Argentina

Milei contra Eva Perón: así es como pretende borrar el legado del peronismo

El Gobierno argentino lidia una "batalla cultural" para "desideologizar" los espacios públicos, la icónica "Evita", en el punto de mira del libertario

Eva Perón
La imagen de Eva Perón en un billete de 100 pesos argentinos Shutterstock
La figura más emblemática de la política argentina es quizás Eva “Evita” Perón, una mujer – y a su actual presidente, Javier Milei, no le gusta.
Desde que asumió el poder, el mandatario libertario ha iniciado un proceso sistemático para eliminar símbolos peronistas de los espacios públicos, incluyendo los icónicos murales de Evita en el edificio del ex Ministerio de Desarrollo Social en la Avenida 9 de Julio. Según declaraciones del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, al Buenos Aires Times, el gobierno está evaluando la demolición del edificio, alegando altos costes de mantenimiento y problemas estructurales. Francos afirmó: “Es un edificio que no sólo está en malas condiciones, sino que también entorpece el tráfico en una de las arterias centrales de la Ciudad”.
Milei

El edificio de Evita Perón símbolo de la discordia en Buenos Aires

El edificio, inaugurado en 1936 como sede del Ministerio de Obras Públicas, fue declarado Monumento Histórico Nacional en 2002 y restaurado en 2010, cuando se colocaron los murales de Evita en sus fachadas norte y sur. Estas imágenes, diseñadas por Alejandro Marmo y Daniel Santoro, se convirtieron en un símbolo del kirchnerismo y la memoria peronista. Sin embargo, el gobierno de Milei considera que su eliminación es parte de una estrategia de “neutralidad partidaria.” Francos explicó: “La decisión está en manos de la ministra Sandra Pettovello, quien está revisando toda la infraestructura del Ministerio de Capital Humano para determinar si este edificio es necesario o no”.

Erradicarlos por completo

El ataque a los símbolos peronistas no se limita al edificio de la Avenida 9 de Julio. La ministra Pettovello ordenó recientemente el retiro de imágenes, bustos y otros elementos asociados a Perón, Evita y Néstor Kirchner en sedes gubernamentales. En un comunicado, el Ministerio de Capital Humano señaló que la iniciativa busca “garantizar la neutralidad partidaria en los edificios públicos y promover el respeto por la diversidad de pensamiento. Y Pettovello compartió un vídeo en redes sociales donde se la ve retirando imágenes de Evita y declaró: “Los edificios públicos pertenecen a todos los argentinos.”

Aparte, el edificio del Ministerio de Desarrollo Social no es el único en el punto de mira. El Centro Cultural Kirchner, rebautizado como “Palacio Libertad” por decreto presidencial, es otro ejemplo del intento de Milei por desvincular los espacios públicos de referencias peronistas. Este cambio ha sido parte de lo que el gobierno denomina una “batalla cultural” para “desideologizar” los espacios públicos, como explicó Pettovello: “Hoy comenzamos con el retiro de elementos partidarios en diferentes dependencias, avanzando hacia una institucionalidad que represente a todos los ciudadanos”.

Pero idea de demoler el edificio de la Avenida 9 de Julio no es nueva. Francos recordó que “en los años 90s, cuando yo era concejal, ya se hablaba de esto.” Sin embargo, ningún gobierno anterior se había atrevido a avanzar con la propuesta, posiblemente debido a la resistencia social y al peso simbólico de Evita en la cultura argentina. Milei, en cambio, parece decidido a llevar adelante lo que califica como un “proceso de reordenamiento de espacios públicos”, según la revista argentina Pérfil.

Oda u odio a Evita

Los murales de Evita, inaugurados en 2011 durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, tienen importancia histórica. Evita es recordada como la abanderada de los descamisados y una figura central del peronismo, lo que convierte cualquier ataque a su memoria en un tema políticamente sensible. El gobierno de Milei, sin embargo, ha defendido estas acciones como necesarias para “reforzar la institucionalidad” y garantizar un uso más eficiente de los recursos públicos.

Además de los murales y el edificio, Milei también ha avanzado con la eliminación de bustos de Néstor Kirchner en edificios como la sede central de la ANSES, ubicada en el Paseo Colón. Según el gobierno, estas medidas forman parte de un plan para eliminar “la simbología popular del peronismo y el kirchnerismo” de los espacios públicos, lo que algunos analistas han comparado con la “desperonización” impulsada por la Revolución Libertadora en 1955.

Pero gobierno ha enmarcado estas acciones como parte de una “batalla cultural” que busca redefinir la identidad de los espacios públicos, y el impacto social de estas decisiones no ha pasado desapercibido. Las redes sociales han servido como campo de batalla, con vídeos del retiro de bustos y murales viralizándose rápidamente. Mientras algunos aplauden la “despartidización” de los espacios públicos, otros ven estas acciones como un ataque directo al legado de Evita y a la historia del peronismo.

La controversia también ha llegado a otros frentes. La medida de rebautizar el Centro Cultural Kirchner como Palacio Libertad refleja una estrategia más amplia para sustituir referencias peronistas por símbolos libertarios. Esta política, según el gobierno, busca “promover valores universales y representar a todos los argentinos, sin distinción de ideología”.

Por su parte, Milei ya ha dejado claro que su gobierno no dará marcha atrás en estas iniciativas, que considera fundamentales para implementar su visión libertaria. En este contexto, el debate sobre la demolición del edificio de la Avenida 9 de Julio representa algo más que un cambio arquitectónico: simboliza la lucha por el relato histórico en Argentina. El jefe de Gabinete resumió la postura oficial al decir que estas acciones “no son sólo decisiones administrativas, sino un mensaje claro sobre la dirección que quiere tomar este gobierno”.

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