Melinda French Gates deja la fundación que dirigió durante años con su exmarido

Tres años después de divorciarse, French Gates deja una organización benéfica que se ha convertido en referente para emprender otros proyectos

Melinda French Gates.
Melinda French Gates. Redes Melinda French Gates.

Melinda French Gates anunció su salida de la fundación benéfica que durante años ha liderado con su exmarido, el multimillonario fundador del emporio informático de Microsoft, Bill Gates.

Su salida de la Fundación Bill y Melinda Gates supondrá un cambio radical para una de las instituciones filantrópicas que más recursos ha dedicado en los últimos años a programas sanitarios y sociales en todo el mundo, y culmina una ruptura matrimonial que hasta ahora no había llegado al más emblemático de los proyectos compartidos por Melinda con su marido.

French Gates anunció en la red social de empleo Linkedin que su vida y su carrera entraban en “el siguiente capítulo” con su salida de la fundación. La pareja se había divorciado hace tres años, pero desde entonces habían coexistido y compartido la dirección de la fundación,

La beneficencia tiene un papel muy destacado para ambos y ninguno había querido alejarse de un proyecto con el que han ganado notoriedad y reconocimiento mundial. Desde su divorcio, habían copresidido algunas de las reuniones de la directiva de la Fundación y también algunos actos públicos en un tono de aparente cordialidad.

Pero las cosas no irán más allá del 7 de junio. Mark Suzman, jefe ejecutivo, dijo que a partir de esa fecha Bill Gates pasará a ser el único presidente de la Fundación, que dejará de llevar el nombre de Melinda y pasará a llamarse solo Fundación Gates.

Sin embargo, ella seguirá contando con grandes cantidades para desarrollar sus proyectos sociales. Según contó en Linkedin, ha acordado con su marido que recibirá 12,5 millones de dólares de la Fundación para continuar con su trabajo como filántropa.

La pareja había acordado durante su divorcio que continuaría trabajando conjuntamente en la fundación pese a su ruptura. Él, más interesado en los avances médicos y en proyectos de salud pública, y ella, volcada en los derechos de las mujeres y las niñas, han compartido ya sin ser pareja el timón de la institución, pero parece que ambos han llegado a la conclusión de que esa coexistencia debía llegar a su fin.

Creada en el año 2000, principalmente con fondos provenientes de la fortuna del matrimonio y del magnate Warren Buffett, la Fundación Bill y Melinda Gates se ha convertido en estos años en una de las más importantes del mundo. Con más de 2.000 empleados y un patrimonio que supera los 75.000 millones de dólares, se ha erigido en un referente de la cooperación global y en el socio e interlocutor de gobiernos y organizaciones privadas en diferentes lugares del mundo, hasta el punto de que no ha faltado quien la acuse de marcar la lista de prioridades sociales de los países en desarrollo.

Ha realizado destacadas aportaciones a la erradicación de enfermedades como la polio, la malaria y la tuberculosis en las zonas más pobres del planeta, y ha puesto en marcha numerosos programas para combatir la pobreza y favorecer la igualdad de género, la bandera que había decidido enarbolar French Gates.

El divorcio de la pareja en 2021 sembró dudas sobre el futuro de la fundación, sobre todo entre sus empleados, pero Bill y Melinda acordaron que continuarían dirigiéndola conjuntamente. Si la noticia del divorcio de los Gates causó sorpresa, no lo hizo menos la de que ella abandona el proyecto.

Muchos empleados, que se enteraron por un correo electrónico enviado por Suzman en la mañana del lunes, mostraron su asombro.

El pasado abril, ella había representado a la fundación en eventos organizados en Washington con motivo de las reuniones del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, en los que abogó por la igualdad de género y el empoderamiento femenino.

En su despedida, French Gates quiso poner en valor el trabajo realizado y agradeció los años de trabajo junto a su ya exmarido. “Esta no es una decisión a la que se llegue a la ligera. Estoy inmensamente orgullosa de la fundación que Bill y yo construimos juntos y del trabajo extraordinario que está haciendo para abordar las desigualdades en todo el mundo”.

Él también tuvo buenas palabras para ella: “Lamento verla partir, pero estoy seguro de que tendrá un gran impacto en su futuro trabajo filantrópico”.