él trató de escapar. Pertrechado con un disfraz y un pasaporte, intentó huir en un auto junto a un compañero de equipo, pero los agentes terminaron echándole el guante a la entrada de su mansión tras una persecución también televisada que supuso el primer capítulo de aquel drama policial y judicial.

La idea del afroamericano exitoso, que había superado una enfermedad infantil para llegar a convertirse en una estrella del deporte, hombre-anuncio y modelo de conductas, pero era capaz de cometer un horrendo crimen fascinó a la audiencia e hizo aflorar las tensiones raciales siempre latentes en la sociedad estadounidense. Muchos afroamericanos creían que una Policía blanca se cebaba con él solo porque era negro.

Simpson contrató un equipo de abogados de élite, que logró sembrar dudas sobre las tesis de la fiscalía, que lo acusaba de haber matado su mujer y su amigo en un ataque de celos, y contrarrestar las muestras biológicas que apuntaban a su culpabilidad. Muchos recuerdan, también por el documental que Netflix le dedicó al caso, el momento en que los fiscales pidieron a Simpson que se probara un guante relacionado con el crimen y su mano no cabía en él.

If the glove doesn’t fit, you have to acquit” (“si el guante no encaja tienen que absolver”), la frase elegida por sus abogados para persuadir al jurado, se convirtió casi en un lema en aquellos años.

La estrategia tuvo éxito y Simpson fue finalmente absuelto, pero el juicio no disipó las dudas sobre el caso ni el malestar de muchas mujeres por su desenlace. Menos, cuando pocos años después, las familias de Brown y Goldman plantearon una demanda contra Simpson en un tribunal civil que lo consideró responsable de las muertes por negligencia y le condenó a pagar 33 millones de dólares de indemnización.

Secuestro y robo

No sería el último capítulo del expediente judicial del ídolo caído. En 2008 un jurado de Las Vegas lo condenó por los delitos de secuestro y robo a mano armada por su participación en un incidente con traficantes en un hotel.

Fue el útlimo delito de una vida a la que la plataforma Netflix dedicó el documental “O. J. Made in America”, que ganó el Oscar en 2016.

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