Venezuela

“Yo me sumo”

Esta movilización fue convocada para protestar la injusticia de las 2.400 personas secuestradas y encarceladas por el régimen tras perder en las urnas

Cuando un país tiene un tercio de la población en el exilio, como es el caso de Venezuela, -de donde han huido más de ocho millones de personas-, si la dictadura causante de tal migración pierde unas elecciones y pretende arrebatarlas, la protesta corre por cuenta de quienes se han ido. Los que están en el país lo harían en la modalidad de enjambre, según propuso María Corina Machado, quien explicó que los manifestantes deberían «aparecer y desaparecer» a toda velocidad. Esta variante de la protesta tiene que ver con las 2.400 personas secuestradas y encarceladas por el régimen tras perder en las urnas.

La verdadera manifestación debía producirse en el extranjero. Esto ocurrió este sábado, 28 de septiembre, cuando se cumplían dos meses de las elecciones presidenciales en Venezuela, cuyos resultados favorecieron a la opción opositora abanderada por Edmundo González Urrutia, tal como demuestran las actas oficiales, emitidas por el Consejo Nacional Electoral (CNE), que han sido ocultadas por el régimen, pero difundidas por la plataforma democrática, a la que le correspondió copia de los citados documentos.

La líder opositora, María Corina Machado (MCM), llamó a actividades de protesta en todo el mundo “para conmemorar y defender una gesta única en nuestra historia”, que no pudo ser atendida dentro del país por la intensa represión perpetrada por la tiranía. Desde luego, es impensable que Machado pudiera salir del lugar secreto donde se resguarda para acudir a una concentración. Se pondría en riesgo ella misma, a sus seguidores y a la prensa.

En cuanto a los eventos previstos en las 500 ciudades del mundo donde residen venezolanos suficientes para hacer una acción pública, la convocatoria fue inferior en número a la registrada el 28 de agosto, al cumplirse un mes de las elecciones. Sin embargo, se evidenció una mayor fortaleza política, expresada en los testimonios de quienes participaron.

La manifestación de Madrid, en la Puerta del Sol, ha debido ser la más importante, puesto que a ella concurrió el presidente electo Edmundo González Urrutia (EGU), quien subió al estrado y enaboló la bandera de Venezuela. No habló. Él no. González agitó los brazos y elevó el puño. El discurso, muy corto y emotivo, fue de María Corina Machado quien envió un audio donde encomió el compromiso de cada venezolano que se ha sumado a la lucha, valoró el apoyo internacional que ha estado recabando la causa democrática de Venezuela, así como el reconocimiento a EGU como presidente electo.

Aquí estamos y aquí seguimos

En esta ocasión, la cita en Sol era a las seis de la tarde. Artemis Nader, editora, confesó sentirse frustrada por la burla del régimen a los resultados electorales. «Pero esta vez es distinto, porque sabemos que somos son una inmensa mayoría y el mundo también sabe que Nicolás Maduro se robó las elecciones. Yo tengo esperanza en que la presión internacional forzará a Maduro a salir del poder y que se cumpla la voluntad soberana expresada en las urnas».

David Malavé, médico siquiatra. Tiene 14 años en España. «Ya nos contamos. Ya sabemos que somos el 70 % del país y si sumamos a los emigrados y a los nuevos votantes, a quienes el régimen impidió votar, calculamos que quienes queremos el cambio constituimos el 90%. Ellos están encerrados en un baluarte del poder, atrincherados en la arbitrariedad y eso tiene una fecha de caducidad, que puede ser el 10 de enero, si se cumple la ley, o después, pero ya la derrota de la dictadura es definitiva».

Al preguntarle por el exilio temporal de EGU en Madrid, el doctor Malavé dijo:

«Al principio me decepcionó, me dio como tristeza, pero hoy lo veo como una movida estratégica fenomenal. Al régimen y sus ayudantes, como el señor Zapatero, les salió fatal la jugada de sacarlo del país, porque en España está activo, puede decirle la verdad al mundo. La dictadura está descubierta como una banda de torturadores, usurpadores y violadores de Derechos Humanos. Yo quiero que se vayan ya, esta noche, pero no me pongo como límite el 10 de enero, si ese día no se van, no me desanimaré ni mucho menos. El caso es que se van.»

Ana, 31 años, ingeniera de producción con seis años fuera de Venezuela, dice sentirse frustrada. «Pero seguimos. Como dice María Corina, la lucha seguirá hasta que saquemos a la dictadura del poder. Yo creo que es así, que saldremos de esta. Quizá no será mañana, pero seguiremos haciendo presión.»

Jesús Renis trabajaba en las televisoras HBO, Olé y Venevisión como editor de videotape en telenovelas. «Estoy preocupado», dice. «Me gustaria tener fe absolutoa, pero estoy viendo un juego político perverso que no me gusta, porque apunta a darle tiempo al dictador. Cada día que se le concede a Maduro es un día de persecución y torturas. Y, con el tiempo, es muy difícil que gente a la que se está acosando, coaccionando y amenazando con matar a sus familiares, se mantenga firme. Eso me angustia, porque yo sé de lo que es capaz el régimen sanguinario de Maduro. Claro que los reconocimientos internacionales que se han logrado son importantes, pero no son plenos. En realidad, le siguen dando tiempo. Por suerte, tenemos a MCM, a quien habría que hacerle una estatua del tamaño de las Torres del Silencio. Y Edmundo es un héroe que ha salido de la comodidad de su retiro para prestarle un servicio a Venezuela.»

Norma Del Rosario, sicóloga clínica con cinco años en España. «La conducta del régimen me ha indignado, pero no sorprendido. Es lo que han hecho en muchas elecciones. Esta vez se retuvieron las actas oficiales que han permitido demostrar lo que ocurrió y me siento muy esperanzada. El régimen está debilitado y el país está unido en la decisión de ponerle fin. Falta poco. Hay un movimiento muy fuerte, tanto dentro como fuera de Venezuela, que terminará por producir el cambio.»

Johelín Rojas, odontóloga de 31 años, viene de San Juan de Los Morros y en Madrid se desempeña como asistente dental. »Yo nunca he conocido la democracia en Venezuela. Desde que tengo uso de razón, vivimos en dictadora. Quizá por eso me decepcioné cuando vi que, pese a haber perdido las elecciones, Maduro pretende quedarse en el poder. Pero estoy aquí porque creo que unidos podemos lograr mucho. Confío en que María Corina y Edmundo conseguirán lo que todos esperamos.»

Erika Schmidt, de 58 años, trabajaba en Responsabilidad Social Empresarial, en Caracas, aquí trabaja en Cocina. Tiene seis años en España. «Hemos logrado muchísimo y seguiremos hasta el final. No es tarea fácil y quizá será más largo de lo que quisiéramos, pero le vamos a dar una lección de defensa de la democracia al mundo entero, porque esta no es una lucha de derechas e izquierdas, sino por la libertad. Y no solo de Venezuela, sino también de Cuba y de Nicaragua.

Para la odontóloga María Fernanda Mitsut Gutiérrez, «no hay vuelta atrás. Es imposible. Ya no es un asunto de chavistas y antichavistas, es todo un país clamando por salir de Maduro y de la dictadura.»

Adriana Arzola, pediatra inmunóloga, de 57 años, seis de ellos años en España. «No pude votar. Me hubiera encantado ser parte de los millones de venezolanos que votaron para apoyar a María Corina y a Edmundo. Pero aquí estoy en apoyo a la causa.»

Daniel Pereira, administrador, 42 años (siete, en Chile y dos, en España). «Es emocionante ver al Presidente Edmundo González. Él encarna la decisión del pueblo venezolano de conquistar un cambio mediante el voto. Para mí es importante estar acá y demostrarle al mundo que nos mantenemos en la lucha y que apoyamos al Presidente, por quien no pude votar. Hemos logrado mucho y vamos a lograr mucho más. Ya la decisión está tomada.»

Héctor Zamora, de Petare, 83 años. Abogado, juez por 15 años. Tiene cuatro en España. «En Venezuela no hay Estado de derecho, que es lo fundamental. Si no hay Estado de derecho no hay libertad. Cuando un pueblo elige a un gobierno y le entrega el poder, ¿cómo se defiende luego de él, si fuere el caso? Con la ley, la Constitución, los códigos y los jueces, pero si eso no funciona, si todo está secuestrado, como ocurre en Venezuela, pierden por paliza en unas elecciones y aun así pretende en la Presidencia. Y luego, el Tribunal Supremo de Justicia, que no tiene competencia en el poder electoral, interviene por recurrencia del ganador, admite la demanda y la dan con lugar, usurpando funciones y violando derecos básicos… Bueno, qué se puede decir. Por eso estamos aquí, porque confiamos en la fuerza, la gente, de los electores, cuya voluntad ha sido burlada.»

Mientras estos venezolanos hablaban con toda tranquilidad con la prensa y centenares coreaban: “Edmundo, valiente, tu pueblo está presente”,  en Venezuela, pequeños grupos e incluso personas dentro de sus casas, se manifestaban tapándose la cara con banderas o con pequeñas pancartas. No serían mucho, no harían mucho ruido, no se le verían los rostros, pero ahí estaban, defendiendo con su vida la democracia y la libertad.