María Corina Machado

“Las mujeres entendimos la magnitud de la amenaza y nos pusimos en primera fila”

La líder opositora se define como una "candidata perseguida" por el régimen de Maduro. Su nombre no estará en las papeletas el 28 de julio, pero ya ha derrotado al dictador en las calles y en el corazón de los venezolanos

María Corina Machado

María Corina Machado ya ha derrotado al chavismo en las calles de Venezuela y en el alma de los venezolanos. Ahora “sólo queda derrotarlos con los votos” el próximo 28 de julio. La líder de Vente Venezuela que recibió un respaldo mayoritario para ser la candidata presidencial ha sufrido todo tipo de tropelías para impedir que su nombre apareciera en la papeleta. El régimen de Nicolás Maduro no esconde que tenga miedo de batirse democráticamente ante esta ingeniera caraqueña de 56 años.

Aunque finalmente será el exdiplomático Edmundo González Urrutia el candidato de la oposición mayoritaria el 28-J, el respaldo de Machado y su intensa campaña electoral por los rincones más remotos pidiendo el voto por él hace que los venezolanos acaricien el tan esperado cambio. También en el extranjero, a pesar de no estar en un conflicto bélico per se, de Venezuela se han marchado más de siete millones de personas por la persecución política, pero también, por la catástrofe humanitaria.

Machado, de gira por Guaricó, en el centro del país, atendió a Artículo14 por videollamada. La represión que sufre la opositora es asfixiante. “Siempre digo que no soy una candidata inhabilitada, soy perseguida”. La política se emociona al mencionarle el inmenso acto de valentía que significa formar parte de su equipo en Venezuela. En la última semana, el régimen ha detenido a cinco jóvenes antichavistas que trabajaban en la campaña. Muchos de ellos han sido trasladados a la terrible cárcel de “El Helicoide“, sin ninguna garantía legal. “Todos en Venezuela correremos peligro todo el día. Es un sistema criminal”.

 

-En España durante la campaña les preguntaron a los candidatos, ‘¿qué es una mujer?’ y la mayoría no supo responder. ¿Qué es para usted una mujer?

-Desde la perspectiva venezolana una mujer es capaz de dar vida y de dar la vida. Eso es lo que ha demostrado ser la mujer venezolana en un contexto en el cual se ha intencionalmente destruido la familia. Se ha buscado separar a la familia, cambiar la historia y destruir la cultura y los elementos del tejido comunitario y social que construimos durante muchos años para tener la noción de nación. Frente a esto, las mujeres entendimos la magnitud de la amenaza y decidimos ponernos en primera fila a defender lo que más queremos: nuestros hijos, nuestros valores y nuestro país.

-¿Se ha sentido usted discriminada por el hecho de ser mujer?

-Sí, sin duda. La realidad es que en un país como Venezuela eso es inconcebible. La mujer es la esencia de la familia. El 60% de las familias venezolanas son “matricentradas”. Ante la ausencia de la figura paterna, ellas, las abuelas, lo son todo. La mujer asume una responsabilidad enorme, en lo económico y, desde luego, en lo afectivo. Sin embargo, en una sociedad donde por razones culturales y por la carga las mujeres se habían centrado en el cuidado de la familia. De ahí que fuera tan difícil que las mujeres puedan tener una representación similar en otros muchos espacios como de dirección, no solamente política, también empresarial, financiera… Pero yo siento que esto está cambiando aceleradamente y que la resistencia que había hacia esas figuras se han derribado completamente en los últimos años. Siento que el cambio total que quiere el país, hace que hoy el hecho de que yo sea una mujer, es un gran activo, una gran fortaleza.

-¿Las venezolanas están muy movilizadas políticamente? ¿Usted espera que respondan en las elecciones?

-Sin duda, sin duda. Es una cosa hermosísima. La primera manifestación que hubo frente al régimen de Chávez en principio del año 2000-2001, cuando Chávez era una fuerza muy poderosa que tenía apoyo nacional e internacional, se le veía como invencible. Pues fueron las mujeres las que salimos a la calle con un lema: “Con mis hijos no te metas”. Y es que Chávez pretendió la ideologización de la escuela y fueron las maestras las que se pararon a impedir esa destrucción de nuestra propia historia, de nuestros propios símbolos. Para imponer el socialismo chavista. Para mí es impactante, que, cuando recorro el país y ves la precariedad, lo que te cuentan. La pensión en Venezuela es menos de 5 dólares al mes. Un maestro gana un dólar energía. Hay que poner los pies en la tierra. La generación que está creciendo con una talla menos por los niveles de desnutrición infantil que son obscenos en cualquier parte. Con datos similares a algunos países en África, ¡eso en Venezuela! Aun así, las mujeres que están dando la vida por sus hijos y bueno, por su futuro, porque entendemos que este régimen, lo que nos ha arrebatado es el futuro. Y cuando amenazan a las mujeres y cuando le dicen ‘te voy a quitar la bolsa de comida’ o ‘te voy a quitar el ticket para una bombona de gas’ y vas a tener que cocinar a leña, creían que con eso iban a callar a a la madre venezolana. La mujer venezolana hoy le dice ‘no’, ‘¿qué más me vas a quitar?’ Ya me quitaste a mis hijos, que se han tenido que ir’. Yo estoy dispuesta a darlo todo. Y por eso estamos viendo cosas sublimes en términos de organización y de entrega en estos tiempos.

-¿El régimen de Maduro es machista? En una cultura machista, ¿es más fácil manipular, arrebatar la libertad?

-Entre las cosas que nosotros hemos ido desmontando en Venezuela, está el machismo también. Y si no, el 93% de la población no hubiera votado por mí. Creo que es una de las cosas extraordinarias que están ocurriendo en nuestro país. Aquí se cerró un ciclo político y social el año pasado. Hay mucha gente que se resiste, que se niega a verlo, hay quién no lo entiende, que están encerrados en sus burbujas de Caracas. Hay un tema con las élites, que a veces sienten. ¿O no sé si se deberían llamar élites cuando pierden el arraigo y el dolor y el conocimiento de lo que está pasando en el país? Hay una desconexión total del país, cuando el país va a una velocidad, y hay algunos actores que se niegan a entender que esto ya cambió. Yo lo digo con la canción, ‘Lo que pasó, pasó’. La magnitud de este fenómeno social y político que tenemos ahora es abrumadora. La derrota espiritual y social ya la vivimos el año pasado. Es una ruptura, es irreversible. Ya hemos pasado el tiempo de las amenazas y el miedo. Entonces, ¿qué viene ahora? Ahora viene la otra política y la derrota política implica que el régimen entienda que en su mejor interés está aceptar la inevitabilidad y acordar una negociación, una transición negociada. Me explico que yo hoy no lo acepto, pero hoy nos ven un escenario muy civil que deje en el poder. No lo aceptan todavía y eso es lo que yo llamo la de cata política. Y cuando logremos de esa derrota política, entonces tendremos un proceso electoral competitivo donde vendrá una derrota electoral y que entra a una transición con garantías para todas las países.

-¿Y por qué cree que Nicolás Maduro le tiene tanto miedo? Desde fuera parece que ha hecho todo lo posible para no tener un cara a cara con usted?
-Absolutamente. Porque sabe que perdería. Nosotros representamos exactamente lo opuesto a ellos. Ellos son miseria y nosotros somos la posibilidad de avanzar en la senda de la prosperidad, la regeneración y la riqueza real. Ellos son miedo y nosotros reencuentro. Ellos son división, nosotros estamos uniendo a toda Venezuela. Ellos son el pasado y nosotros presente y futuro. Al final, ellos lo saben. Lo que pasa es que dentro del régimen hay sectores muy extremistas. Yo los llamo “perdedores radicales”, que antes de perder prefieren llevarse todo por delante. Sin embargo, hay un sector de dentro que entiende que están perdidos -porque este país cambió- y que, al final, es indispensable una negociación. Para que el país acepte y acompañe una negociación en términos razonables requiere que el interlocutor, el representante de ese país tenga credibilidad y confianza. Posea el capital político para decirle a los venezolanos si aquí hay que hacer tal concesión. Eso solo lo puede hacer alguien en el que el país confíe. Ellos pueden optar por las ‘malas’ y convertir al país en lugar peor que Nicaragua. Pero no es sostenible, no tienen la fortaleza institucional para mantenerse en el poder por las malas. Además, no les conviene. Lo que sí es cierto es que nosotros estamos al alza. Cada día que pasa tenemos más fuerza. Me he reunido con grupos enormes de disidentes del chavismo (ministros, diputados) y hoy están aquí, a pesar de sus diferencias ideológicas, compartimos un sueño de país que creen que yo puedo derrocar este sistema. Es impresionante y está pasando en todo el país. La lucha ya no es ideológica, va más allá, es una lucha existencial e incluso espiritual. Yo me encuentro gente que no es creyente. Y que aun así, está convencida de que hay una fuerza espiritual que nos une, que nos acompañe y nos impulsa. Eso es muy poderoso.

-Incluso fuera de Venezuela, aquí en España. ¿Cómo es de importante el voto de los millones de venezolanos que están en el exterior?

-Es uno de los grandes desafíos y de los más difíciles. Sabemos que hay casi 8 millones de venezolanos en el exterior, de los cuales 4,5 millones tienen derecho a votar. Estoy tan orgullosa de los venezolanos en el mundo, en el sentido de cómo se organizan, cómo se han apoyado unos a otros, las redes de solidaridad, pero también por la lucha por su país. Tan lejos, desarraigados en un sentido, pero su corazón es que sigue luchando por por su amor a Venezuela. Era uno de los grandes desafíos por eso fue tan importante que votaran en las primarias, para que demostrarán que estaban allí, que les duele Venezuela, y que nos podemos organizar. Me gustaría pensar que los gobiernos de estos países, en este caso concreto del Gobierno de España, hace todo su esfuerzo para garantizar que efectivamente se le ofrece como derecho humano que es, a los venezolanos que están fuera y que la inmensa mayoría quiere volver -y que van a regresar cuando cuando logremos cerrar esta etapa trágica de Venezuela, iniciar el trabajo de reconstrucción del país, que va a ser arduo, pero obviamente luminoso.

-¿No teme por su seguridad? Rocío San Miguel, activista, con nacionalidad española está detenida desde febrero. ¿Usted ya está inhabilitada, no tiene miedo porque le pueda pasar algo?

-Todos en Venezuela correremos peligro todo el día. Son un sistema criminal que no tiene problemas. Quiero decirle cuando de mí se dice que hay una candidata inhabilitada.. No, soy perseguida. Esto hay que entenderlo. Yo llevo diez años sin poder viajar. No puedo montarme en un avión ni privado ni comercial, porque le quitan la licencia. Yo sólo me puedo mover por carro (coche) y cuando me muevo por carro me atrancan las carreteras. Ellos me han trancado las autopistas más importantes de Venezuela para no dejarme pasar. A veces ponen policías o la Guardia Nacional o militares, o incluso colectivos armados (que son son bandas armadas) para impedir que yo pueda pasar. Yo no puedo alquilar un hotel una habitación de un hotel cuando viajo por el país, porque lo cierran. Si nosotros nos paramos en la carretera y nos paramos a comer algo, a almorzar, vienen y cierran el restaurante o la bodega. No puedo alquilar autobuses para movilizar a nuestra gente. Alquilamos a veces unos motorizados para que nos ayuden a pasar. Y después le detienen su vehículo, los meten presos y les quitan las motos. Yo tengo personas de nuestro equipo presos, secuestrados. Tres de ellos estuvieron 27 días con desaparición forzosa. No les han permitido ni siquiera que puedan ser defendidos por sus abogados: les pusieron un abogado de defensor público que además les amenazó para que se grabaran una declaración, un vídeo contra mí para que tengan mejores condiciones de captura. Los amenazan con torturas, con que les van a hacer daño, para sacarles declaraciones en mi contra. Tengo amenazado a muchas personas de nuestro comando. Por eso es tan importante que el mundo entienda, aquí sí hay que increpar a Europa y especialmente a España, es decir, no es sólo lo qué voy a hacer yo. Nosotros estamos haciendo todo lo que podemos para construir toda la fuerza ciudadana y no nos saca nadie de la ruta electoral. Son ellos los que no quieren. Es Maduro, el que no quiere cumplir el acuerdo de Barbados. Entonces, la pregunta es, ¿qué va a hacer Europa, qué va a hacer España frente a estas violaciones reiteradas que está haciendo Maduro de su palabra y su compromiso? Y no es presionarnos a nosotros, es presionar al régimen. El pueblo está decidido a avanzar. Aquí hay una realidad, nunca en 25 años, nunca, habíamos estado frente a una elección presidencial donde estemos en una posición de 80/20 a favor nuestro. Todo el mundo sabe que si aquí hay una elección medianamente competitiva, les vamos a dar una paliza. Entonces, ¿qué van a hacer? Esta es la gran oportunidad para una transición ordenada. No es solamente un tema de Derechos Humanos, de orden ético. En los últimos tres años, se han marchado tres millones de venezolanos del país. Si Maduro decide quedarse “por las malas” veremos la peor ola migratoria de la historia en este hemisferio. Eso es lo que está en juego. Esto es una prioridad que trasciende las preferencias ideológicas.

-Hablando de la persecución total contra usted, contra los miembros de su equipo que desaparecidos o detenidos, ¿para usted lealtad es sinónimo de valentía?
-Es un tema muy profundo de procesar, quizás para mí una de las razones por las que tengo tanta convicción y fuerza de seguir es por cada uno de los miembros de mi equipo, por sus familias. Todos estamos aquí conscientes de lo que esto implica. Pocas veces en la historia de la humanidad, muchas generaciones futuras, décadas del futuro de Venezuela, se van a decidir en unos cuántos días. Entonces eso, te cubre de una sensación enorme de responsabilidad y trascendencia y un enorme coraje. Cuando recorro Venezuela, veo la fuerza, la convicción, el amor. Porque es que al final esa es la fuerza más poderosa, esa más poderosa es el amor. Y las madres están haciendo por amor a sus hijos, a sus nietos, a su a su país. Eso es muy poderoso. ¿Y al régimen qué le queda? Amenazar, miedo, violencia, mentiras y que nada funcione.

-Queríamos preguntarle si el liderazgo de un hombre y una mujer es diferente, la forma de liderar un país, de liderar una causa.
-Claro que sí, pero pero al final yo creo que ambos son complementarios y maravillosos. O sea, yo trabajo con hombres que son increíbles así como con mujeres. Yo escojo a mujeres porque son las mejores, no por el hecho de ser mujeres. Creo en la meritocracia. Pero en un momento como el que vive Venezuela, lo que sí que es cierto es que el chavismo es tremendamente misógino y violento. Y el país quiere algo totalmente distinto y eso es lo que realmente necesitan. El hecho de ser mujer, de ser madre, son elementos que en el imaginario de Venezuela dan confianza. Necesitamos poner orden en el país. En este momento, Venezuela necesita ser escuchada y abrazada. Y al mismo tiempo cuadrado. El país ya no quiere más socialismo. Creo que yo represento para los venezolanos un símbolo completamente contrario al chavismo, en todos los planos, en el plano estético y ético.

-¿Y cree que que hay un poco de tufillo machista por parte de Maduro, de que no quiera enfrentarse usted para no perder ante una mujer? En la papeleta final solo hay hombres…
-No lo sé, él es capaz. Para ser franca, yo lo que creo es que tiene terror a perder. Eso no existe en su cabeza hoy, ni ante mí ni ante ningún candidato que yo pueda controlar.

-Y para terminar en positivo, imagínese un proceso electoral sin fraudes, justas y democráticas, en las que usted gana. ¿Qué hace en su primer día?

-Yo quisiera poder decirte descansar, pero no. Suspirar (se ríe). Voy a hacer lo mismo que vamos a hacer todas las madres venezolanas: agarrar un teléfono y decirle a nuestros hijos: ‘me hacen las maletas y se regresan’. Ese es un día donde los venezolanos vamos a sentir que logramos el reencuentro de una nación. Mi obligación es reconstruir la confianza entre nosotros. Aquí buscaron destruir nuestro autoestima. Es paradójico que estos años tan duros, de hambre, de humillación, de atropello, ha sacado a flote lo mejor de los venezolanos. Hoy somos más solidarios, más generosos, más valientes. Y hoy somos más conscientes de las cosas que amamos como la libertad o la familia. Nosotros somos mejores, mejores seres humanos y una mejor sociedad. Lo primero que voy a hacer es eso, llamar a todo el mundo, porque vamos a reconstruir un país luminoso donde nunca más, nunca más, volverá a ver el pie de la tiranía sobre nuestras libertades.