Milei y la curiosa diplomacia de los malos modales (no sólo con las mujeres)
Artículo14 analiza las relaciones internacionales más problemáticas del presidente argentino y cómo podría haber reaccionado a las polémicas declaraciones del ministro Puente. "Contesta atacando a una mujer (Gómez), que nada tiene que ver con el debate planteado"
Irene HartmannEn honor a su apellido, Guillermo Francos, ministro del Interior de Argentina, emitió este sábado un mensaje esclarecedor sobre el álgido ping-pong de estas horas entre los gobiernos argentino y español. Si bien sugirió que Pedro Sánchez debería pedirle la renuncia a su ministro de Transporte, Óscar Puente (tras los dichos sobre las “sustancias” que, dijo, ingiere el argentino Javier Milei), admitió, a su manera, la pobreza del estrambótico escrito oficial dirigido a España: “Darle una respuesta de calidad a una persona sin calidad, a veces cuesta mucho”.
Mientras las poblaciones de España y Argentina observan estupefactas cómo se despliega una batalla retórica poco menos que patética, la respuesta del Gobierno argentino, que como bien señaló Francos, carece de calidad, sorprende menos en América Latina que, posiblemente, en Europa.
— Oficina del Presidente (@OPRArgentina) May 3, 2024
En las antípodas del protocolo diplomático, ya desde la campaña electoral de 2023 fue recurrente el lanzamiento desmedido de dardos de parte de Milei hacia distintos jefes de Estado, que a sus ojos cuadraban con una serie de estereotipados contrincantes. Sin embargo, es cierto que el tono agresivo de esas críticas no siempre tuvieron la forma de los cinco peculiares párrafos dirigidos, ahora, al presidente Sánchez y su esposa, Begoña Gómez.
La construcción de enemigos
Pero sin dudas, el antidiplomático comunicado argentino apela, a partir del segundo párrafo, a ese recurso libertario común, arma de seducción populista por antonomasia: la construcción de enemigos. En este caso, sobresale el uso de una mujer, Begoña Gómez, para pegarle a Sánchez y marcar, así, la aparente inestabilidad de España, que conducirá a las -ya- quebrantadas relaciones bilaterales.
Tras el punto y aparte, siguen el “Sánchez-separatista” y el “Sánchez-inmigrante”, que encima es un potencial promotor del abuso sexual. Frente a ellos, Argentina es el progreso. El PSOE, la “miseria y la decadencia”.
El juego de opuestos (buenos y malos, amigos y enemigos) sale con frecuencia de la boca del primer mandatario argentino. Dejando de lado las intensas críticas al igualmente cuestionable presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, vale la pena recuperar algunas perlitas que, en esa dirección, fueron más allá de lo meramente picante.
Milei, contra sus propios socios comerciales
Que Milei haya llamado a Luiz Inácio Lula Da Silva, actual presidente de Brasil, “corrupto” y “comunista furioso”, en una entrevista de noviembre de 2023 con el periodista Jaime Bayly, fue un indicio de cómo encararía la diplomacia una vez en el poder. Por cierto, el libertario no perdió en esa misma charla la oportunidad de apuntar también contra el otro gran socio comercial de la Argentina: China.
Ni Xi, ni Lula, ni Putin
No era la primera vez. En una conversación previa con el conservador Tucker Carlson (ex periodista de la cadena Fox), Milei había lanzado una frase que a los argentinos ya no les sorprende: “No solo no voy a hacer negocios con China; no voy a hacer negocios con ningún comunista. Soy un defensor de la libertad, de la paz y de la democracia. Los comunistas no entran ahí. Los chinos no entran ahí. (El presidente ruso, Vladimir) Putin no entra ahí. Lula no entra ahí”.
“No hago tratos con asesinos: no con China, no con Corea del Norte, no con Rusia”
El mismo concepto tuvo otras formas. Como esta, siendo diputado: “No hago tratos con asesinos, no con China, no con Corea del Norte, no con Rusia, no con nadie que no respete el mundo libre”.
En plena campaña, entrevistado por la televisión chilena, apuntó contra el presidente del vecino argentino: “Así como esperamos sacar la plaga kirchnerista y en realidad también a toda la plaga socialista que azota a la Argentina hace más de 100 años, esperamos que ustedes también tengan la dicha y la altura como para poder sacarse también a este empobrecedor de (Gabriel) Boric”.
Contra Colombia y México
Gustavo Petro, presidente de Colombia, es otro que recibió lo suyo. Fue en marzo pasado cuando, en boca de Milei, se viralizó como “asesino terrorista”, lo que hizo temblar las relaciones diplomáticas con ese país. En la misma entrevista (con el periodista Andrés Oppenheimer, de CNN), el libertario sumó otro latinoamericano: “Que un ignorante como (el presidente de México, Andrés Manuel) López Obrador hable mal de mí, me enaltece”.
El tamaño de Argentina frente al mundo
Parte de esta misma serie es que Milei no haya invitado a su asunción presidencial a los jefes de Estado (todos “dictadores” o “comunistas”) de Venezuela, Nicolás Maduro; de Cuba, Miguel Díaz-Canel; de Irán, Ebrahim Raisi; y de Nicaragua, Daniel Ortega. Como resultado, este último país retiró a su embajador de Argentina.
Para mal de los locales, otro sinsabor reciente tuvo mucha repercusión de este lado del Atlántico. Diana Mondino, canciller de Milei (llamada irónicamente “bombero” de estos incendios diplomáticos) dijo una frase infeliz, en una entrevista con María Laura Avignolo, de Clarín. La periodista le preguntó por el tipo de personal (civil o militar) que trabaja en una base china en Argentina. La ministra “aclaró” que “nadie identificó que hubiera personal militar; son chinos, son todos iguales”.
Ahora bien, luego de tan fatigante ronda de frases incordiosas, ¿cuál hubiera sido una respuesta lógica de Argentina, tras las declaraciones del ministro Puente?
Los buenos modos, una vía posible
Gisela Pereyra Doval, investigadora del Conicet y profesora de “Problemática de las relaciones internacionales” en la Universidad Nacional de Rosario (UNR), habló de lo que podría haber pasado en “una situación diplomática normal”.
“Los dichos de Puente estuvieron fuera de lugar. No era una situación oficial, algo que hay que marcar, pero, al ser funcionario, el Gobierno argentino responde. Sin embargo, lo que tendría que haber hecho el país es emitir un comunicado, si no era desde Cancillería (que hubiera sido lo esperable), desde Presidencia, ya que el ofendido fue él. Pero se debería haber hecho un repudio a los dichos de Puente y plantear que esperaban una respuesta”, indicó.
La película entonces hubiera sido otra: “Seguramente el Gobierno de España se habría disculpado y hubiéramos quedado en ventaja, entre comillas, para futuras negociaciones. Porque cuando un Estado sabe que está en falta, tiende a ser más indulgente. Un comunicado repudiando los dichos de Puente, hubiera sido suficiente”.
Argentina-España, un ardiente cruce retórico
En cambio, aclaró Pereyra Doval, lo que hizo el Poder Ejecutivo es lo que en el ámbito diplomático se conoce como “injerencia en asuntos de terceros Estados”, algo que queda claro “cuando además del repudio, Milei dice que Sánchez tiene problemas más importantes y que se fije en su esposa. No corresponde para nada en un comunicado oficial”.
Mientras el gobierno libertario pone énfasis en la “acción” para sacar a Argentina de su histórico retroceso, la retórica parece tener un lugar a veces más protagónico, opinó la experta: “Me da la sensación de que le dan mucha importancia a la palabra. Es un Gobierno que se desarrolla en las redes sociales… una realidad paralela. Pero el tema de subir la palabra y la foto es para la tribuna, para cerrar filas adentro del núcleo duro de votantes”.
La gran pregunta es si a Javier Milei le importan las relaciones diplomáticas: “No sé si al Gobierno, pero a Milei le importan mucho más sus vínculos con otros líderes, no necesariamente de espacios gubernamentales, que sí comparten su visión del mundo, como (el expresidente de Estados Unidos Donald) Trump, (el primer ministro húngaro Viktor) Orban o el partido Vox. Pueden ser jefes de Estado o no”.
Tomando una expresión del catedrático de la Fundación Carolina José Antonio Sanahuja, Pereyra Doval dijo que se entabla “un juego interno hacia el núcleo de aplaudidores, mientras que hacia afuera se monta un show para los integrantes de la ‘internacional reaccionaria’”.
El antifeminismo, en el blanco
Federico Finchelstein, doctor en Historia por la Universidad de Cornell, profesor de la New School for Social Research de Nueva York y autor de los libros Breve historia de las mentiras fascistas y Mitologías fascistas, opinó que “nada sorprendente en los argumentos mileistas: la demonización está en el centro de su forma de entender la política. Es decir, de su populismo tan cercano al fascismo”.
“Las mentiras misóginas y sobre los inmigrantes no llaman la atención. Cuando se enfrenta a preguntas concretas sobre inestabilidad emocional -muchas veces, un dato objetivo-, Milei se desespera, se desencaja y recurre a la intolerancia. Por eso ahora contesta atacando a una mujer (Gómez), que nada tiene que ver con el debate planteado, o a través de la xenofobia más rancia”.
De original no tiene mucho, dijeron ambos especialistas: Pereyra Doval mencionó los antecedentes del expresidente de Brasil Jair Bolsonaro. Y Finchelstein, a que “copia argumentos de la extrema derecho española o del macho-populismo de Trump”.
Según analizó la experta, a la “misoginia y el antifeminismo de Milei -un relato común de la internacional reaccionaria, también integrada por la italiana Giorgia Meloni o la francesa Marine Le Pen– se agregan los inmigrantes e indígenas”, todas minorías que tuvieron conquistas en los últimos años. En definitiva, concluyó Pereyra Doval, “los valores que están en juego son nada menos que los derechos humanos”.