La líder de la oposición venezolana, María Corina Machado, ha reconocido en un artículo de opinión en el diario “The Wall Street Journal” que “teme por su vida” y la de sus compatriotas. Publicado este jueves en su versión digital, Machado explica que “Maduro no ganó las elecciones presidenciales” del 28-J.
“Escribo esto desde la clandestinidad, temiendo por mi vida, mi libertad y la de mis compatriotas de la dictadura liderada por Nicolás Maduro“, arranca el artículo titulado “Puedo probar que Maduro fue derrotado”.
“Maduro no ganó las elecciones presidenciales venezolanas del domingo. Perdió de forma aplastante frente a Edmundo González, 67% a 30%. Sé que esto es cierto porque puedo demostrarlo. Tengo las actas obtenidas directamente de más del 80% de los colegios electorales del país”, explica la líder de la oposición.
Un CNE controlado por el régimen
Machado reconoce que sabían que Maduro “iba a hacer trampa. Sabemos desde hace años qué trucos utiliza el régimen y sabemos perfectamente que el Consejo Nacional Electoral (CNE) está totalmente bajo su control. Era impensable que Maduro reconociera su derrota”.
En el artículo publicado en el diario estadounidense, la líder de la oposición que no pudo presentarse a las elecciones porque fue inhabilitada por el régimen, expone que el chavismo hizo “todo lo posible para sabotear y descarrilar nuestra campaña. A pesar de que gané unas primarias abiertas con un 92% de apoyo, me prohibió presentarme a las elecciones presidenciales. Luego inhabilitó a mi sustituta elegida, Corina Yoris. Finalmente, González asumió valientemente esta tarea. Mientras tanto, decenas de mis colegas fueron encarcelados, y seis de mis principales colaboradores, incluido mi jefe de campaña, pidieron asilo en la embajada argentina”, describe Machado.
La desilusión con el chavismo
Para la política venezolana, la clave ha residido en que el Gobierno chavista nunca se pudo imaginar que el movimiento opositor “crecería en número y poco a poco se apoderaría de toda la base de votantes del chavismo. La población pobre y rural que impulsó el meteórico ascenso de Hugo Chávez está ahora desilusionada y ha tomado las riendas de su futuro. Empezamos esta campaña autofinanciada en la periferia y nos trasladamos a las zonas urbanas”.
Machado aplaude a sus votantes, a los venezolanos. “Nuestra gente fue como un maremoto. Están cansados de un cuarto de siglo de división, odio e ideología. Quieren recuperar a sus familias y su dignidad”. Y cita cómo se han organizado en lo que ella llama “comanditos” más de 60.000 “pequeñas unidades de campaña creadas en torno a mesas de cocina por todo el país. Más de un millón de voluntarios asumieron funciones específicas para preparar las elecciones, entrenándose para defender cada uno de los votos que se emitieran ese día”.
“Victoria aplastante”
La política antichavista recuerda el 28-J, la histórica jornada electoral en Venezuela. “Desde las primeras horas del domingo, comprendimos la fuerza unificadora de esta acción cívica masiva. Vimos aumentar la participación como un cohete. Minutos después de que empezaran a llegar los resultados, confirmamos que nuestra victoria era aplastante. Y sabíamos que los que están en el poder, aterrorizados por las consecuencias personales de décadas de desgobierno, harían todo lo posible por aferrarse al poder”, resume Machado.
“Y lo hicieron”.
“Anunciaron un resultado fraudulento a las 11 de la noche del domingo, indicando que Maduro había ganado con el 51% de los votos con «el 80% de los votos escrutados». La verdad es que Maduro no ganó en uno solo de los 24 estados de Venezuela”.
Después comenzó la campaña de represión. “Apresuradamente, Maduro actuó para neutralizar a nuestros testigos, testigos voluntarios en los colegios electorales. Se dieron órdenes de hacer imposible su trabajo, de expulsarlos de los centros de votación, de negarles la prueba física de los resultados. Estas órdenes fueron desobedecidas por el personal del Consejo Nacional Electoral y los militares. Contra viento y marea, nuestros testigos protegieron los recibos de los votantes con sus vidas durante toda la noche”.
Machado denuncia que el CNE debía haber publicado los resultados oficiales en un plazo máximo de 48 horas después de las elecciones. Sin embargo, capó su propio página web. “La razón, alegan sus miembros, es un ciberataque desde Macedonia del Norte”.
Represión brutal
En cuanto a las protestas espontáneas que estallaron “tras esta farsa, especialmente en sectores pobres de Caracas y otras ciudades. Maduro respondió con una represión brutal. Las Fuerzas de Seguridad del Estado han matado al menos a 20 venezolanos, encarcelado a más de 1.000 y forzado 11 desapariciones”.
Machado recuerda que la mayor parte de “nuestro equipo se encuentra en la clandestinidad y, tras la expulsión de siete misiones diplomáticas de Venezuela, mis ayudantes en la embajada argentina están siendo protegidos por el gobierno de Brasil”. Y sentencia que “podría ser capturada mientras escribo estas palabras”.
Después, la opositora concluye que los venezolanos cumplieron: han expulsado a Maduro. Machado exhorta a la comunidad internacional que decida si “si tolera un gobierno manifiestamente ilegítimo. La represión debe cesar de inmediato, para que pueda producirse un acuerdo urgente que facilite la transición a la democracia. Hago un llamamiento a quienes rechazan el autoritarismo y apoyan la democracia para que se unan al pueblo venezolano en nuestra noble causa. No descansaremos hasta que seamos libres”, augura.
Críticas a la Administración Biden
En un editorial del diario “The Wall Street Journal” que acompaña al de Machado, el periódico afea a la Administración Biden que se haya visto “sorprendida de nuevo y no le queda más remedio que suplicar a Maduro que no se comporte como el dictador que es”.
“La batalla por la libertad humana nunca termina, pero hay momentos bisagra en los que es posible un cambio a mejor. Las elecciones del domingo en Venezuela fueron uno de esos momentos, ya que la oposición acudió en masa a las urnas. Pero Maduro no permite que los votos se cuenten correctamente, y ahora sus matones persiguen a los líderes de la oposición para meterlos en la cárcel“.
“Estados Unidos está dormido”
“Estados Unidos está dormido en el momento de la libertad. El Departamento de Estado quiere sentarse con el CNE para hablar sobre el recuento justo de los votos, por favor. El martes, el presidente Biden llamó al presidente de Brasil, Luiz Inácio «Lula» da Silva, para hablar de Venezuela y «le agradeció su liderazgo», según una lectura estadounidense de la llamada. Quieren una «publicación inmediata» de los datos de las votaciones. Sin embargo, el Partido de los Trabajadores de Lula ya se ha puesto del lado de Maduro”.
Cuba y Rusia no están dispuestas a abandonar a su hombre en Caracas, y juegan para quedarse. Biden y el Departamento de Estado no son rivales. Un presidente que realmente se preocupara por la democracia en las Américas, como afirma Biden, llamaría a los líderes de la oposición, hablaría públicamente en su nombre y advertiría al Maduro de que no les hiciera daño ni les detuviera. El pueblo venezolano, por desgracia, está solo“, concluye el duro editorial titulado: ” La lucha por la por la libertad en Venezuela”.