La banda presidencial que recibirá por primera vez una mujer en la historia de México no será entregada simbólicamente por un hombre -el actual mandatario Andrés Manuel López Obrador– sino por el poder del género que lleva casi dos décadas de ser el más participativo: ellas votan más que los varones.
“Ese triunfo ha sido ganado a pulso: primero para que nos dejaran votar, luego para ser votadas y finalmente porque somos las que más participamos”, advirtió Jimena Arellano, una abogada del ministerio público la capital mexicana, madre soltera y defensora de la vida de ellas en la Fiscalía Antifeminicidios.
Las mujeres definirán el rumbo de México
Si como demuestran las últimas cifras del Instituto Nacional Electoral (INE) la tendencia de participación femenina continúa como en los últimos dos comicios federales, las mujeres definirán el rumbo del país, si será Claudia Sheinbaum, candidata de la coalición Sigamos Haciendo Historia, o Xóchitl Gálvez, de la opositora Fuerza y Corazón por México.
En un estudio realizado por el INE sobre la contienda electoral de 2012 se reveló que los niveles de participación por sexo registraron una “sensible diferencia”, pues mientras hubo 66% de asistencia de mujeres a las urnas, sólo participó 57,7%de hombres. Esta brecha porcentual duplicó, por ejemplo, la que existía en ese tiempo en Estados Unidos.
Seis años después, el organismo electoral volvió a calcular que el 62,3% del electorado acudió a emitir su voto en la Jornada Electoral del año 2018 fueron nuevamente ellas las que votaron más que los hombres: 66,2% contra 58,1%, una diferencia de ocho puntos porcentuales.
En cuanto al grupo de personas que no votaron (37,7%), 20,2 por ciento fueron hombres y 17,5 por ciento mujeres.
Ellas votan más
“Es evidente la mayor participación del sexo femenino en las edades jóvenes y adultas hasta los 64 años”, reconoció el INE en un informe en el que llamó la atención sobre los comicios venideros.
En un acto público del pasado 8 de marzo por el Día Internacional de la Mujer, Sheinbaum resumió en pocas palabras el significado de la fuerza política como un mando de ellas para ellas: “Yo digo que llegamos a la Presidencia con nuestras ancestras y con nuestras hijas al mismo tiempo”.
A la victoria femenina a la Primera Magistratura del país, que es prácticamente un hecho, la enmarcan, por ejemplo, las presidencias del Senado, con Ana Lilia Rivera; la del Congreso federal, con la regia Marcela Guerra; la Suprema Corte de Justicia con Norma Piña y del INE con Guadalupe Taddei.
“No tengo duda de que se rompió el techo de cristal para las mujeres en la política”, observa la abogada Arellano, quien divide sus labores de investigadora con la atención de sus dos hijos que sostiene económicamente sola desde que su marido huyó para no pagar pensión alimenticia, como el 65% de las madres divorciadas en México.
“Aunque ya habíamos demostrado con creces que somos más capaces para administrar que ellos: somos millones de jefas de familia que nos la apañamos solas”.
Mujer, indígena, abandonada
Para muchas de las votantes la llegada de ellas a la oficina más alta de la nación carga un peso emblemático, independientemente o no de que ser mujer no garantiza de facto la disminución de la pobreza, los feminicidios, la desigualdad salarial.
“Soy mujer, indígena, mi primer esposo me abandonó: sé de las necesidades que tienen las mujeres”, dijo Gálvez en una entrevista radiofónica. “Y sé que quienes vean que a pesar de todo podemos lograr lo que queramos, tendrán la convicción y el coraje de llegar lejos”.
En resumen, concluyen las protagonistas, el triunfo de una de ellas puede motivar y cambiar el panorama hacia el futuro para que más mujeres se postulen a la presidencia y otros cargos de elección popular.
Para estas elecciones al menos la mitad de los más de 20.000 cargos en juego durante el Proceso Electoral Federal 2023-2024 recaen en candidaturas de mujeres, para diputaciones o senadurías; presidencias municipales y regidurías.
Más paz
“A mí me da mucho gusto pensar que ha sido una mujer quien ha dado más paz que cualquier otra en el municipio”, advierte Jazmín Calderón, secretaria en el municipio de Pilcaya, Guerrero, quien decidió darle su voto a Gálvez porque la alcaldesa de su localidad, del mismo partido de Xóchitl Gálvez, ha hecho un buen trabajo.
Desde otra perspectiva, la escritora Korina Calderón piensa en un voto más razonado en su decisión electoral por la Coalición Fuerza y Corazón por México: “Creo que la oposición a López Obrador significa ir en contra de un proyecto autoritario que quiere desaparecer los organismos públicos autónomos y lleno de subsidios en lugar de empresas; por eso, aunque sabemos que va a ganar Claudia Sheinbaum -tiene el 56% de intención de votos frente a 34%, según las encuestas- lo que quiero es que haya balance en el Congreso para generar contrapesos”.
Continuidad
Desde otra perspectiva, Maribel Solache, emigrante que emitirá su voto desde California, su votación a favor de la candidata oficialista es porque a su juicio “no fueron suficientes seis años para terminar con la corrupción, el narcotráfico, la impunidad y otros vicios que heredó Morena (el partido del presidente) de administraciones anteriores”.
Emilia López por su parte, tiene fe en que Sheinbaum al ganar la victoria dejará pronto de la sombra del presidente. “Yo espero que Claudia Sheinbaum deje de estar de mustia y sumisa y cuando gane, saque las garras y le dé una patada a muchos cabrones de Morena, empezando por Félix Salgado Macedonio”.
Félix Salgado es un político cercano a AMLO quien intentó ser gobernador del estado de Guerrero hasta que grupos feministas pelearon por su censura debido a denuncias de abuso y violación sexual. Su dimisión fue considerado otro triunfo del poder del activismo pro mujer.