INESTABILIDAD EN FRANCIA

Marine Le Pen se abre a mantener en pie el Gobierno de Bayrou a pesar del ‘decretazo’ para aprobar los presupuestos

La ultraderecha no secundará la moción de censura de La Francia Insumisa para invalidar las nuevas cuentas públicas y poner fin al recorrido del primer ministro macronista

Francia
Emmanuel Macron, Marine Le Pen y François Bayrou KiloyCuarto

A priori, François Bayrou podrá presumir a partir de este miércoles de haber conseguido algo que no consiguió su inmediato predecesor en el cargo, el excomisario europeo Michel Barnier. Sobrevivir a una moción de censura después de haber activado el artículo 49.3 de la Constitución para aprobar los presupuestos. Un decretazo invocado el pasado lunes por el primer ministro para sacar adelante las cuentas sin la necesidad de llevar a cabo una votación parlamentaria.

Tendrá que darle las gracias Bayrou a los 140 diputados del Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen, que no votarán a favor de la primera moción que se debatirá hoy en la Asamblea Nacional a iniciativa de La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon para invalidar los presupuestos y tumbar el Gobierno de Bayrou.

No agravar la “inestabilidad”

El presidente del RN, Jordan Bardella, confirmó ayer en una entrevista con la emisora Europe 1 del canal CNews que los suyos votarían en contra del texto para no agravar la “inestabilidad” política que sacude Francia. “La pregunta que hay que hacerse es, ¿los franceses sacarían algún beneficio de una nueva censura?”, deslizó el joven eurodiputado.

En principio, la ultraderecha hará lo contrario a lo que hizo el pasado mes de diciembre, cuando decidió secundar la moción de las izquierdas que dejó caer el Gobierno de Barnier. “En el periodo en el que estamos –aunque esto pueda cambiar mañana– los franceses no sacarían provecho de una nueva forma de inestabilidad que podría tener consecuencias más graves para la economía que la censura anterior”, apuntó en esta ocasión Bardella.

No habrá tregua

Sin embargo, el pupilo de Le Pen, de tan solo 29 años, no escatimó en críticas contra el presupuesto presentado el pasado lunes en sede parlamentaria por el Ejecutivo en minoría de Bayrou. Un presupuesto con el que dijo estar “decididamente” en desacuerdo y que describió como “extremadamente malo para la nación, para el poder adquisitivo de nuestros compatriotas y para la actividad económica de nuestro país”.

Las cuentas del primer ministro centrista contemplan subidas de impuestos y recortes por valor de 53.000 millones de euros. Recetas ortodoxas para reducir el enorme déficit que arrastra Francia. “Pide esfuerzos siempre a los mismos y no hace los ahorros adecuados”, denunció el eurodiputado, que sin embargo quiso presumir de las “victorias incontestables” que su formación ha “arrancado” en las negociaciones con el Ejecutivo. “No habrá desfinanciación de medicamentos, la electricidad bajó un 15% el 1 de enero para 24 millones de hogares y las pensiones de jubilación se han reindexado”, enumeró el presidente del antiguo Frente Nacional.

“Es el dilema al que se enfrentan el conjunto de los partidos políticos hoy: ¿es mejor un mal presupuesto o no tener presupuesto en absoluto? Lo decidiremos mañana por la mañana. Creo, y esta es mi convicción, que debemos evitar la incertidumbre”, zanjó.

bayrou

El primer ministro de Francia, François Bayrou

Los socialistas se alejan de la izquierda

El Partido Socialista (PS) tampoco votará a favor de la moción de censura redactada por LFI. Su primer secretario, Olivier Faure, alude a su “sentido de la responsabilidad” para sostener a Bayrou, aunque adelantó que los socialistas presentarán la próxima semana su propia moción de censura –una moción simbólica que no buscará los votos del RN, necesarios para que salga adelante– con el fin de defender “los valores republicanos” y protestar contra “una forma de trumpización del debate público, en particular bajo la influencia de[l ministro del Interior] Bruno Retailleau”, en palabras del propio Faure, que se refirió a las declaraciones ofensivas contra los inmigrantes pronunciadas por varios miembros del Gabinete.

El líder de los socialistas no podrá impedir, sin embargo, que algunos de sus 66 diputados rompan la disciplina de voto. En todo caso, el Nuevo Frente Popular (NFP), la alianza de socialistas, ecologistas, comunistas e insumisos, nacida para competir –con éxito– en las legislativas del pasado año pero dividida desde la llegada de Bayrou a Matignon, vuelve a mostrar sus fracturas internas. Grietas que se antojan insalvables.

“Todos los socialistas saben lo que deben a la unión de la izquierda y lo que les costará la ruptura”, advierte la editorialista de Le Monde, Françoise Fressoz. Según el guion previsto, solo los diputados ecologistas y comunistas cerrarán hoy filas con los insumisos. Los números no dan. Por eso, si no hay sorpresas de última hora, Bayrou seguirá en el cargo. Pero seguirá caminando por la cuerda floja.