En el corazón de Londres, un misterio oscuro y perturbador ha sacudido los cimientos de la opulenta zona de Westminster. Parece surgido de una novela de Agatha Christie o una historia del comisario Maigret. Kamonnan Thiamphanit, de 27 años, conocida entre sus amigos como Angela, fue hallada muerta en una lujosa residencia valorada en 3 millones de libras. El misterio, a día de hoy, sigue sin resolver.
La víctima, de 27 años, fue hallada con múltiples heridas de arma blanca
La Policía de Londres nombró a Kamonnan Thiamphanit como la víctima de un brutal asesinato, desatando una tormenta de conmoción y misterio en una de las áreas más distinguidas de la urbe londinense, como es el caso de Westminster. Dentro de una mansión cercana a Hyde Park, Angela fue encontrada con múltiples heridas de arma blanca. Un macabro descubrimiento que ha dejado a la comunidad en “shock”.
Fue alrededor de las 8:30 a.m. del lunes cuando los agentes, respondiendo a la creciente preocupación por el bienestar de Angela, forzaron la entrada a la propiedad en Stanhope Place. Lo que encontraron fue una escena de horror. El cuerpo sin vida de Thiamphanit estaba marcado por el trauma de numerosas puñaladas. Un examen post mortem confirmaría poco después la causa de la muerte.
¿Qué sucedió durante la noche del domingo?
La tranquilidad de la noche del domingo se vio interrumpida en Westminster por gritos agudos. Un presagio de la tragedia que se descubriría horas después. Los vecinos, consternados, relataron haber escuchado alborotos y gritos, sonidos desgarradores que rompieron el silencio habitual de la zona. Estos testimonios, recogidos por el diario británico “The Times”, pintan un cuadro estremecedor. Uno que sugiere que los momentos finales de Angela estuvieron llenos de terror.
La preocupación por Angela no surgió de la nada. Sus amigos, alarmados por su ausencia, contactaron a la Policía el domingo, instando a una acción inmediata. Sin embargo, pasaron 13 horas angustiosas antes de que las autoridades actuaran, forzando la entrada a la mansión tras llamadas desesperadas. Este lapso en la respuesta ha suscitado preguntas y críticas, llevando a una remisión obligatoria a la Oficina Independiente de Conducta Policial para revisar el manejo inicial del caso.
La comunidad de Westminster, en “shock”
Westminster, conocido por su esplendor y seguridad en Londres, se encuentra ahora envuelto en una atmósfera de miedo y consternación. El asesinato de Angela coloca un espejo sombrío ante la comunidad. Refleja una realidad donde la violencia puede irrumpir incluso en los enclaves más protegidos. Los residentes, habituados a una sensación de invulnerabilidad, se enfrentan ahora a la dura verdad de que la seguridad es, en el mejor de los casos, una ilusión frágil.
Mientras tanto, la Policía continúa su investigación sin arrestos hasta la fecha. Sin embargo, la petición de Justicia no cesa. La familia y amigos de Angela, devastados por su pérdida, buscan respuestas y acciones concretas para asegurarse de que el responsable de este acto atroz crimen pague por sus actos. La comunidad, igualmente afectada, se ha unido en su duelo y en la determinación por encontrar la verdad. A fin de cuentas, un asesino anda suelto por Westminster.