Liu Suzhen, una de las últimas sobrevivientes chinas de la Masacre de Nanjing y a quien los soldados japoneses escaldaron un brazo con agua hirviendo cuando tenía solo seis años, falleció este lunes a los 93 años, informaron medios locales.
La muerte de Liu reduce a 35 el número total de supervivientes que quedan de la masacre, cometida por las tropas niponas a finales de 1937, destacó la agencia oficial Xinhua.
“Nos escondimos en un refugio en la calle Shanghái. El sonido de los aviones bombardeando sobre nosotros era ensordecedor”, declaró la mujer hace unos años en un testimonio que fue transcrito y grabado por el Gobierno chino junto a los de los restantes sobrevivientes.
Las narraciones de estas víctimas fueron incluidas en 2015 en el Registro de la Memoria Mundial de la Unesco
Liu es la segunda sobreviviente de la Masacre de Nanjing que fallece este año, ya que otro de ellos, Chen Guixiang, murió en marzo pasado a los 99 años.
El 13 de diciembre de 1937, el Ejército japonés invadió Nanjing y en las seis semanas siguientes sus fuerzas incendiaron y saquearon, violaron en masa a decenas de miles de mujeres y asesinaron a entre 150.000 y 340.000 personas, según diversas fuentes históricas.
La Masacre de Nanjing se conoce como el “Holocausto Chino”
Cada año, China rememora en esa fecha su particular “holocausto”, en la antesala de la Segunda Guerra Mundial, con una ceremonia en el Memorial de las Víctimas de la Matanza de Nanjing por los invasores japoneses.
Durante la II Guerra Mundial, Japón invadió buena parte del territorio chino, donde cometió graves crímenes de guerra, tales como sistemáticas matanzas de civiles, experimentación con armas biológicas o uso de mujeres chinas como “esclavas sexuales” por parte de oficiales del Ejército nipón.
Además, el Gobierno de Pekín ha criticado con frecuencia al de Tokio por adoptar una postura que consideran revisionista sobre la invasión