La tensión caracteriza las horas previas al inicio de la cumbre de líderes mundiales del G7, que se celebrará desde este jueves 13 de junio hasta el sábado 15, en el lujoso Borsgo Egnazia en Puglia, bajo la presidencia italiana. Además de los siete países más importantes del mundo, están invitados desde el presidente ucraniano Zelensky, al papa Francisco o al presidente argentino Javier Milei, entre otros. Según apuntan varios medios italianos, entre ellos Repubblica y La Stampa, citando fuentes europeas, la líder italiana habría intentado frenar un punto del borrador del documento de conclusiones del G7 donde se intentaba reforzar “un acceso efectivo y seguro al aborto”.
Tras el G7 de Hiroshima, informan estas cabeceras italianas, bajo la presidencia japonesa, se había introducido un punto sobre la interrupción voluntaria del embarazo y varios países como Francia o Canadá aspiraban a reforzar aún más esta mención. Tal y como apuntan estos periódicos, se habrían encontrado con la barrera de la líder italiana que habría impedido introducir cualquier mención al tema, actitud que habría generado roces entre algunos de los otros países del G7.
Algunos miembros de la oposición, como la diputada del M5S Gilda Sportiello, que confesó hace un mes ante el Parlamento italiano que había abortado hace años para mandar un mensaje de apoyo a las italianas en un momento que consideraba de retroceso en algunos derechos civiles, ha expresado su opinión sobre esta información. “Continuaremos a luchar y no nos pararéis”, expresó. Aun así, fuentes de la presidencia italiana del G7 han enviado un comunicado donde desmienten que “ningún Estado ha querido quitar referencias relativas al aborto del borrador con las conclusiones del vértice. Todo lo que estará en ese documento será un punto de llegada de las negociaciones de los miembros del G7”.
Las polémicas de Meloni con el aborto
Aunque la líder italiana dijo en numerosas ocasiones que no tocaría la Ley 194, que regula desde 1978, el derecho al aborto en Italia, recientemente ha intentado “aprovechar” todos los pliegues de esta norma para favorecer su concepto tradicional sobre la mujer. Lo que se ha traducido, por ejemplo, en la introducción, hace unas semanas de un decreto en el que se permitirá la entrada de las asociaciones provida dentro de los centros de consulta, los lugares a donde se dirigen las mujeres que quieren abortar en Italia. Las presiones en centros sanitarios a las mujeres que deciden abortar son, sin embargo, en España, delito desde 2022.
La postura conservadora del Gobierno Meloni ha generado mucha polémica, no solo en los partidos progresistas de la oposición, sino también en las calles con manifestaciones en Roma y otras ciudades italianas para reivindicar el aborto libre y seguro.