A las 10 de la mañana, hora de Caracas, de este jueves, arranca la marcha convocada por María Corina Machado “para reivindicar el 28 (de julio)”, es decir, el triunfo en las urnas de la oposición frente a Nicolás Maduro. Machado ha confirmado que participará en la manifestación, que se espera sea multitudinaria, a pesar de que el régimen haya activado la maquinaria represiva y en las últimas horas haya “desaparecido” a doce opositores.
La jornada de protesta se produce la víspera de la ceremonia de investidura del presidente electo de Venezuela, cuando Edmundo González Urrutia, intentará regresar al país para juramentarse.
El camino hacia la libertad
Machado sabe que su presencia hoy es fundamental para insuflar de aliento a las decenas de miles de venezolanos que los votaron el 28-J, a todas aquellas personas que tuvieron la esperanza de que el cambio, por fin, iba a llegar a Venezuela.
En 24 horas, VENEZUELA TODA nos abrazamos en las calles de nuestro país y del mundo.
Con orgullo venezolano. Con coraje venezolano. Con corazón venezolano.
Con tu familia. Con tu vecino. Con tu pana. JUNTOS.
Donde te encuentres, grita con toda tu fuerza GLORIA AL BRAVO PUEBLO!… pic.twitter.com/adCQTjvE1c
— María Corina Machado (@MariaCorinaYA) January 8, 2025
“Muchos de nuestros líderes están asilados, exiliados, escondidos o presos. Por eso se ha hecho un gran esfuerzo para articular con quienes están afuera y quienes están en el terreno, para que todo fluya de manera adecuada“, ha reconocido la propia líder de la oposición durante una rueda de prensa en línea con periodistas internacionales, entre los que estaba Artículo14.
En la clandestinidad
Machado es consciente de que el régimen ha puesto precio a su cabeza, aunque aún no lo haya impreso, como sí ha hecho con González Urrutia. Ella vive en la clandestinidad, escondida, sola, sin su familia ni seres queridos desde el 2 agosto. “Temo por mi vida, mi libertad y la de mis compatriotas”, anunció al resguardarse en un lugar seguro por primera vez.
Al principio, participó en alguna de las marchas postelectorales, pero después también tuvo que evitarlas. Conocedora de lo que este 9 de enero supone para ella -un auténtico sacrificio por la libertad de Venezuela– estará en las calles con una camiseta con los colores de la bandera venezolana. Y como promueven sus simpatizantes, con un chaleco antibalas, bajo ella. Toda protección es poca.
Machado ya ha sacrificado bastante. No sólo ha visto cómo los que la respaldan acaban detenidos, torturados o siendo forzados a abandonar su patria, también ha tenido que separarse de su marido e hijos. Incluso lleva mucho tiempo sin ver a su madre, que sí vive en Caracas, y a la que el régimen no deja de hostigar a sus 84 años. Un precio enorme por el compromiso que fraguó con los venezolanos.
Machado afirma que las amenazas del régimen, como la que lanzó Diosdado Cabello en las últimas horas, “están dirigidas fundamentalmente a los propios miembros de sus estructuras. Porque ellos sí saben del descontento que hay. Como ya nadie les cree nada y están tan descolocados (creo que no se imaginaron la reacción y la emoción que hay en todos los rincones del país y alrededor del mundo), se están equivocando. Pero cuando tu contraparte se equivoca, déjalo quieto, que sigan. Nosotros seguimos focalizados en lo nuestro”, asevera sobre lo que pueda acontecer en las próximas horas.
“Esto se acabó”
“Yo sí que creo que no solamente en el seno de las policías, cuerpos de seguridad, inteligencia, militares, incluso en los colectivos… entienden que esto se acabó, que esto hay que pararlo. Tienen familias, tienen hijos, no se quieren ir. El caos y la violencia son ellos“, indica, al tiempo que tiende la mano a todas las Fuerzas de Seguridad y les ofrece una amnistía.
Machado reconoce que es comprensible, que es verdad que mucha gente tenga “inquietud y angustia”, por salir a las calles este jueves, pero insiste en que todos juntos “somos indetenibles”. De ahí que el llamamiento sea a una marea que desborde a las autoridades.
“La Historia sí va a ser implacable”
“No voy a juzgar la decisión que cada quien tome. Al final, cada persona tiene derecho a decir, yo llegué hasta aquí, por la razón que sea. Lo que nadie tiene derecho es a desmoralizar a un país. Si tú estás derrotado, tú no puedes, jamás, convocar a un país a su derrota. Eso no existe“.
“Yo no juzgo, pero la Historia sí va a ser implacable. Con todos: con Gobiernos, instituciones e individuos. El que hace el bien, el que hace el mal, y el que no hace nada. Y la hora llegó, ya no se puede postergar. No hay manera de estar en el medio, entre la Justicia y la corrupción, entre el respeto de los derechos humanos y la tortura, y entre la libertad y la opresión. La decisión aquí es: el pueblo de Venezuela unido o estás con un sistema criminal, con una tiranía, que el mundo sabe cuál es su naturaleza y tiene los días contados. Porque esa tiranía va a salir y Venezuela va a ser libre”, recalca Machado.
“Hasta el final”
Ella no puede “garantizar el día o la hora. Antes, durante o después del 10 de enero, pero va a pasar y eso es lo que significa hasta el final“. Es su lema, “hasta el final”, el que más teme su entorno, pues saben que nada impedirá que Machado se presente este jueves en las calles de Caracas.
Tanto ella como su equipo van paso a paso. Todos los ojos deben estar puestos en el 9 de enero, en las marchas. “Veremos lo que pasa el 10, cada día a la vez. Y si no pasa eso, pasarán otras cosas. No podemos anticipar”, explican.
El momento de los venezolanos
Sobre los que insisten en el riesgo de salir a protestar en un país con cientos de presos políticos y bajo un régimen que se siente bajo las cuerdas, Machado reitera que “convocamos el 9 porque es el momento de reivindicar el 28 (de julio). Es el momento de que todos los venezolanos vivamos nuestro día de encuentro. Y evidentemente logramos que todos los ojos del mundo se coloquen en lo que corresponde: que es la verdad, la soberanía popular y no una farsa. En ese sentido, la fecha y el momento lo ponemos nosotros, no lo pone el régimen”.
Así, a los periodistas nos anima a que salgamos a la calle y registremos lo que ocurra. “Estoy convencida de que este es uno de los días más importantes en la historia de la libertad y la democracia de nuestra región, de las Américas. Estén allí, transmitan la verdad”, nos anima.
Venezolanos que están en todo el mundo:
VUELVAN CARAS!
El 9 haremos vibrar al mundo con un solo grito:
GLORIA AL BRAVO PUEBLO!
Busca tu punto aquí: https://t.co/XAqji2XD2L pic.twitter.com/YZW5wExsq2
— María Corina Machado (@MariaCorinaYA) January 8, 2025
Machado, que a pesar de la devoción que sienten los venezolanos es humana, no suele jugar la carta del victimismo. Durante un par de encuentros que tuvo a principios de diciembre con los medios, se mostró más alicaída. “Confieso que cuando se estaba acercando la Navidad, yo estaba un poquito afectada. Los venezolanos sabemos lo que significa el día de Navidad. Yo siempre lo pasé con mi mamá, mi papá, con mis hijos, es la fecha más importante en todo el año“, reconoció.
“Culpable”
“La verdad es que tantos meses sin ver a mis hijos, me he sentido bastante culpable. El tenerlos preocupados todo el tiempo. Mi esposo… Mi mamá que no la he visto y ha estado enferma. Todo eso me pegó. Pero luego cuando llegó el día de Navidad, la reacción de la gente fue tan bella, tanta gente me escribió…”, Machado recuperó el vigor y la energía. “El hecho de que estoy trabajando literalmente 20 horas al día me energiza”, sostiene con una enorme sonrisa que contagia.
En una entrevista con Artículo14 antes de las elecciones, Machado dio alguna pincelada de lo que era su vida y que estar con ella era sinónimo de valentía. La líder opositora confesó que llevaba diez años sin poder viajar al extranjero. “No puedo montarme en un avión ni privado ni comercial, porque le quitan la licencia. Yo sólo me puedo mover por carro (coche) y cuando me muevo por carro me atrancan las carreteras. Ellos me han trancado las autopistas más importantes de Venezuela para no dejarme pasar. A veces ponen policías o la Guardia Nacional o militares, o incluso colectivos armados (que son son bandas armadas) para impedir que yo pueda pasar. Yo no puedo alquilar un hotel una habitación de un hotel cuando viajo por el país, porque lo cierran. Si nosotros nos paramos en la carretera y nos paramos a comer algo, a almorzar, vienen y cierran el restaurante o la bodega. No puedo alquilar autobuses para movilizar a nuestra gente. Alquilamos a veces unos motorizados para que nos ayuden a pasar. Y después les detienen su vehículo, los meten presos y les quitan las motos. Yo tengo personas de nuestro equipo presos, secuestrados. Los amenazan con torturas, con que les van a hacer daño, para sacarles declaraciones en mi contra. Tengo amenazado a muchas personas de nuestro comando”.
Pero como ella misma admite, tras todo este proceso, para llegar hasta este 9 de enero “ya no somos los mismos, los venezolanos somos mejores y tengo una enorme confianza en los venezolanos”.