China emprendió este lunes una nueva oleada de maniobras militares alrededor de Taiwán en las que simuló el bloqueo y toma de control de puertos y áreas clave de la isla, cuyo Gobierno calificó los ejercicios de “irracionales”.
En las maniobras, denominadas Joint Sword-2024B (“espada unida”, en inglés), participó el portaaviones Liaoning, además de tropas de tierra, mar, aire y cohetes del Ejército chino.
Estos nuevos ejercicios, similares a los que China realizó en mayo pasado en el estrecho de Taiwán y en torno al territorio autogobernado cuya soberanía reclama Pekín, son un “castigo” a los “actos separatistas relativos a la independencia” de la isla.
China aludía así a las últimas declaraciones del presidente taiwanés, el soberanista William Lai, que manifestó la semana pasada con motivo del Día Nacional de la República de China (nombre oficial de Taiwán) que la República Popular China “no tiene derecho a representar” a la isla, a la que definió como una tierra de “libertad” y “democracia”.
Dichas palabras no han sentado bien en Pekín, que ya advirtió de que volvería a tomar medidas contra la isla si “las fuerzas secesionistas que buscan la independencia siguen provocando”, y hasta que se lograse la “reunificación completa” del país.
Así, el Comando del Teatro Oriental de Operaciones del Ejército chino subrayó hoy que sus tropas permanecen listas para actuar en cualquier momento, y advirtió de que “cualquier intento de independencia será aplastado”.
“La reunificación es inevitable, y los intentos de división serán aniquilados”, aseveró el organismo.
La de hoy es la quinta vez en que China recurre a este tipo de maniobras desde 2022, cuando llevó a cabo las primeras de este calibre en respuesta a la visita de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a Taiwán, que enfureció a Pekín y elevó la tensión en el Estrecho a límites inéditos en décadas.
Cruces entre Pekín y Washington
La isla es uno de los principales motivos de fricción entre China y EE UU, ya que el país norteamericano es el principal proveedor de armas de Taiwán y podría intervenir para defenderla en caso de conflicto.
Washington expresó hoy su “preocupación” por las maniobras, subrayando que se trata de unos ejercicios “injustificados” que podrían hacer “escalar” la tensión en la región.
En un comunicado, el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, aseguró que la respuesta de la República Popular China “con provocaciones militares” al “discurso anual rutinario” del líder taiwanés “es injustificada y corre el riesgo de escalar la situación”.
“Hacemos un llamamiento a la República Popular China para que actúe con moderación y evite cualquier acción adicional que pueda socavar la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán y en la región en general, lo cual es esencial para la paz y la prosperidad regionales y una preocupación internacional”, advirtió el funcionario estadounidense.
En respuesta, la portavoz de Exteriores china Mao Ning señaló en rueda de prensa que si Estados Unidos está interesado en la paz en el estrecho, “debería respetar el principio de ‘una sola China’, no enviar señales equivocadas a las fuerzas independentistas y dejar de armar a Taiwán”.
Como es habitual, Mao espetó que la cuestión taiwanesa es “un asunto puramente interno de China” y recalcó que “la independencia de Taiwán es incompatible con la paz en el estrecho de Taiwán”.
“China está comprometida con la paz y la estabilidad en la región, es algo que todos los países de la región pueden ver”, dijo Mao unas horas después del inicio de las maniobras.
Determinación de “defender” Taiwán
El presidente taiwanés, por su parte, convocó este lunes una reunión con los principales funcionarios de seguridad nacional, tras la cual reiteró su compromiso de defender “el sistema constitucional de libertad y democracia” de Taiwán frente a las “amenazas externas”.
“Nos comprometemos a mantener la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán, y esperamos un diálogo y un intercambio entre ambos lados del Estrecho que sea igualitario, respetuoso, saludable y ordenado. Esta es nuestra actitud constante e inalterable”, aseguró Lai, considerado como un “independentista” y un “alborotador” por las autoridades chinas.
El Gobierno taiwanés también lamentó que China ignorase el tono conciliatorio de Lai, quien en su discurso del Día Nacional se mostró dispuesto a “trabajar” con Pekín para “mantener la paz regional”.
Así, el Consejo de Asuntos Continentales de Taiwán, el organismo encargado de las relaciones con China, condenó “enérgicamente” las “acciones irracionales” del Ejército chino, que desprecian la “buena voluntad” del Gobierno isleño y el “deseo de paz entre los pueblos de ambos lados del Estrecho”.