Hasta los chats de periodistas, gente acostumbrada a ambientes de tensión, mucho más en la Venezuela del chavismo, cuarto de siglo signado por la violación sistemática de la Constitución, reflejan la zozobra que vive el país en estas horas. En los chats de WhatsApp la gente de la prensa habla sin rodeos del desasosiego que experimentan, no solo la gente de la (militarizada) calle sino ellos mismos, sobre quienes, además se cierne la amenaza que el régimen de Nicolás Maduro constituye para los profesionales de la comunicación.
No por nada. Incluso para el vendaval de emociones que ha sido el semestre transcurrido desde las elecciones presidenciales del 28 de julio, el martes 7 de enero fue una subida vertiginosa de la apuesta. Este día, mientras la líder opositora ofrecía una rueda de prensa desde el lugar donde está escondida, el presidente electo, Edmundo González Urrutia (EGU) denunció en su cuenta de X: “Esta mañana fue secuestrado mi yerno Rafael Tudares. Rafael se dirigía a la escuela de mis nietos de 7 y 6 años, en Caracas, a dejarlos por el inicio a clases, y lo interceptaron hombres encapuchados, vestido de negro, lo montaron en una camioneta color dorado, placa AA54E2C y se lo llevaron. A esta hora se encuentra desaparecido”.
Esta mañana fue secuestrado mi yerno Rafael Tudares.
Rafael se dirigía a la escuela de mis nietos de 7 y 6 años, en Caracas, a dejarlos por el inicio a clases, y lo interceptaron hombres encapuchados, vestido de negro, lo montaron en una camioneta color dorado, placa AA54E2C y…— Edmundo González (@EdmundoGU) January 7, 2025
El comentario no especifica si la violenta acción fue presenciada por los niños, pero cabe suponer que fue así, dado que Tudares fue secuestrado en el trayecto a la escuela. Por cierto, llama la atención el hecho de que, en medio de la crispación generalizada, la hija de González Urrutia y su marido hayan decidido llevar a sus hijos al colegio, cosa que mucha gente se ha inhibido de hacer, incluso por las dificultades de circulación derivadas de la presencia militar en las calles.
Cuando González Urrutia despertaba de lo que ha debido ser una noche intranquila, tras su encuentro con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, así como con un grupo congresistas republicanos que se fotografiaron con él para reiterarle su apoyo y echarlo a la cara de la dictadura, puesto que en el encuentro los anfitriones recibieron copias de las actas recopiladas por la oposición, donde consta que el diplomático de 75 años ganó las elecciones con el 70 por ciento de los votos.
Today I hosted Venezuela's President-elect @EdmundoGU, a man whose campaign inspired millions and one who should be taking the oath of office in four days.
The people of Venezuela deserve a peaceful transfer of power to the true winner of their presidential election. pic.twitter.com/nmT0mAfyW7
— President Biden (@POTUS) January 6, 2025
Al enterarse del secuestro de su yerno, el presidente electo hizo dos cosas. Llamó por teléfono a María Corina Machado, quien se encontraba en plena conferencia de prensa y suspendió la agenda que todavía tenía pendiente en Washington y se trasladó a Panamá, donde ya tenía pautada una reunión con ex presidentes, con quienes terminará de planificar su anunciado ingreso a Venezuela.
El jueves estará en la República Dominicana. Cabe destacar la relevancia que González Urrutia está concediendo al área del Caribe, es un atisbo de lo que serán las relaciones exteriores de su Gobierno, cuando sea que este se instale, una perspectiva, por cierto, que cada vez más observadores venezolanos dan como un hecho, a partir del deterioro de la coalición gobernante en Venezuela, así como la deslegitimación a la que quedará expuesto Maduro si se atreve a posesionarse -más bien, mantenerse- en el cargo a pesar de haber perdido las elecciones, lo que es conocido por todos los sectores foráneos y locales, incluidos los militares, quienes asistieron a los comicios como garantes de la seguridad, en el llamado “Plan República”, que se activa en Venezuela en todos los eventos electorales.
Presidente electo
En suma, González Urrutia ha sido tratado como presidente en varios países y por diversas instituciones multilaterales. Su presencia en la Casa Blanca fue noticia que dio la vuelta al mundo. Y ahora María Corina Machado no solo ha convocado a una manifestación de los venezolanos, dentro y fuera de las fronteras, sino que ha prometido que ella misma la encabezará. Es demasiado el desafío.
En respuesta, Maduro emite un mensaje, rodeado de militares, para anunciarle al país que él no tiene miedo, que a él no le hace “ni coquito” los anuncios de González Urrutia en el sentido de que se presentará en Caracas a reclamar su silla de mandatario, pero las cámaras recorren las caras de la uniformada audiencia para terminar en un primer plano del tirano Maduro y la conclusión que se extrae es la contraria.
Si fuera poco, ahora el régimen sube la apuesta y se lleva a rastras al yerno de González Urrutia, señal inequívoca de que su gira internacional en busca de apoyos ha sido un dardo en el pecho de la dictadura. Algunos observadores perciben esta movida como una declaración de guerra por parte de Maduro. Lo que sí está claro es que estamos ante un punto sin retorno.