Las consecuencias de la victoria de Nicolás Maduro en las elecciones venezolanas ya empiezan a sentirse internacionalmente. El primer paso de este efecto dominó ha sido la ruptura diplomática de Venezuela con aquellos países latinoamericanos que se atrevieron a cuestionar la legitimidad del proceso electoral.
Como era de esperar, las elecciones presidenciales en Venezuela, celebradas el 28 de julio, han generado mucha polémica tanto dentro como fuera del país. Según el Consejo Nacional Electoral (CNE), controlado por el régimen de Maduro, el presidente obtuvo el 51,2% de los votos, asegurando así su reelección. Sin embargo, el principal candidato de la oposición, Edmundo González, y varios observadores independientes alegan que González ganó más del 65% de los votos. A esto se suma el hecho de que Maduro impidió que ciertas misiones de observación acudiesen a Venezuela a supervisar el proceso, incluyendo una de la Unión Europea.
Ante estas disputas, varios países de América Latina expresaron su preocupación por la falta de transparencia y veracidad de los resultados. Entre estos países se encuentran Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay. Sus gobiernos emitieron declaraciones conjuntas pidiendo una revisión completa de los resultados electorales.
“Ataque a la soberanía”
Como respuesta, el gobierno de Venezuela ha decidido retirar a su personal diplomático de estos siete países. La declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela calificó las declaraciones de estos gobiernos como “intervencionistas” y como una amenaza a la soberanía del país.
“El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela ha decidido retirar a todos los miembros de sus misiones diplomáticas en Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, la República Dominicana y Uruguay debido a un precedente atroz, que es un ataque a nuestra soberanía”, expresó el ministerio en un comunicado.
Además, el gobierno de Maduro exigió que estos países también retiren a sus diplomáticos de Venezuela. La declaración continuó subrayando que el país “se reserva el derecho a tomar medidas políticas y legales para garantizar la protección del derecho a la autodeterminación”. El régimen de Maduro también afirmó que resistirá cualquier actividad que amenace la “convivencia pacífica”.
Reacciones en todo el globo
Los países afectados ya han ido reaccionando de varias maneras. Por ejemplo, el ministro de Relaciones Exteriores de España, José Manuel Albares, señaló que España ya se está esforzando para establecer una posición común con sus “naciones hermanas” en la región. Albares enfatizó también la necesidad de total transparencia en el proceso electoral, pidiendo la publicación detallada de los resultados por cada mesa de votación.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania expresó su profunda preocupación por los informes de que los partidarios de la oposición fueron excluidos del recuento de votos. En una declaración al medio POLITICO, el portavoz alemán pidió a las autoridades venezolanas publicar resultados detallados desglosados por mesa electoral.
Esta reacción sospechosa de la comunidad internacional también incluyó declaraciones del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, quien llamó a un recuento de votos “justo y transparente”. Asimismo, el presidente de Chile, Gabriel Boric, calificó la victoria de Maduro como “difícil de creer” y afirmó que su país no puede reconocer “ningún resultado que no sea verificable”.
La situación ha escalado hasta tal punto que Perú ordenó el lunes a los diplomáticos venezolanos acreditados en el país que abandonen el territorio en un plazo de 72 horas.
Contra la Unión Europea
El siguiente paso podría ser una ruptura con la Unión Europea, que ya ha manifestado su inquietud por los resultados de las elecciones y la supuesta falta de transparencia en el recuento. En su comunicado oficial, Josep Borrell, el alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, afirmó: “Los resultados de las elecciones no han sido verificados y no pueden considerarse representativos de la voluntad del pueblo venezolano hasta que todos los registros oficiales de las mesas de votación sean publicados y verificados”. Además, la UE ha instado al Consejo Nacional Electoral de Venezuela a ejercer la máxima transparencia en el proceso de tabulación de resultados.
La UE también expresó su preocupación por las detenciones arbitrarias y la intimidación de miembros de la oposición y la sociedad civil durante todo el proceso electoral. En su declaración, Borrell añadió: “La voluntad del pueblo de Venezuela debe ser respetada”. La Unión Europea lamentó que ninguna de las recomendaciones clave de la Misión de Observación Electoral de la UE de 2021 haya sido implementada, subrayando que los obstáculos para la participación de los candidatos de la oposición, las deficiencias en el registro de votantes y el acceso desequilibrado a los medios contribuyeron a condiciones electorales desiguales.