La reunión número 79 de la Asamblea General de la ONU ha arrancado este lunes en Nueva York, y uno de los momentos que más ha resaltado de todo el evento no ha sido protagonizado por ningún político ni alto cargo de la organización, si no que ha sido la actriz Meryl Streep, quien ha subido al estrado en un acto paralelo al evento para alzar la voz sobre la situación de las mujeres en Afganistán, cada vez más perseguidas por los talibanes, que disponen de ellas como objetos y prácticamente las han dejado sin ningún de derecho. La actriz ha sido muy explícita al afirmar que “a día de hoy, una ardilla tiene más derechos que una niña en Afganistán“.
Pongámonos en contexto, y es que el pasado agosto, el país afgano aprobó una ley para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio que obliga al uso del velo para cubrir el rostro y cuerpo de las mujeres, para evitar “causar tentación” y condenó el sonido en público de la voz femenina, incluyendo cantar, recitar, o hablar frente a micrófonos, como una falta contra la modestia, implementando la interpretación más rigurosa de la ley islámica.
Un cambio a mucho peor
Un ley tan sumamente restrictiva, que elimina prácticamente a las mujeres de la vida pública, y las obliga a estar confinadas en sus hogares, sin libertad de movimiento y casi sin acceso a la educación o al trabajo. Esto ha puesto el grito en el cielo del resto del mundo, y por eso ha llevado a que en el marco de la citada asamblea general de las Naciones Unidas, países miembros como Irlanda, Catar, Suiza e Indonesia, en colaboración con el Foro de Mujeres de Afganistán, hayan llevado a cabo este acto para denunciar una situación que se está tornando en insostenible.
Meryl Streep fue una de las grandes protagonistas del evento, en el que tomó la palabra y destacó el gran retroceso en sus derechos que han sufrido las mujeres afganas, poniendo un ejemplo personal que lo describe perfectamente.”En 1971 me gradué en la universidad aquí en Nueva York, y ese año, las mujeres en Suiza obtuvieron el derecho al voto. Las mujeres en Afganistán, por supuesto, habían disfrutado de ese derecho durante medio siglo”. Y es que el país asiático fue durante mucho tiempo un ejemplo del avance y la inclusión de la mujer en la sociedad, sin embargo, con la llegada del régimen talibán y los extremismos religiosos fue perdiendo peso hasta que ha llegado a la desgraciada situación actual.
Dar a conocer el problema al mundo
Para extender al resto del mundo esta necesaria denuncia, el foro de Mujeres de Afganistán presentó el documental ‘The Sharp Edge of Peace’ sobre cuatro lideresas afganas que tomaron el micrófono para contar la preocupante situación de su país. Estas son Habiba Sarabi, exministra de Asuntos de la Mujer de Afganistán; Fawziya Koofi, ex-vicepresidenta del Parlamento de Afganistán y Asila Wardak, exdirectora General de Derechos Humanos y Asuntos Internacionales de la Mujer del ministerio de Asuntos Exteriores afgano.
Wardak explicó que sus “hermanas” afganas han sido borradas de la sociedad y recalcó que “el futuro de Afganistán no puede construirse sobre la base de la exclusión de la mitad de la población“, y que las mujeres deben ser “parte de la solución, no un elemento secundario”. Y es que esa es la triste deriva que se está encontrando el país, cada vez más carcomido por los extremos y sumido en un control exhaustivo por parte de la religión después del fin de la guerra que ha terminado por dejar a la mujer sin derechos y siendo una mera comparsa. Pero eso sí, con iniciativas como estas y el trabajo de las diferentes organizaciones, se puede lograr un cambio.