El alarmante aumento de los tiroteos escolares en Estados Unidos ha suscitado numerosas preguntas sobre el futuro de los menores de edad que cometen estos crímenes atroces. A lo largo de los años, los perpetradores de masacres en colegios han sido analizados desde diferentes perspectivas: ¿qué los lleva a tal violencia? ¿Qué sucede con ellos tras las masacres en los colegios de Estados Unidos? A raíz de lo sucedido recientemente en el estado de Georgia, exploramos el destino legal y penitenciario de estos jóvenes criminales, así como las consecuencias de sus actos en un sistema judicial que tiene por delante el enorme reto de frenar la delincuencia juvenil y el uso de las armas de fuego.
En Estados Unidos, los tiroteos escolares se han convertido en una triste constante en las últimas décadas. Según datos del FBI, desde el año 2000 el país ha sufrido más de 300 incidentes de violencia armada en centros educativos. Muchos de ellos fueron perpetrados por menores de edad. En cada caso, la nación enfrenta el dolor y el trauma, pero también la compleja cuestión de cómo procesar judicialmente a estos jóvenes que han cometido actos de una violencia indescriptible.
Los casos de menores involucrados en masacres en los colegios de Estados Unidos plantean dilemas éticos, legales y sociales. ¿Es posible rehabilitar a un joven que ha matado a sus compañeros de clase? ¿Deberían recibir el mismo trato que los adultos? ¿Cómo funciona el sistema penitenciario cuando el criminal es un adolescente? Estas preguntas cobran una importancia crítica en un país donde la Segunda Enmienda y el derecho a portar armas son temas profundamente arraigados en la cultura y el debate político.
¿Cuál es el futuro de los menores que provocan masacres en los colegios de Estados Unidos?
El destino de los menores que cometen masacres en los colegios de Estados Unidos depende de varios factores. A saber:
- La edad del perpetrador
- La gravedad de los crímenes
- Las leyes del estado en el que tuvo lugar el atentado
En algunos casos, los menores pueden ser juzgados como adultos. Eso podría llevarlos a pasar el resto de sus vidas en prisión. Sin embargo, otros estados optan por programas de rehabilitación juvenil, con la esperanza de reintegrar a estos jóvenes en la sociedad.
El sistema judicial estadounidense permite a los fiscales solicitar que ciertos menores sean procesados en tribunales para adultos si la gravedad de sus crímenes lo justifica. Un caso reciente que ilustra esta situación es el de Nikolas Cruz, autor del tiroteo en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas en Parkland, Florida. Cruz fue juzgado como adulto y sentenciado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
No obstante, no todos los menores reciben un trato tan severo. En muchos casos, los jueces optan por enviar a los menores a centros de detención juveniles hasta que alcanzan la mayoría de edad. Después, se reevalúa su situación. Este enfoque se basa en la idea de que los adolescentes, debido a su inmadurez, pueden ser más susceptibles a la rehabilitación que los adultos.
¿Existe la cadena perpetua para un menor de edad en EE.UU.?
La cadena perpetua para menores de edad es un tema polémico en Estados Unidos. Según la ley federal, los menores pueden ser sentenciados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional en ciertos casos. Particularmente, en los delitos más graves, como el asesinato en masa. Sin embargo, en 2012 la Corte Suprema de EE.UU. dictaminó en el caso Miller v. Alabama que la cadena perpetua obligatoria sin libertad condicional para menores violaba la Octava Enmienda, que prohíbe los castigos crueles e inusuales.
El fallo en Miller no prohíbe por completo la cadena perpetua para menores, pero sí establece que las cortes deben considerar la capacidad de rehabilitación y las circunstancias personales del acusado antes de imponer esta sentencia. Esto ha llevado a una revisión de cientos de casos en los que jóvenes fueron condenados a pasar el resto de sus vidas en prisión sin posibilidad de revisión.
Pese a esto, existen aún muchos estados donde los menores pueden recibir cadenas perpetuas sin posibilidad de libertad condicional. De hecho, EE.UU. es el único país del mundo que permite esta sentencia para menores de edad en circunstancias excepcionales. Los defensores de derechos humanos han argumentado durante años que estas condenas violan los derechos fundamentales de los niños y adolescentes.
¿Qué recoge el sistema penitenciario estadounidense cuando el criminal es un menor de edad?
El sistema penitenciario estadounidense trata de manera distinta a los menores condenados por crímenes graves en comparación con los adultos. En primer lugar, los menores no suelen ser enviados a cárceles convencionales de manera inmediata. En su lugar, son internados en centros de detención juvenil. Estos centros se enfocan tanto en el castigo como en la rehabilitación. Incluyen programas de educación, asesoramiento psicológico y entrenamiento vocacional con el objetivo de reducir las tasas de reincidencia.
Sin embargo, si el menor es procesado como adulto, puede ser transferido a una prisión regular al cumplir los 18 años. Allí se enfrentará a las mismas condiciones que cualquier otro reo. Esto puede incluir aislamiento, trabajos forzados y largas penas sin acceso a programas de rehabilitación. Las condiciones de las prisiones para adultos en Estados Unidos son duras. Y muchos expertos han señalado que los menores que son encarcelados en estas instalaciones a menudo terminan siendo víctimas de violencia física y psicológica por parte de otros reclusos.
El debate sobre si los menores deben ser tratados de la misma manera que los adultos en el sistema penal sigue siendo uno de los más acalorados en el país. Organizaciones de derechos humanos, como la ACLU, argumentan que los jóvenes, debido a su capacidad de cambio y rehabilitación, deberían tener acceso a programas específicos que les permitan reformarse en lugar de ser condenados a pasar el resto de sus vidas tras las rejas.