Mosab Hassan Yousef creció entre lo que él llama la “narrativa del veneno”, el “camino hacia la destrucción”. Hijo mayor de uno de los fundadores de Hamás, Sheikh Hassan Yousef, nació hace 46 años en Ramala, a 10 kilómetros al norte de Jerusalén. Entre sus cuatro hermanos y tres hermanas, pensaba que “ser hijo de la tierra” entre “traumas” y “brutalidad” era lo normal, que tirar piedras a sus 10 años contra los israelíes en la primera Intifada era lo que tenía que hacer. Que su hermanas crecieran físicamente como él a la vez que se las disminuía en vida, también. : “Debes morir por Palestina”, cuenta que le decía su padre.
Así habla el llamado “Príncipe Verde” en Madrid, el pasado jueves. El que iba a ser el heredero, el que estaba llamado a ser el ojito derecho de su padre, hasta que su estancia en prisión dio un giro de 360º y terminó siendo una pieza fundamental durante más de diez años para los servicios de inteligencia israelíes, Shin Bet. “Quería salvar vidas”, dice. Y habla en el auditorio Cremades & Calvo Sotelo -apoyado por ACOM (Acción y Comunicación Oriente Medio), ELNET (European Leadership Network) y la Fundación NEOS-, en un encuentro organizado con la máxima seguridad con periodistas invitados y personas del mundo de la comunicación.
Sus palabras suenan fuertes y directas mientras se cumplen las amenazas de Hizbulá respecto a su “justo castigo” a Israel en Líbano tras las explosiones de los buscas. Parece que cuando habla luchara contra el tiempo, hay urgencia en él, tiene un mensaje y quiere que cale. “La solución de los dos Estados no es viable porque los palestinos no quieren que exista Israel. Ya se ha intentado en distintas ocasiones y ellos mismos no lo han querido”.
Para Mosab Yousef “Hamás no es diferente de los nacionalistas. La Autoridad Nacional Palestina no ha condenado los ataques del 7 de Octubre. ¿Cómo va a ser la alternativa política quien quiere deslegitimar a Israel?”, se pregunta. Se da la paradoja de que, en el mismo día que él habla, el presidente del Gobierno recibió en Moncloa al presidente de Palestina, Mahmud Abás. Mosab Hassan tuvo que cambiar a última hora de hotel para alojarse, ya que era el mismo en el que se ha hospedado el político palestino durante estos días.
“Aquí, las madres empatizan cuando muere un bebé en Gaza. Allí, ellas no cuando es al contrario”
El hijo del líder de Hamás alza la voz para mostrar su desconcierto por el apoyo occidental a la causa palestina. Concretamente, no entiende al feminismo occidental. “Las feministas están apoyando a Hamás pero Hamás no cree en los derechos de las mujeres”, afirma. “Ellos matarían a todas las que se manifiestan a favor de Palestina“, asegura después del acto en conversación con este medio. Y explica que las mujeres en Gaza no tienen valor. “Mi madre no tiene derechos, no contaba para nada, pero se las educa en el mismo odio”.
El palestino, convertido al cristianismo, comenta que este mensaje anula la capacidad de empatía. “Aquí, veo que las madres empatizan cuando muere un bebé en Gaza. Allí no cuando es al contrario. Una gente que mata a un bebé sin compasión no debe tener sitio en la Comunidad Internacional”.
Para entender esta actitud se remonta a un concepto de existencia muy distinto. “Es una ideología violenta. Desde pequeño te enseñan a que si matas eres un héroe” Y recuerda: “Cuando mi padre hablaba de Hamás parecía un monstruo viniendo desde el mar, con esa pasión y esa idea romántica de que Israel es el colonialismo”. Enseñanzas que recogen los estatutos del grupo terrorista: “Israel existirá y continuará existiendo hasta que el Islam lo destruya, de la misma manera que ha destruido a otros en el pasado”. Y lanza un mensaje que asfixia la sala: “No hay diferencia entre Hamás y la ANP. Son compañeros del diablo para acabar con la humanidad“.
Rememora uno de los momentos clave en que proporcionó información al enemigo de su padre. “Él me dijo que tenía una reunión con Yaser Arafat y yo fui. Estaba el ganador del Premio Nobel de la Paz con todas las facciones palestinas. Mahmud Abás era uno de ellos. Podréis pensar que estoy exagerando, pero la decisión de la mayoría fue volver a los atentados suicidas. Y Yaser Arafat lo aprobó. Hay un informe sobre esto. En aquel momento, Ariel Sharon era primer ministro de Israel y no se lo podía creer. Estamos hablando de gente que está de acuerdo con la violencia. Es una cultura de locos, es una cultura de la muerte”.
Porque, según afirma, el fin no es Israel. “Ellos quieren dominar Tel Aviv, París… Es más atractivo cuando está hecho porque ellos no crean nada. Sólo destruyen”. Y pone como ejemplo Líbano: “Beirut era el París de Oriente Medio hasta que se fue Israel”.
Dentro de esta seguridad en que su objetivo final no es Israel, se dirige directamente al presidente del Gobierno español: “¿Quién crees que eres para decidir en nombre de otra democracia y forzar o imponer un Estado?”. Y le plantea un paralelismo con la hipotética creación de un Estado palestino en Andalucía, con Córdoba como capital: “Si eres tan generoso, convence a la población de tu país a hacer algo así, pero no fuerces a otro país a hacerlo”, concluye.
Con la salvedad añadida, afirma, de que Palestina no existe. “Fue una creación de los británicos entre 1922 y 1944″, explica. “En la misma tierra convivían árabes, cristianos judíos…Esto es un hecho, no es discutible. Y mucha gente no quiere aceptar la verdad. Y han creado un agujero negro que nunca va a estar satisfecho”.
Niega la teoría del apartheid
Durante su infancia y juventud en Gaza niega haber vivido la teoría del apartheid israelí. “Ellos han tenido las mismas oportunidades que los demás de trabajar y crear: el mismo sol, la misma tierra, las mismas oportunidades. ¿Qué les ha impedido crear, como Israel lo ha hecho? ¿Cómo va a haber apartheid si viven 2 millones de árabes en Israel que tienen los mismos derechos que los israelíes, con la diferencia de que no les obligan a servir en el Ejército?”, cuestiona. Él mismo responde: “Porque viven de ser víctimas. Si no existiera Israel se matarían entre ellos”.
Qatar, caballo de Troya de occidente
Uno de los fundamentos que Mosab Hassan Yousef encuentra en cuanto a la simpatía que algunos países manifiestan hacia la causa palestina es la inversión millonaria que los países ricos contrarios a Israel hacen en occidente para influir en la educación. “Qatar controla todo porque dona millones de dólares a universidades a cambio de que transmitan su mensaje. Tienen a sus mujeres recluidas pero luego compran rusas con sus lujos para llevarlas allí y dar imagen de país libre”.