El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se reunirá este miércoles a Donald Trump en la Casa Blanca. El encuentro entre el mandatario y su antecesor tendrá lugar a las 11:00 (hora de Washington). Biden, como manda la tradición, recibirá al magnate republicano en el Despacho Oval.
A pesar de los feos que le hizo Trump, durante su discurso a la nación la semana pasada, para analizar los resultados de las elecciones, Biden ya prometió que habrá una “transición pacífica y ordenada”, la que los estadounidenses se merecen.
Melania Trump declina la invitación
Sin embargo, quien no acudirá a la Casa Blanca, a pesar de haber sido invitada, es la ex primera dama Melania Trump.
La actual primera dama, Jill Biden, invitó a su predecesora a tomar un té como gesto de buena voluntad. Sin embargo, varios medios en Estados Unidos han informado del rechazo de Melania Trump a este encuentro y de sus motivos.
Las razones de la ex primera dama
Según el “New York Post“, Melania Trump no olvida la redada de del FBI en Mar-a-Lago como parte de una investigación del Gobierno. Al parecer, Trump se llevó documentos clasificados cuando abandonó la Casa Blanca a su nueva residencia.
Fuentes familiarizadas con la decisión de la futura primera dama de Estados Unidos explicaron que Melania Trump no acudirá a la cita con Jill Biden porque su marido “autorizó al FBI a husmear en su cajón de la ropa interior. Los Biden son repugnantes”. No reunirse con ella es todo un desaire de la primera dama en funciones y ya apunta a lo que serán sus próximos cuatro años en la Casa Blanca.
Una tradición centenaria
En Estados Unidos, la tradición democrática marca que cuando el presidente saliente, en este caso Joe Biden, recibe al presidente electo, en este caso Donald Trump, la primera dama invita a su sucesora a tomar el té.
Precisamente, fueron los Trump, en 2020, la primera pareja presidencial que se saltó este protocolo. Como Trump no aceptaba los resultados electorales nunca invitó al demócrata a la Casa Blanca. Por consiguiente, Melania Trump tampoco convidó a la doctora Biden a tomar el té en noviembre como marca la tradición.
Cero sintonía
La ex primera dama nunca ha tenido sintonía con la pareja de Biden. Incluso cuando Jill Biden la llamó tras el intento de asesinato de su marido en Pensilvania, en un acto de campaña en julio, Melania Trump la criticó. La exmodelo de de 54 años puso en duda que sus preocupaciones por el magnate republicano fueran honestas.
“No sé, sin embargo, si su preocupación era genuina, ya que, apenas unos días antes, había llamado a mi marido ‘malvado’ y ‘mentiroso'”, declaró Trump durante una de sus escasas entrevistas en octubre.
Tampoco tuvieron el detalle de asistir a la ceremonia de inauguración de Biden el 20 de enero de 2021 -a la que es tradición que acudan los expresidentes y sus parejas- ni de abrirles las puertas de la Casa Blanca. Al contrario, Melania Trump rompió con una tradición centenaria y lo que hizo fue publicar un vídeo de despedida en sus redes sociales.
A primera hora de la mañana, pusieron rumbo a Florida, a su mansión en Mar-a-Lago. Cuando aterrizaron en el aeropuerto del estado del sol, Melania Trump ni siquiera se paró cuando su marido saludó a los periodistas que aguardaban su llegada a Florida. Ella directamente se metió en el coche.
Cabe recordar que cuando Michelle Obama invitó a Melania Trump en noviembre de 2016, poco después de que su marido ganara por primera vez las elecciones presidenciales, ambas tomaron té en el Salón Oval amarillo.
“Una formalidad”
Al preguntarle a Georgia Kernell, profesora asociada en el Departamento de Comunicación y Ciencias Políticas de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), por el hecho de que Biden sí se reúna con Trump a pesar de que el republicano no le invitara hace cuatro años, la experta asegura a Artículo14 que “es sólo una tradición habitual. Hay mucho que hacer en estas transiciones: contratar/despedir a miles de personas, así que esto no es más que una formalidad”.
Precisamente, el equipo de transición de Trump está ya informando de los primeros fichajes de la nueva Administración, todos muy leales al magnate neoyorquino. Tras el anuncio de su jefa de campaña, Susie Wiles, como jefa de Gabinete, el ex mandatario ha nombrado a Thomas Homan como “zar de la frontera”, a Elise Stefanik como embajadora ante la ONU y al polémico Stephen Miller su jefe adjunto de personal. Además, todo apunta a que Marco Rubio será el nuevo secretario de Estado de EE UU y la gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, la futura secretaria de Seguridad Nacional.
“Con Trump, es difícil no sorprenderse. Pero imagino que esta vez hará un mejor trabajo de investigación de antecedentes, ya que la última vez tuvo a tanta gente defectuosa”, concluye la profesora Kernell.