¿Dónde estaba Melania?

Al contrario que sus hijos la mujer del republicano guarda silencio. Tampoco está previsto que intervenga en la convención republicana del lunes

“Nunca dejará de luchar para salvar a Estados Unidos”, colgaba el primogénito del expresidente en las redes sociales minutos después de conocerse que su padre había sido desalojado de un mitin tras un intento de asesinato. Al mensaje de Donald Trump Jr. le sucedieron los de otros familiares y compañeros de partido además de la solidaridad del presidente, Joe Biden, que en un mensaje a la nación contó que había llamado a su rival político para preocuparse por su estado de salud.

¿Dónde estaba Melania Trump? Como ya es habitual en los últimos meses la mujer del republicano fue una gran ausente en la vorágine informativa entorno al atentado sufrido por su marido. Silencio en sus redes. Tampoco trascendió si lo acompañaría al hospital donde fue trasladado de urgencia para verificar que había sufrido un rasguño leve junto a la oreja.

En los últimos días los rumores sobre el por qué del perfil bajo de Melania Trump en la campaña se habían disparado tras conocerse que no será una de las oradoras en la convención que los republicanos tienen previsto celebrar el lunes salvo cambios de ultima hora a consecuencia del intento de asesinato de su candidato.

La esposa de Trump tuvo un gran protagonismo en su mandato y se esperaba de ella que volviese a la primera línea con unas palabras de apoyo a su marido en la convención donde éste oficializará su candidatura y presentará al que será su vicepresidente si llega a la Casa Blanca.

Melania es un activo en el intento de captar el voto de las mujeres tras convertirse en el primer expresidente de los Estados Unidos condenado por los pagos a la actriz porno “Stormy” Daniels. Quienes conocen a Melania aseguran que es una mujer solitaria. Este año sufrió el golpe de la muerte de su madre, a la que estaba muy unida. Su hijo Barron termina el colegio, lo que, como sucede en muchas familias de Estados Unidos, implicará que pronto dejará el hogar familiar para irse a vivir y estudiar en la universidad.

En esta campaña ha medido sus intervenciones al máximo. Cabe recordar que algunas de sus apariciones de años anteriores le granjearon críticas, como cuando visitó un centro de acogida de menores inmigrantes cerca de la frontera con México vestida con una chaqueta que decía “En realidad, no me importa, ¿a ti?”, o cuando leyó un discurso en la Convención republicana que incluía pasajes enteros copiados de uno pronunciado años atrás por Michelle Obama.

“Vetar a periodistas”

Sus circunstancias familiares y los reveses sufridos en el pasado llevan a Mary Jordan, autora de una biografía de Melania Trump, a pensar que solo se dejará ver en eventos en los que “pueda decidir quién está en la sala y pueda vetar reporteros”, por lo que lo más probable es que se concentre en los actos de captación de fondos, precisamente algo de lo que está muy necesitado su marido, cuya candidatura cuenta con muchos menos recursos que la de Biden y se ve lastrada por los altos gastos legales derivados de las numerosas causas judiciales en las que tiene que defenderse.

Con 54 años, 23 menos que su marido, Melania tiene una vida y un currículum muy distinto del de Jill Biden, la actual primera dama, que tiene una larga trayectoria universitaria y como docente. Nacida en Eslovenia cuando aún formaba parte de la extinta Yugoslavia, desarrolló una carrera como modelo antes de emigrar a Estados Unidos en 1996, donde conoció a Donald Trump, con quien se casó en 2005. El cuidado del hijo de ambos, Barron, fue su ocupación principal y casi exclusiva hasta que su marido ganó las elecciones de 2016 y la pareja se trasladó a la Casa Blanca, donde, como primera dama, intentó impulsar iniciativas centradas en la atención a infancia.

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