Con la guerra arancelaria iniciada por Donald Trump, el mundo se despertó diferente este jueves y la primera ministra Giorgia Meloni tuvo que cancelar toda su agenda para dedicarse completamente a estudiar qué posición debe tomar ahora Italia. La líder italiana, informaron fuentes gubernamentales, canceló “los compromisos previstos con el fin de centrarse en las medidas que debe adoptar tras la introducción de nuevos aranceles por parte del Gobierno de Estados Unidos”.
La gran pregunta es si la primera ministra querrá gestionar esta crisis del mercado internacional junto a la Unión Europea o si también querrá mantener negociaciones paralelas. El ministro italiano de Asuntos Europeos, Tommaso Foti, ha explicado que “la primera respuesta debe darla la UE”, pero aquí la líder italiana se juega también el futuro papel que tendrá en el escenario global.
El difícil equilibrio de Meloni

Meloni ha sabido mantener durante estos dos años y medio al frente del Gobierno un equilibrio a nivel internacional entre la identidad atlantista y europea y la más conversadora y de extrema derecha en temas de política interna. Pero el mapa geopolítico ha cambiado completamente y el nuevo escenario requiere también nuevas estrategias. El lugar que quería ocupar la líder italiana era el de puente entre la Unión Europea y la nueva Administración estadounidense, lo que la derecha en Italia defiende como una relación privilegiada pero que, por el momento, no ha dado grandes resultados.
La cercanía de Meloni con Trump
La líder italiana ha tardado varios días en comentar las inminentes decisiones económicas de la Administración estadounidense, precisamente por su cercanía a Donald Trump, pero en las últimas horas calificó la medida como “equivocada”. Además ha advertido que no beneficiará a ninguna de las partes. Meloni enfatizó también en esta declaración la necesidad del diálogo con EE UU y por eso estudia durante estas horas cuál será el próximo paso a dar. Añadió que era fundamental “evitar una guerra comercial que debilitaría a Occidente en favor de otros actores globales”.

Especialmente porque el Gobierno Meloni ha construido parte de su identidad dando valor al Made in Italy, incluso llamando así a uno de sus ministerios. Según los datos más recientes de Istat, en 2023 las exportaciones italianas a Estados Unidos alcanzaron los 67,3 mil millones de euros, mientras que las importaciones italianas desde EE UU fueron de 25,2 mil millones de euros. El intercambio comercial total entre ambos países superó los 92 mil millones de euros, con un saldo positivo para Italia de 42 mil millones debido a que las exportaciones superaron a las importaciones. Entre 2014 y 2023, las exportaciones italianas a EE. UU. siempre han aumentado.
El problema dentro del propio Gobierno
El elefante en la habitación de Giorgia Meloni es uno de sus dos socios de Gobierno, Matteo Salvini, que habitualmente desarrolla su estrategia electoral realizando oposición desde dentro del propio Ejecutivo, y ha querido desmarcarse de la postura oficial. Su partido, la Liga, no ha dudado en defender la medida de Donald Trump, intentando identificarse ideológicamente con la Administración estadounidense y culpabilizando a la Unión Europea.

De hecho, Salvini ha defendido que Italia debería realizar negociaciones paralelas a la UE y defenderse en una mesa de negociación independiente. Aun así, ha participado en la reunión urgente de este jueves de Giorgia Meloni junto al otro vice primer ministro del Gobierno, Antonio Tajani, mucho más cercano a la postura unitaria de la UE y con el que choca habitualmente. En el medio, manteniendo equilibrios nacionales e internacionales cada vez más complejos, está la primera ministra Meloni.