Reconocimiento de Palestina

“Cinco minutos después de esta fantasía, los palestinos volverán a sus problemas reales”

El reconocimiento oficial de Palestina por parte del Gobierno español generó indignación en Israel, ya que lo consideran un movimiento simbólico sin capacidad de resolver el conflicto. El experto Michael Milshtein se pregunta cómo mejorará esto la situación de Palestina

Palestina
Una mujer palestina desplazada con agua entre la basura de Jan Yunis, al sur de la Franja Efe

“El pueblo israelí y el pueblo español son pueblos amigos. No permitiremos que nos separéis ni tú (Pedro Sánchez y Yolanda Díaz), ni los miembros de tu gobierno)”, tuiteó Israel Katz, ministro de Exteriores israelí, en la víspera del anuncio del Gobierno de España sobre el reconocimiento del estado palestino.

Además de congelar la operativa del consulado español en Jerusalén -delegación diplomática que atiende a palestinos-, o avisar que “a quién nos haga daño, le haremos daño”, Katz publicó un vídeo de parodia titulado “Hamás: Gracias España”, con imágenes de terroristas islamistas disparando durante el asalto al sur de Israel el 7 de octubre.

Solución dos Estados

El experto Michael Milshtein

Durante la comparecencia de Pedro Sánchez esta mañana, el presidente del Gobierno defendió que el reconocimiento oficial de Palestina, junto a Irlanda y Noruega, supone un paso diplomático necesario para resolver el conflicto en Oriente Próximo. Pero desde Israel consideran que el anuncio es una medida cosmética, que no comportará ningún avance sobre el terreno. “Las facciones palestinas recibieron el anuncio con alegría. Para ellos supone un logro diplomático, ya que quieren que el mundo reconozca su narrativa, pero es algo simbólico. ¿Cómo mejorará así la situación de Palestina?”, se pregunta Michael Milshtein en una conversación con Artículo 14.

Este analista israelí, que dirige el Foro de Estudios Palestinos en la Universidad de Tel Aviv, destaca que el liderazgo palestino sigue dividido, con Fatah al frente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en Cisjordania y Hamás en la Franja de Gaza. “Y el pueblo odia profundamente a sus líderes. Cinco minutos después de esta fantasía, los palestinos volverán a afrontar sus problemas reales”, destaca.

Corrupción en la ANP

La ANP está desacreditada por décadas de corrupción, nepotismo y colaboración con las Fuerzas de Seguridad de Israel en la lucha antiterrorista; y en Gaza crece la ira de la población local hacia Hamás, cuyo ataque del 7 de octubre abrió las puertas del infierno a la población civil gazatí. Se estima que ya han muerto unos 36.000 palestinos por los bombardeos israelíes desde el inicio de la guerra, y la mayor parte de las infraestructuras de la franja están destruidas.

“La situación económica en Palestina es crítica, ya que dependen de Israel para todo: agua, electricidad, impuestos… El reconocimiento español no cambia nada, el conflicto de fondo continuará”, remarca Milshtein. El analista incide en que los tiempos escogidos por Pedro Sánchez causaron especial malestar en Israel, ya que su anuncio precedió la publicación del vídeo del secuestro de las “observadoras” en la base de Nahal Oz. También coincidió con el debate en la Corte Penal de Justicia, en que por mayoría de 13 a 2, los jueces ordenaron aparentemente la detención de la ofensiva militar sobre Rafah.

Este lunes, un bombardeo de la fuerza aérea hebrea en la ciudad, en que se liquidó a dos oficiales de Hamás tras obtener “información de inteligencia precisa”, costó la vida a un total de 45 personas y unos 249 heridos, según el ministerio de salud gazatí. Según testimonios locales, el ataque provocó el incendio de carpas de refugiados, lo que provocó terribles escenas de quemaduras, así como una ola de condenas diplomáticas globales a Israel.

“Desde aquí, el sentimiento es que los tres países europeos no entienden la complejidad de la situación. En Israel consideran que actúan hipócritamente, y que no asumen que en Europa tienen ya graves problemas debido a la expansión de las comunidades musulmanas”, alerta el analista. Ante las palabras de la vicepresidenta española Yolanda Díaz, que vaticinó que “Palestina será libre desde el río hasta el mar” -lo que supondría la desaparición de Israel- Milshtein no la acusa de ser antisemita. “Es pura ignorancia, repiten eslóganes vacíos cuyo significado no entienden”, lamenta.

Para el analista israelí, lo efectivo ahora sería lograr medidas efectivas sobre el terreno para desescalar el conflicto. “Israel está ante una encrucijada con dos alternativas: destruir las capacidades militares y de Gobierno de Hamás en Gaza, lo que requeriría una ocupación permanente de la franja; o lograr un acuerdo para liberar a todos los secuestrados, que supondría parar la guerra, retirar las tropas y liberar a muchos terroristas”, argumenta. Y añade: “Son precios muy altos, pero no hay más alternativas. Sería mejor alcanzar un pacto ahora, y empezar a diseñar el futuro de Gaza a dos o tres años vista”.

El principal criticismo de la Administración Biden a su principal aliado regional es que sigue sin plantear su visión para la gobernabilidad de Gaza para el día después de la guerra. “Se siguen planteando ideas sin fundamento, como entregar el control de la franja a clanes locales, o a sectores de Fatah no afiliados con la ANP. Yo insisto en que lo urgente es lograr un acuerdo, que será difícil”, prosigue.

La solución de los dos estados

Respecto al eterno debate sobre la viabilidad de aplicar la solución de los dos estados, Milshtein lo cataloga de “eslogan vacío de contenido”. Tras la masacre del 7 de octubre, muchos israelíes “entendieron la profundidad del asunto. No se puede justificar aquella barbaridad como respuesta a la ocupación o por la crisis económica”, defiende Milshtein.

Recientemente, conversó con el reputado filósofo palestino Sari Nusesibeh, quien le reconoció que en las circunstancias actuales “no estamos preparados para la independencia, aunque nos la deis”. Las últimas elecciones palestinas en Gaza fueron en 2006, cuando Hamás ganó, tomó el control y asesinó a más de un centenar de opositores de Fatah y expulsó al gobierno de la ANP.

En Cisjordania, el mandato del presidente Mahmud Abbas expiró en 2009, y ha pospuesto recurrentemente la celebración de elecciones, ante los temores fundados de que el grupo islamista rival podría también tomar el control en Ramala.

“Inviable”

Ante las adversidades actuales, Milshtein aboga por impulsar una “separación física, aunque no se funde el estado palestino. Seguir juntos nos condenará a un infierno como el de Bosnia, ya que la hostilidad y desconfianza está muy extendida. Pero hablar de un estado ahora es inviable. Si se les concede libertad y soberanía automáticamente, la primera consecuencia podría ser el disparo de proyectiles desde Cisjordania a Tel Aviv”, alerta.

En cualquier escenario futuro, el analista considera que Israel debe preservar el control de las fronteras entre una futura entidad palestina y los países vecinos. Se refiere al Valle del Jordán y al Corredor de “Filadelfia”, la ruta que separa Gaza de Egipto, donde se extienden los túneles de contrabando de armas de Hamás. Pero para Milshtein, lo urgente es “abandonar el mundo de las ilusiones y ser realistas. De lo contrario, seguiremos encallados en un callejón sin salida”.